miércoles, 30 de noviembre de 2011

Jelly Roll Morton


Hoy, en la Sala Isabel Oyarzábal (Málaga)

Joseph Siankope y Chema García Martínez

New Orleans: una historia de jazz, sexo y bajas pasiones

20:30 h. Entrada libre

lunes, 21 de noviembre de 2011


Hoy en El País

Uri Caine
22 maneras de lamentarse


LAS LAMENTACIONES NOCTURNAS DE JEREMÍAS

Autor, director e intérprete: Uri Caine (piano). Solistas: Carmen Linares, Barbara Walker, Cristina Zavalloni, Achille Succi y Salvador Gutiérrez. Grupo de Cámara: Il Suonar Parlante.

LA DIFERENCIA ENTRE ROY HAYNES Y ERIC McPHERSON



A mis amigos les encanta Fred Hersch. A Antonio Muñoz Molina le encanta Fred Hersch. Para el escritor, es el mejor pianista de jazz del mundo mundial. A mucha gente, bueno, no tanta, Fred Hersch le parece el mejor pianista (de jazz) sobre el planeta tierra. Luego está la otra parte del mundo que no sabe quién es Fred Hersch.

Me llama la atención la pasión que desata Fred Hersch entre mis amigos. A lo mejor tienen razón y es el mejor pianista (de jazz) del mundo, y yo no me he enterado. No lo sé, no estoy seguro, pero ¿cómo podría estarlo?.

Mis amigos fueron a escuchar a Fred Hersch (algunos vinieron de my lejos) en Madrid y salieron contentos y felices. Para algunos, fue el mejor concierto que habían escuchado desde… bueno, desde hace mucho tiempo. Y yo respeto la opinión de mis amigos, incluso la de los que no lo son, aunque, a veces, ellos no respeten la mía. Pero qué se le va a hacer.

A mi no me gustó Fred Hersch. No me gustó la primera vez, cuando le escuché tocando a solas en Vitoria, y lo mismo la semana pasada, en Madrid. Cuando digo que no me gustó quiero decir que no me produjo un nudo en el estómago hasta hacerme sentir en el centro de un universo inédito de sensaciones que sólo el mejor jazz puede provocar. A lo mejor es que no tengo lo que sea que uno ha de tener para disfrutar con su música. Esas cosas nunca se saben. Conste que no lo hago a propósito.

Me gustan algunos de sus discos, y casi ninguno por entero. Los hay –“Alone at the Vanguard”, por ejemplo- que me hacen pensar que el jazz ya no va a ser el mismo después de escuchar al pianista tocando “Down home”, y cuando voy por la mitad ya estoy pidiendo la hora. Es un fenómeno que me ocurre con él y algún otro, como una nube cargada de promesas que se va disolviendo según avanza. A lo mejor es uno, que es incapaz de mantener la atención en según qué situaciones, y el hombre hace lo que puede.

Vale, Fred Hersch es un gran músico, un tipo sensible, pero ¿de verdad que ese “ese” gran músico por el que mis amigos y Antonio Muñoz Molina beben los vientos?. ¿Acaso mis amigos y Antonio Muñoz Molina no pueden estar buscando consuelo en la música de Fred Hersch ante el hecho irreversible de los tantos que ya nunca podrán escuchar sobre un escenario?. Que no digo que sea así forzosamente, aparte de que eso reduciría a Hersch a la categoría de mero copista, cosa que no es (tampoco es que sea un revolucionario, la verdad sea dicha). Uno puede que no sea un fan encendido de Hersch, pero tampoco es sordo. Formularé la pregunta de otro modo: ¿qué habría sido de Fred Hersch, hoy, de estar vivos y en ejercicio de sus funciones Bill Evans, y Tommy Flanagan, Duke Jordan, Sonny Clark, Hampton Hawes…?. Más aún: ¿qué fue de él mientras todos estos estaban vivos?. Una pregunta retórica: todos sabemos la respuesta.

En esto, como en tantas otras cosas, uno debe enfrentarse al ejército de los nostálgicos que, en el jazz, son mayoría, tanto como a los fans del morbo, que en Hersch tienen adonde agarrarse. Luego que, a los aficionados, ya se sabe, cuanto más desconocido es un músico, más nos gusta. Tenemos una necesidad imperiosa de descubrir talentos escondidos dónde sea. Nos gusta llevar la contraria: “¿Chick Corea?, ¡tú no has escuchado a Fred Hersch!”. Hay que aceptarlo: somos así, y no hay más vueltas que darle.

Pese al (relativo) fiasco de Vitoria, me gusta Fred Hersch en solo. Al contrario, no me parece que sea un músico para trío, o para “éste” trío, el de su concierto en Madrid, donde uno tira –John Hébert- para adelante y otro está demasiado ocupado pensando en la próxima jugada. ¿Puede un músico de jazz pensar demasiado?: naturalmente. Eric McPherson es la mejor prueba de ello. Un gran intérprete, y tan preciso como nadie pueda serlo tocando una batería. Pura matemática. Puro pensamiento en acción.

El jazz moderno está lleno de músicos que piensan demasiado y tríos que “interactúan” (la palabreja…), y pretenden acercarse a la música de una forma “orgánica”, sea lo que sea lo que eso significa. El jazz está atrapado en la palabrería, cuando hay palabras –“swing”- que han perdido su significado.

Vuelvo al concierto del otro día: cualquier intento de “swingear” –derivado de “swing”- fue reducido a cenizas por quien estaba decidiendo la frase que viene a continuación, salvo en los tempos rápidos (allí no hay tiempo para pensar). Primera regla: el jazz se piensa “antes” y “después”, nunca “durante”. Lo que son las cosas: la noche anterior al concierto de Fred Hersch, hubo quien pisó ese mismo escenario del teatro Fernán Gómez y no fue para nada “orgánico”, ni “interactuó” con nadie, simplemente tocó la batería de esa forma a la vez espontánea y sofisticada -!swingeante!- que un día caracterizó a los maestros del instrumento. Pero a Roy Haynes no hace falta descubrirlo… ¿o sí?.

Chema García Martínez

Dedicado a Guillermo McGill

viernes, 18 de noviembre de 2011


Hoy en El País

Nicole Henry


"Este es mi momento y el escenario es mío"

miércoles, 16 de noviembre de 2011


Roy Haynes y los que la noche del martes 15 de noviembre de 2011, en Madrid, tuvieron algo mejor que hacer que ir a escuchar a Roy Haynes


La cosa, que Roy Haynes tocó un martes frío y desapacible en Madrid, ante un auditorio muy principal. La cosa, que el aforo estaba apenas mediado y, de esos, cuántos habían pagado la entrada. La cosa, que el suceso que carece de ningún tipo de explicación racional.

El aficionado es así de imprevisible. ¡Estamos hablando de Roy Haynes, por dios santo!.Uno recuerda a Dexter Gordon y a Sun Ra con su corte saturnina –y a Fela Kuti, Ravi Shankar, Astor Piazzolla…- en situaciones parecidas. Por dónde, sus descendientes –los de Fela, Sun Ra…- llenan lo que se les ponga por delante. Curioso.

Uno piensa que escuchar a Roy Haynes es un deber de militancia. Que el viaje vale la pena aunque sólo fuera por verle sentarse a la batería a su particular modo. Cada golpe suyo –ese drive seco, brioso, ligero- es una “Historia del Jazz” en sí mismo. Produce escalofríos pensar que ese mismo golpe, lo han escuchado, y disfrutado, Thelonious Monk y Coltrane, Miles, Parker...

Seguramente, Roy Haynes es la definición más perfecta del swing entendido como la conjugación de dinámicas que impulsan la ejecución colectiva hasta el infinito, y más allá. Un trozo del pasado más remoto que se hace presente en un Nuevo Orden que se ha olvidado del necesario respeto a sus mayores. Una reliquia. Su música –la que interpretó en su concierto del martes- es la misma con la que uno creció y que muy poco tiene que ver con lo que hoy pasea los escenarios del jazz. Una combinación espontánea y sofisticada a un tiempo, de tradición y transgresión y la más alta poesía.

Roy Haynes, 86 años, ante un patio de butacas apenas mediado, y rodeado de sus pipiolos, la “Fountain of Youth Band”. Su energía y dedicación admirables nos hacen pensar menos en un veterano en el curso final de su ejercicio profesional que en el maletilla dando el do de pecho ante su alternativa.

A cosas como éstas solían llamarle “Jazz”.

Chema García Martínez

martes, 15 de noviembre de 2011


Hoy en El País

Muerte y resurrección de un pianista de jazz

Fred Hersch, uno de los mejores improvisadores de su generación, actúa hoy en Madrid tras superar un coma

lunes, 14 de noviembre de 2011


La música de las hierbas

En torno a Charlie Parker y Dexter Gordon, y una dama llamada Donna Lee y un campo de fútbol en Moratalaz

http://www.cuadernosdejazz.com/index.phpoption=com_content&view=article&id=1894

sábado, 12 de noviembre de 2011



Hoy en El País

Cowboy Junkies

Felices de estar tristes

viernes, 11 de noviembre de 2011

EL DOMINGO, DAVE HOLLAND Y PEPE HABICHUELA EN EL AUDITORIO NACIONAL



"A los puristas, ni caso"

Primero no conectaron. Pero desde que subieron juntos a un escenario, Dave Holland y Pepe Habichuela, mitos del jazz y del flamenco, viven un fructífero romance


MAÑANA, EN EL SAN JUAN EVANGELISTA


Para celebrar el quincuagésimo cumpleaños del astro uruguayo del balompié Enzo Francéscoli, Dead Capo ofrecerán un concierto el próximo sábado 12 de Noviembre a las 22:00 en el mítico Colegio Mayor San Juan Evangelista (Avda. Gregorio del Amo, 4 - metro: Metropolitano), dentro de la programación del Festival de Jazz de Madrid.

Para tan señalada ocasión, contarán con un telonero de lujo: el cantante estadounidense Kurt Elling. El flamante ganador de un Grammy será el encargado de abrir fuego a las 20:30.


Modernos en tiempos de posmodernidad. Lo más transgresor que ha parido el jazz patrio en años
Chema García. EL PAÍS

jueves, 10 de noviembre de 2011


Hoy en El País

Kyle Eastwood:

"Mi padre me rodeó del mejor jazz"

miércoles, 9 de noviembre de 2011

viernes, 4 de noviembre de 2011

EN LA MUERTE DE ANDRÉ HODEIR


Hoy en El País

André Hodeir, el compositor que creía en la religión del jazz.

EL JAZZ QUE VIENE


Hoy en El País

Citas ineludibles del jazz en Madrid


El Mundo.es

Una cita a la deriva