Qué fuerte!!!! Eso demuestra hasta dónde está llegando en este país la cultura de la denuncia! Se denuncia cualquier cosa. Es más que grave. Casi me alegro no haber estado justo este día, aunque lo siento por el disgusto de Larry.
Pásate por mi blog que ya he empezado a poner algunas fotos.
Más que disgusto, estaba alucinado, él y sus músicos (Don Robinson, Satoko Fujii, Natsuki Tamura y Scott Amendola). Supongo que cosas como esta no se ven todos los días... ya he visto tus fotos: preciosas. De hecho tengo pensado "robarte" algunas para una cosa que estoy pensado escribir en torno a Sigüenza (con tu permiso, claro). Que no todo fueron denuncias y "picoletos", también hubo jazz, y del bueno, bien lo sabes tú. Un beso, Chema
Lo curioso es lo de "música contemporánea" vs. Jazz; como si un músico de Jazz vivo y en vivo pudiese hacer algo no contemporáneo. Si quiere evitar la "música contemporánea" tendrá que ir a conciertos de músicos muertos. O limitarse a escuchar grabaciones.
A mi lo que me dejó impresionada fue el que el individuo en cuestión tuviera la música contemporánea "contraindicada psicológicamente" por algún médico que me encantaría conocer. Además, la culpa es suya por ir a conciertos así indiscriminadamente en su condición...
Chema, Scott Amendola estaba "acojonado". Había visto a la "policía" (los dos Guardias Civiles) en la puerta y os vio a tí and company hablando con el alcalde y la concejala y pensó que erais los que habíais puesto la denuncia. Cuando César Merino y yo le aclaramos que erais periodistas y que os estabais interesando por el tema dio un suspiro de alivio y allí fue cuando la situación le comenzó a hacer gracia con chistes sobre la "jazz police" y demás.
Y con ganas de leer tus impresiones sobre los conciertos, que al final sería triste si el festival se queda sólo en la anécdota. Así que por encima de todo este revuelo, una situación surrealista y la publicidad gratuita, hay que reivindicar festivales como el de Sigüenza.
Y eso sí, que se preparen en algunos festivales. Tomando la idea de Jack Torrance que ayer escribía en su blog, el año que viene a alguno de esos voy a ir con la denuncia en la mano, visto lo que programan y que la Guardia Civil es tan sensible ante la sensibilidad de los espectadores.
Soy de Guadalajara, amante del jazz y fiel al festival desde sus inicios, también toco el contrabajo en varias formaciones de Jazz.Soy un incondicional del festival por varios motivos: 1.- una organización estupenda. 2.- una ubicación incomparable 3.- una oferta muy muy especial para poder ver productos de vanguardia que no tienes en otros festivales.
Me averguenza la actitud del denunciante y sus acompañantes por: 1.- no saber donde se metian 2.- no consultar en internet la oferta de Larry en youtube por ejemplo 3.- montar el follón mientras el artista toca 4.- y no tener ni pajorera idea de la variedad del jazz, el estilo de Ochs lleva desarrollándose desde los 60 avant garde hasta ahora, escuchar a Cecil Taylor, Ornette, etc.
Si no te gusta te vas, asumes que no te has informado, que no todo el jazz es de tu agrado y te esperas a que venga Kenny G.a tu pueblo.
y bueno lo del guardia civil ya no tiene nombre, zapatero a tus zapatos que nos estais dejando a Castilla como a una república bananera... en la reseña de The Guardian en UK están flipados porque entraron guardias "armados" a analizar lo que estaba haciendo Larry, por dios!!! y luego a soportar triunfitos y jarabe de palo en los supermercados, pero claro eso nadie lo denuncia.
Hola a todos. Disculpadme si no os he contestado pero vivo inmerso en una espiral de locura que parece no tener fin. Como veréis, hoy he colgado algunas cosillas sobre el tema con mi punto de vista y el de otros. Fundamenalmente, coincido en todo cuanto decís pero, como digo en el texto que acabo de colgar, lo importante es sacar la consecuencia positiva de todo esto, que la hay. Un abrazo a todos y muchas gracias. Chema
Sólo decir que tu artículo en el País es sensacional y digno de figurar en los anales del periodismo sobre jazz.
No hay que darle mucha bola a esto, sólo tomarlo como una anécdota, creo que todos somos conscientes de la sociedad en la que vivimos y esperpentos así pueden suceder todavía. Hay que tomárselo con filosofia.
Por lo menos ya tenemos una anécdota más que contar sobre jazz.
Yo sólo diré que cuando he leído la noticia me he quedado en estado catatónico, y que puedo dar fe de que hay médicos y policías competentes que no se dedican estas cosas (como también hay oyentes civilizados). Y que mañana voy a mi médico de cabecera a que me prescriba no oír a los triunfitos para luego denunciar a la cadena de supermercados, al dueño del bar, y al que viene al lado sentado en el metro oyendo eso tan alto que el del vagón de al lado también lo escucha. ¡Qué vergüenza!
El mismísimo Miles Davis dijo refiriéndose a Cecil Taylor (otro payaso del llamado "jazz-free" o jazz de "avant-garde", como el señor Ochs), que lo único que hacía era "tocar muy deprisa poniendo una cara muy seria). Si un genio como Miles (u otro como Charlie Mingus que no respetaba un pijo a Ornette Coleman, otro payaso), despreciaban públicamente a estos supuestos músicos, creo que a estas alturas de la historia del jazz ya deberíamos saber distinguir a los genios de los cantamañanas. Y no me vengan con historias raras. ¿Han leído ustedes el cuento de "El Rey Desnudo"? Pues eso.
Respeto aunque no comparto tu opinión. Particularmente me gustan todos los que mencionas: Miles, Mingus, Ornette o Cecil Taylor. Al respecto de éste último, te diré que Wynton Marsalis es un "fan" suyo. Cuando le pregunté en la entrevista que le hice acerca del pianista, a propósito de los conciertos que acababa de dar en el Jazz at the Lincoln Center, me dijo que le parecía un "músico portentoso" (sic), con la única salvedad de que, en su opinión, no toca jazz. Claro que tu opinión no tiene por qué coincidir con la de Wynton. En cuanto a la mía, puedes leer lo que acabo de escribir para Cuadernos de Jazz (enlace en este mismo blog). Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Qué fuerte!!!! Eso demuestra hasta dónde está llegando en este país la cultura de la denuncia! Se denuncia cualquier cosa. Es más que grave. Casi me alegro no haber estado justo este día, aunque lo siento por el disgusto de Larry.
ResponderEliminarPásate por mi blog que ya he empezado a poner algunas fotos.
Saludos Chema!
Más que disgusto, estaba alucinado, él y sus músicos (Don Robinson, Satoko Fujii, Natsuki Tamura y Scott Amendola). Supongo que cosas como esta no se ven todos los días... ya he visto tus fotos: preciosas. De hecho tengo pensado "robarte" algunas para una cosa que estoy pensado escribir en torno a Sigüenza (con tu permiso, claro). Que no todo fueron denuncias y "picoletos", también hubo jazz, y del bueno, bien lo sabes tú. Un beso, Chema
ResponderEliminarLo curioso es lo de "música contemporánea" vs. Jazz; como si un músico de Jazz vivo y en vivo pudiese hacer algo no contemporáneo. Si quiere evitar la "música contemporánea" tendrá que ir a conciertos de músicos muertos. O limitarse a escuchar grabaciones.
ResponderEliminarPermiso concedido. Iré poniendo más fotos.
ResponderEliminarUn abrazo Chema!
A mi lo que me dejó impresionada fue el que el individuo en cuestión tuviera la música contemporánea "contraindicada psicológicamente" por algún médico que me encantaría conocer.
ResponderEliminarAdemás, la culpa es suya por ir a conciertos así indiscriminadamente en su condición...
Chema,
ResponderEliminarScott Amendola estaba "acojonado". Había visto a la "policía" (los dos Guardias Civiles) en la puerta y os vio a tí and company hablando con el alcalde y la concejala y pensó que erais los que habíais puesto la denuncia. Cuando César Merino y yo le aclaramos que erais periodistas y que os estabais interesando por el tema dio un suspiro de alivio y allí fue cuando la situación le comenzó a hacer gracia con chistes sobre la "jazz police" y demás.
Y con ganas de leer tus impresiones sobre los conciertos, que al final sería triste si el festival se queda sólo en la anécdota. Así que por encima de todo este revuelo, una situación surrealista y la publicidad gratuita, hay que reivindicar festivales como el de Sigüenza.
Y eso sí, que se preparen en algunos festivales. Tomando la idea de Jack Torrance que ayer escribía en su blog, el año que viene a alguno de esos voy a ir con la denuncia en la mano, visto lo que programan y que la Guardia Civil es tan sensible ante la sensibilidad de los espectadores.
Un saludo.
Soy de Guadalajara, amante del jazz y fiel al festival desde sus inicios, también toco el contrabajo en varias formaciones de Jazz.Soy un incondicional del festival por varios motivos:
ResponderEliminar1.- una organización estupenda.
2.- una ubicación incomparable
3.- una oferta muy muy especial para poder ver productos de vanguardia que no tienes en otros festivales.
Me averguenza la actitud del denunciante y sus acompañantes por:
1.- no saber donde se metian
2.- no consultar en internet la oferta de Larry en youtube por ejemplo
3.- montar el follón mientras el artista toca
4.- y no tener ni pajorera idea de la variedad del jazz, el estilo de Ochs lleva desarrollándose desde los 60 avant garde hasta ahora, escuchar a Cecil Taylor, Ornette, etc.
Si no te gusta te vas, asumes que no te has informado, que no todo el jazz es de tu agrado y te esperas a que venga Kenny G.a tu pueblo.
y bueno lo del guardia civil ya no tiene nombre, zapatero a tus zapatos que nos estais dejando a Castilla como a una república bananera... en la reseña de The Guardian en UK están flipados porque entraron guardias "armados" a analizar lo que estaba haciendo Larry, por dios!!! y luego a soportar triunfitos y jarabe de palo en los supermercados, pero claro eso nadie lo denuncia.
Hola a todos. Disculpadme si no os he contestado pero vivo inmerso en una espiral de locura que parece no tener fin. Como veréis, hoy he colgado algunas cosillas sobre el tema con mi punto de vista y el de otros. Fundamenalmente, coincido en todo cuanto decís pero, como digo en el texto que acabo de colgar, lo importante es sacar la consecuencia positiva de todo esto, que la hay. Un abrazo a todos y muchas gracias. Chema
ResponderEliminarSólo decir que tu artículo en el País es sensacional y digno de figurar en los anales del periodismo sobre jazz.
ResponderEliminarNo hay que darle mucha bola a esto, sólo tomarlo como una anécdota, creo que todos somos conscientes de la sociedad en la que vivimos y esperpentos así pueden suceder todavía. Hay que tomárselo con filosofia.
Por lo menos ya tenemos una anécdota más que contar sobre jazz.
Yo sólo diré que cuando he leído la noticia me he quedado en estado catatónico, y que puedo dar fe de que hay médicos y policías competentes que no se dedican estas cosas (como también hay oyentes civilizados).
ResponderEliminarY que mañana voy a mi médico de cabecera a que me prescriba no oír a los triunfitos para luego denunciar a la cadena de supermercados, al dueño del bar, y al que viene al lado sentado en el metro oyendo eso tan alto que el del vagón de al lado también lo escucha.
¡Qué vergüenza!
El mismísimo Miles Davis dijo refiriéndose a Cecil Taylor (otro payaso del llamado "jazz-free" o jazz de "avant-garde", como el señor Ochs), que lo único que hacía era "tocar muy deprisa poniendo una cara muy seria). Si un genio como Miles (u otro como Charlie Mingus que no respetaba un pijo a Ornette Coleman, otro payaso), despreciaban públicamente a estos supuestos músicos, creo que a estas alturas de la historia del jazz ya deberíamos saber distinguir a los genios de los cantamañanas. Y no me vengan con historias raras. ¿Han leído ustedes el cuento de "El Rey Desnudo"? Pues eso.
ResponderEliminarRespeto aunque no comparto tu opinión. Particularmente me gustan todos los que mencionas: Miles, Mingus, Ornette o Cecil Taylor. Al respecto de éste último, te diré que Wynton Marsalis es un "fan" suyo. Cuando le pregunté en la entrevista que le hice acerca del pianista, a propósito de los conciertos que acababa de dar en el Jazz at the Lincoln Center, me dijo que le parecía un "músico portentoso" (sic), con la única salvedad de que, en su opinión, no toca jazz. Claro que tu opinión no tiene por qué coincidir con la de Wynton. En cuanto a la mía, puedes leer lo que acabo de escribir para Cuadernos de Jazz (enlace en este mismo blog). Gracias por tu comentario. Un abrazo.
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