sábado, 27 de agosto de 2011

HOY EN EL PAÍS

Chema García Martinez

David Murray

Nat King Cole como materia vanguardista

lunes, 22 de agosto de 2011

JOHN SCOFIELD


"Debería estar en el manicomio"

John Scofield es el guitarrista más paseado del jazz contemporáneo. Ex alumno de Miles Davis, también cuenta como el gran responsable de introducir el funk en la ecuación de la música experimental y convertirla en un poducto adorado por esa inmensa minoría de los aficionados al jazz. Por descontado, hay razones para su visita a Madrid: su nuevo disco, Piety street (La calle de la piedad) y su próxima actuación en España (13 de julio en el 33º Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz).

En Piety street se combinan la complejidad del jazz eléctrico con el mensaje meridiano del gospel. "He querido saldar una especie de deuda moral, porque soy un fan del género". Para Scofield, el gospel es la esencia. "Aun así, mi idea era hacer un disco de blues, hasta que me di cuenta de que todo el mundo está tocando los mismos 12 compases, y no es que no me guste, pero hay demasiada gente haciéndolo. Entonces se me ocurrió: ¿por qué no grabar esas canciones de gospel tan hermosas?". Sintomático: en la grabación de Piety street no ha participado ningún músico de jazz, excepto el propio Scofield. "Ésa era la idea. Quería grabar en Nueva Orleans con músicos de la ciudad. Fui yo el que me sumergí en su mundo. En ningún momento les pedí que tocaran Scrapple from the apple o Donna Lee. Para alguien que ha mamado del blues, tocar la música de Nueva Orleans no tiene ningún misterio. El gospel y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo, cuando todo el mundo canta y da palmas, eso es el dixieland". En este momento, el entrevistado ha iniciado una animada versión improvisada de Down by the riverside... ¿será que el afamado guitarrista pretende comenzar una segunda carrera como cantante? "¡Nooo! Bueno, a veces sí lo hago, pero sólo si hay otros cantando conmigo, así puedo esconderme tras ellos. Pero el cantante en este disco es Jon Cleary, que también toca el piano, y, créame, mejor que lo haga él".

Scofield afirma "sentirse identificado" con el protagonista de Never turn back en su regreso al camino de la virtud después de una vida de pecado... "Cuando tu vida consiste en perseguir tus instintos básicos te conviertes en una especie de glotón permanentemente insatisfecho", reconoce el jazzista. "Antes solía ir a fiestas y bebía a espuertas, desde que dejé de lado todo aquello me siento mucho mejor, porque, créame, me pasé de la raya". En Piety Street, Scofield interpreta composiciones de Dorothy Love Coates (That's enough), Thomas A. Dorsey, quien se inició interpretando blues obscenos antes de convertirse en el compositor de gospel más famoso de todos los tiempos, y... Hank Williams (Angel of death). "La idea me vino mientras estaba seleccionando las canciones para el disco, de repente se me ocurrió escuchar algún grupo blanco de gospel, y surgió el nombre de Hank Williams. Lo que él hace es una especie de mezcla entre gospel y Country & Western. Me gusta la música country, la antigua, no la nueva, igual que el gospel". Cada uno de sus discos es diferente; al final, uno se pregunta quién es verdaderamente John Scofield. "Soy un esquizofrénico, eso es lo que soy. Debería estar en un manicomio. Pero hay algo que tengo claro: no quiero tocar música funky salvo que tenga swing, y si toco jazz debe tener alma"."El 'gospel' y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo"

(publicado en El País 12/02 / 2009)

domingo, 14 de agosto de 2011

CUADERNOS DE JAZZ

Rock ´n´ Ratzinger


Ya están aquí, alegres y confiados, dispuestos a demostrar a quien sea lo bien que se lo pasan en la España católica, apostólica y rouquiana, de Rouco. Son la Internacional Profidén. El gran espectáculo del “Rock ´n´ Ratzinger” está al punto de alzar el telón. Dígase Ratzinger o Coldplay o Shakira: las diferencias entre el uno, o el Uno, y los otros son insignificantes. Cuestión de detalle. Aquí como allá, los bares tienen prohibido dispensar alcohol, ¡vade retro San Miguel!, las razones de estado versus seguridad priman sobre el libre albedrío de cada cual para montárselo según le venga en gana y, por supuesto, no se folla. Hasta en eso se parecen. Incluso la mercadotecnia es la misma. En JMJ 2011, las camisetas de un vivo color rojo carmesí –sólo en establecimientos oficiales- llevan por detrás la relación de las anteriores estancias papales, con la localidad, el país y el año. Póngase Benedicto XVI o Jon Bon Jovi I.

Que la liturgia del rock ha tomado su inspiración de la música espiritual negra de los Estados Unidos no es ningún secreto. Con esto que el ciclo se ha completado: del altar al escenario y de vuelta al altar. En tiempos de crisis de vocaciones, las iglesias y sectas, y no sólo la católica, recogen la experiencia de décadas de los cantantes de rock para aplicarla a su propio mensaje y darle el necesario volumen y esplendor. También Ratzinger, enemigo declarado del género. “El rock”, tiene dicho, “es un invento del diablo”. Incluso él.

Otro ejemplo: el fútbol. Al momento de redactar éste breve comentario, termino de contemplar la retransmisión del “previo” al partido, perdón, la misa, que ha tenido lugar en la iglesia de la Sagrada Familia, en Barcelona, como un acto anticipado al JMJ 2011 (13TV, 24 horas al día de JMJ 2011). A misa con la entrada por delante y, al que no la tenga, puerta. Las aficiones agitan sus banderas nacionales, “oe, oe, oe, Honduras, es cojonuda”, esas cosas. El clima va in crescendo. A minutos de comenzar la ceremonia la Sagrada Familia se viene abajo. En un momento, la acción se desplaza a los vestuarios, donde una cámara recoge la imagen de los oficiantes en pleno calentamiento, verlo para creerlo. Los “speakers” –ella, seglar, él ordenado- comentan la jugada sin perder la sonrisa ni para hablar de la muerte de Cristo en la cruz. Too much for my body. Y pensar que esto es sólo el comienzo…


Para más información, mañana, en
http://www.cuadernosdejazz.com/ “200 confesionarios”

Chema García Martínez

sábado, 13 de agosto de 2011

MIS PROTAGONISTAS DEL VERANO



Definitivamente, no ha sido el mejor verano la historia, entre las inclemencias temporales, que no han cesado, y la música, que no ha dado para mucho, y la crisis, que se nota, y cómo no iba a hacerlo. Ni Getxo ni Vitoria ni San Sebastián han ofrecido demasiadas cosas dignas de ser recordadas, lo que no significa que no las haya. Otros colegas han publicado ya sus listas personales de conciertos/protagonistas del verano. Permitidme que, pasado el tiempo, yo haga lo propio. 




Ornetillos en Getxo



Como signo distintivo, Ornetillos tienen que son de pueblo, en el más noble sentido de la expresión, y tocan la música de Ornette, cuestión de (buen) gusto. Por lo que uno sabe, sus componentes nacieron en Andalucía, Extremadura y Castilla León, cada uno en un sitio, si bien residen los cuatro en San Sebastián, donde cursan sus estudios musicales. Son estupendos, divertidos irreverentes, aunque no demasiado, y, lo más raro, no sólo tocan sus respectivos instrumentos de una forma adecuada sino que, además, piensan. Mucho ojo al saxofonista de la banda, Roberto Nieva: en sus intervenciones festivaleras “alter hours” ofreció argumentos suficientes para obligarnos a seguirle el rastro muy de cerca. Ornetillos quedaron los últimos en el concurso para grupos aficionados. Por lo que a mi respecta, como si hubieran ganado. 




Vitoria: Wayne Shorter sólo ante el peligro


Como un ciego en un laberinto. Así debió sentirse Shorter en medio de aquel berenjenal sin mucho sentido en que se convirtió el supuesto homenaje a Miles Davis promovido por Marcus Miller (si el homenajeado levantara la cabeza...) Cada una de sus intervenciones, incluyendo un par de lo que podríamos calificar como “falsa entradas”, fue un canto a la libertad creativa en su más alta e inquebrantable expresión. La imaginación al poder, en vivo y en directo. Siempre fiel a si mismo, la música del saxofonista va más allá de cualquier texto/contexto. En Vitoria fue un Shorter alucinado luchando contra los elementos, irremediablemente perdido, endiabladamente hermoso…




San Sebastián: vueltas en torno a Agustí Fernández



Puestos a elegir la mejor actuación del festival, uno puede dudar entre Agustí Fernández con Triez –Baldo Martínez y Ramón López, lo que alguno ha calificado como el mejor grupo de jazz español de la historia-, o Agustí Fernández con el absolutamente extraordinario Peter Evans (Mostly Other People do the Killing), en uno de esos conciertos sorpresa de San Sebastián que sirven para que nadie se entere de que existen y, en consecuencia, no vaya nadie. De M.O.P.D.T.K. digo lo que otros: un buen grupo pero no tanto como ellos y sus “fans” piensan. Su insistencia en resultar originales -¡en tiempos como los actuales!- constituye su mayor lastre. Una opinión. 




Enclave de Agua: ¿qué fue de Jimmy Burns?



Confieso que no tenía ni idea de quien era, antes de escucharle en lugar tan exótico como la ciudad de Soria, dentro del festival Enclave de Agua 100% gratis. Buns es todo lo que uno puede esperar de una vieja gloria del blues y el soul. Guitarrista, cantante, unos años más joven que BB King, pero sólo unos pocos, se le parece en que, como aquel, toca sentado. Por lo demás, Burns conserva el fuego en el cuerpo, el suyo, y toda su capacidad para conmovernos. Por comparación, lo del “Rey” en San Sebastián fue la patética/paródica demostración de una decadencia anunciada. Un espectáculo dirigido a la mayoría de mitómanos que, ahora sí, pueden presumir de haber visto en directo a una leyenda, o eso se piensan. Cualquier parecido con el B B King que hemos conocido/disfrutado en sus anteriores visitas es pura coincidencia. 



De aquí: Moisés P. Sánchez

A Moisés le cabe el dudoso honor de haber nacido y residir en la ciudad más hostil para el jazz del orbe cristiano: Madrid. Un músico absolutamente extraordinario y tan camaleónico que, a veces, cuesta reconocerle. Su única constante es la capacidad que atesora para sorprendernos siempre y en todo lugar. En lo que, mucho de es de temer, fuera la última noche con jazz en Bogui jazz, Moisés sobrepasó todo lo sobrepasable en su papel de acompañante de la escultural Nicole Henry. Jazz al viejo estilo directo y eficaz. Con Moisés, la sorpresa todavía es posible, aunque esté tocando el estándar más manoseado. No hay muchos como él, si alguno, en el estado español y países limítrofes. Ahora, me cuenta que se va a ir a los Estados Unidos para estudiar con Pat Metheny. Por Dios, que nos lo devuelva como está…





Amy Winehouse, inevitablemente 

A mi estas chica me cae bien, inevitablemente y sin remedio. Me gusta toda ella, su música, su apariencia, sus maneras sobre el escenario de las que ella misma no era muy consciente, las más de las veces. Su fallecimiento ha sido la gran noticia de los festivales de jazz del verano aunque sólo fuera por la saturación que la misma generó en los medios de comunicación en los que algunos colgamos nuestras crónicas festivaleras: + espacio para Amy = – espacio para el jazz. Descansa en paz, ricura.


Chema García Martínez



Javier Nombela estrena blog de fotografía de jazz

http://fotografiadejazz-javiernombela.blogspot.com/

sábado, 6 de agosto de 2011

Hoy en El País- suplemento Babelia

Chema García Martínez

The Smithsonian Anthology"Sesgado canon del jazz"