viernes, 30 de noviembre de 2012
martes, 20 de noviembre de 2012
Esta noche, fiesta
Kermés 31 aniversario
Hoy, a las 21:00h., presentación del libro-CD-DVD con la actuación de la Clamores Dixieland Jazz Band y The Porter´s Jazz Quartet. Alburquerque, 14
Hoy en El País
Clamores llega a la treintena
La sala de jazz de la calle Alburquerque celebra su 30º aniversario con una programación especial durante este mes y un libro-CD-DVD conmemorativo
miércoles, 14 de noviembre de 2012
Avenida Kraljevica, segunda, a la derecha
Belgrado 2012:
recuerdos confusos-difusos-cafusos de un festival de jazz.
El viajero se halla perplejo y desorientado. Si no ha pagado
el ticket al subir al autobús no ha sido por no haberlo pretendido, sino por
pereza, o, más precisamente, porque no sabía cómo hacerlo. “Ya habrá quien
venga en mi ayuda”, pensó inocente. “Los letreros están en cirílico, y el
conductor, y todos los demás, todos están en cirílico”, trata de explicarle al
revisor y a su muñón. “Somos personas civilizadas”, añade en tono
pretendidamente convincente. “Yo trato de ir a la Avda. Kraljevica ,
¿sabe Vd.?”. El revisor le señala con su muñón dónde está la salida. “Está Vd.
en un apuro”, farfulla en algo parecido a inglés. Ya en la acera, el viajero
asiste doblemente perplejo y desorientado al cónclave de revisores, quien
parece inclinarse por condonarle la deuda que ha contraído sin saberlo con la Nación Serbia , quien pone en duda
de su inocencia, y el del muñón, que acaba imponiendo su criterio inapelable.
1500 dinares de multa. Una pasta.
Belgrado es fría y gris-beis, soviética y provinciana, como
todas las ciudades, menos Madrid; es acogedora cuando le da la gana, y tiene a
un revisor con muñón para quien el reglamento es el reglamento, y un festival
de jazz de cuando Tito en el que han tocado Duke Ellington y Miles Davis y que
resulta ser uno de los más ancianos de toda Europa. En el Beogradski
Jazz Festival hay una programación con criterio, y un público que acude
a los conciertos, y los músicos cobran por su trabajo.
De mi cuaderno de
notas
Ambrose Akinmusire
Ambrose Akinmusire
Suponiendo que el artista sea un ser humano, y dando
por sentado que el músico de jazz es un artista, a éste (el artista
eventualmente músico de jazz) le asiste el derecho de planificar su actuación
como le dé la gana dependiendo de su estado de ánimo, y aquí paz, y después
gloria. Ante eso, al crítico sólo cabe callar y otorgar. / Ambrose
Akinmusire tenía el día melancólico por el motivo que fuera, y así fue su
concierto: melancólico. Hermoso y melancólico pero, sobre todo, melancólico. Un
hermoso concierto en tono menor. Nada que objetar, salvo que este no es el tipo
de música que uno ansia escuchar con vehemencia a estas horas de la noche. A
little too much under control, si se me permite decirlo. / A diferencia de Monk, Ambrose toca bien del modo
correcto. A diferencia de Monk, escoge el camino más largo para llegar a un
punto.
Mostly Other People do the Killing
Jon Irabagon, saxofonista de MOPDTK
Hay un jazz que deslumbra, y un jazz que alumbra.
Cuando el jazz alumbra y deslumbra al mismo tiempo se llama “Mostly Other People do the Killing”. / MOPDTK parecen un grupo pop y actúan como un grupo pop,
pero no se lleven a engaño: en realidad, son un grupo pop. Sólo que tocan free
jazz. / Combinaciones sonoras inéditas. MOPDTK se pitorrean respetuosamente
de la historia del jazz en las portadas de sus discos y en su música, luego le
dedican un tema a “Dexter, Wayne y Mobley”.
Ana Sofrenovic
Para que una melodía pueda cantarse en clave de jazz
debe reunir determinadas características. Es por eso que unas canciones
funcionan y otras no. Ana Sofrenovic
canta cosas que otras no cantan por impotencia, miedo, o porque no les da la
gana. Es una cantante de las llamadas “teatrales”, porque actúan tanto como
cantan. En realidad, todas las cantantes actúan en una u otra medida. Todas
mienten. Por eso, los pianistas odian a las cantantes, aunque se casen con
ellas. / En el cartel, Sofrenovic figura como “estrella
invitada” de la “Balkan Salsa Band” del saxofonista Jovan Maljokovic. Cualquier
parecido con la salsa cubano-neoyorquina es pura coincidencia. / Sofrenovic es una “cantactriz” notable, y un
bellezón, aunque de lejos no lo parece. Lo canta/actúa todo, a Édith Piaf/Jacques
Brel y a Billie Holiday/Jevetta Steele ("Calling you"), cada cosa en su propio idioma. Si algún día acuden a
escucharla, pidan una butaca próxima al escenario.
Das Kapital
Karl Marx publicó el primer volumen de “El Capital” en
1867 (véase entrada correspondiente a K. Marx en este blog). La Original Dixieland
Jass-Jazz Band grabó el primer disco de jazz de la historia en febrero de 1917.
Daniel Erdmann, Hasse Poulsen y Edward Perraud fundaron “Das Kapital” en 2022 con el muy noble propósito de tocarle los
bajos a los críticos y al público de jazz.. Su música es insolente y ruidosa, divertida
y bestia. Si quieren saber más de ellos, escuchen su disco de versiones del cancionero navideño, tan a propósito para las (siniestras) fechas que se avecinan.
Miles Smiles
De izqda. a dcha.: Joey DeFrancesco, órgano; Ralphe Armstrong, bajo; Wallace Roney, trompeta; Omar Hakim, batería (tapado); Rick Margitza, saxo tenor; Larry Coryell, guitarra
Se llaman “Miles
Smiles”. Después de escucharles, uno, francamente, lo duda.
Postscriptum
Añádase a lo dicho, la novedad del “Blazin' Quartet” (Holanda / Suecia / Bulgaria / Serbia), del
que ya se ha hablado en este blog, junto a la confirmación de lo mucho y bueno
que son capaces de hacer Dave
Douglas y Joe Lovano cuando se
juntan con el propósito de hacer música; desde nuestro país, y promovidos por
el Instituto Cervantes, el Comando de la Clave sin Jerry
González, que no pudo viajar a Belgrado por problemas burocráticos; y, desde
Polonia, la muy estimulante pareja Mikołaj
Trzaska (saxos) - Rafał Mazur (guitarra
bajo).
Laku noć!
Chema García Martínez
Fotos: Tim Dickeson (con permiso del autor), excepto
primera y última (Chema García Martínez) y “Das Kapital” (archivo).
sábado, 10 de noviembre de 2012
De izqda. a decha.: Barry Guy, Agustí Fernández, Ramón López
Agustí Fernández - Aurora Trío
Hoy, domingo, en el colegio mayor San Juan Evangelista
Colegio Mayor San Juan Evangelista, Madrid
Avda. Gregorio del Amo, 4
19:30 h.
18,00 €
Para más información, véase "Aurora Trío. Historia de un fallo difícilmente comprensible" en este blog.
martes, 6 de noviembre de 2012
Críticas de discos publicadas en El País-Tentaciones
Rolf & Joachim Kühn Quartet, 'Lifeline'
Jaco Pastorius Big Band, 'Donna lee-live at Budokan 82...'
Stefano Bollani, 'Big Band!'
Jarrett - Garbarek - Danielsson - Christensen: 'Sleeper'
Charlie Haden – Hank Jones, 'Come Sunday'
Vicente Espí Quartet, 'Dog sounds'
Esperanza Spalding, 'Radio music society'
domingo, 4 de noviembre de 2012
Queridos amigos y seguidores de este blog.
Permitídme este pequeño ejercicio de vanidad, pero no me
resisto a reproducir el siguiente texto, obra de Carlos Pérez Cruz, que tuvo a
bien leer durante la presentación de mi libro, Esto es Jazz: los 101 + 101 mejores discos de la historia, habida en Madrid, el pasado 23 de octubre. Aprovecho
para reiterar mi más sentido agradecimiento al autor de palabras tan inspiradas
y enjundiosas a las que uno espera hacerse merecedor.
¡Bravo Chema! Un libro sobre discos en tiempos en los que
leer sobre el papel es un insulto a la inteligencia digital y en los que
comprar un disco le convierte a uno directamente en antisistema. Como siempre
acertado, señor García. No contento con esto, en vez de titular, provoca. Lo
cual, no lo neguemos, es consustancial a la figura del crítico. Y no se me
escude en que la editorial le propuso o impuso semejante bravuconada, que bien
conocen las hordas de aficionados al jazz de este país cómo se las gasta usted,
que no necesita cerilla sino bolígrafo y libreta para prender la llama de
facebook, la coartada de los pirómanos del siglo XXI.
No le mentiré, García, yo no he venido aquí ni a hablar de su libro ni tampoco del mío; que ni lo hay ni se lo espera. Estoy aquí porque me prometió un sitio preferente al lado del genio... por ver si se me pegaba algo. También es verdad que porque mi chica está enamorada de él y, ahora que lo veo de cerca, todavía entiendo menos por qué. Pero así es la vida. El señor, o sea, Coltrane, reparte: a unos el genio de las teclas y el atractivo... a usted y a mí, nada, no nos engañemos. Por eso nos dedicamos a hablar de los demás, aunque sea mal.
Volviendo al libro... Bueno no, casi mejor no. Divaguemos. No sé hacia dónde va esta sociedad, entre otras cosas porque ni sé hacia dónde voy yo, aunque lo más probable es que me vaya al carajo. Quizá por eso elegí el jazz - o el jazz me eligió, no lo sé - porque es una buena música para combatir el carajo, incluso para mandarlo todo al carajo. En todo caso, que me voy por los cerros de mi mente... y volviendo al libro... bueno, no, mejor no. Sigo divagando. Que no sé si habrá libros y discos mañana pero sí que habrá jazz y que espero que esté ahí usted para dar fe de él. Eso sí, con libreta y bolígrafo. Que otra cosa buena no sé si sabré decir de usted, pero que al menos no tweetea los conciertos, ya es algo. Que ya sabe usted que ahora la inteligencia es espontánea.
En fin, finiquito mi minuto de gloria, el que he tenido que pagar por estar al lado de un genio... reitero, el de las teclas... pero, ¿¡qué tendrá el maldito!? En fin, acabo y le agradezco la invitación para acompañarle aquí esta tarde. No me quiero extender más, entre otras cosas porque me hacen falta semanas y quizá años para solventar mis carencias. Porque, García, he descubierto - aunque ya lo sospechaba - que en esto de la crítica de jazz soy un impostor. Le confieso que decenas de los discos por usted seleccionados ni siquiera los he escuchado. Aunque me consuelo pensando, y no me lo tome a mal, que son cosas de la edad.
Por cierto, y ya acabo. Hace no mucho caminaba por la calle con un disco en la mano. No sé si le sorprenderá saber que me sentí observado, incluso escrutado. ¿Qué es eso? Se preguntaban seguramente. No llegó al pánico pero se intuía. Por eso reconforta saber que uno no está solo en este absurdo de seguir amando la música registrada en un disco. Por eso valoro este libro como lo que es: un canto de amor a la música. Bueno, eso espero, o quizá que quería usted sentirse observado. Pero como creo que no necesita de un libro para que se le mire, intuyo que hay en él el cariño hacia los maestros que nos han hecho y hacen felices y una loa al arte de escuchar (ambas cosas hoy en claro retroceso. Ni se respeta a los creadores, ni se los escucha). Por eso y por la opípara cena a la que espero me invite después, gracias.
© Carlos Pérez Cruz
Texto leído durante la presentación del libro Esto es Jazz: los 101 + 101 mejores discos de la historia de Chema García Martínez. Presentación en la librería 'La Central de Callao'
(Madrid) el 23 de octubre de 2012.
No le mentiré, García, yo no he venido aquí ni a hablar de su libro ni tampoco del mío; que ni lo hay ni se lo espera. Estoy aquí porque me prometió un sitio preferente al lado del genio... por ver si se me pegaba algo. También es verdad que porque mi chica está enamorada de él y, ahora que lo veo de cerca, todavía entiendo menos por qué. Pero así es la vida. El señor, o sea, Coltrane, reparte: a unos el genio de las teclas y el atractivo... a usted y a mí, nada, no nos engañemos. Por eso nos dedicamos a hablar de los demás, aunque sea mal.
Volviendo al libro... Bueno no, casi mejor no. Divaguemos. No sé hacia dónde va esta sociedad, entre otras cosas porque ni sé hacia dónde voy yo, aunque lo más probable es que me vaya al carajo. Quizá por eso elegí el jazz - o el jazz me eligió, no lo sé - porque es una buena música para combatir el carajo, incluso para mandarlo todo al carajo. En todo caso, que me voy por los cerros de mi mente... y volviendo al libro... bueno, no, mejor no. Sigo divagando. Que no sé si habrá libros y discos mañana pero sí que habrá jazz y que espero que esté ahí usted para dar fe de él. Eso sí, con libreta y bolígrafo. Que otra cosa buena no sé si sabré decir de usted, pero que al menos no tweetea los conciertos, ya es algo. Que ya sabe usted que ahora la inteligencia es espontánea.
En fin, finiquito mi minuto de gloria, el que he tenido que pagar por estar al lado de un genio... reitero, el de las teclas... pero, ¿¡qué tendrá el maldito!? En fin, acabo y le agradezco la invitación para acompañarle aquí esta tarde. No me quiero extender más, entre otras cosas porque me hacen falta semanas y quizá años para solventar mis carencias. Porque, García, he descubierto - aunque ya lo sospechaba - que en esto de la crítica de jazz soy un impostor. Le confieso que decenas de los discos por usted seleccionados ni siquiera los he escuchado. Aunque me consuelo pensando, y no me lo tome a mal, que son cosas de la edad.
Por cierto, y ya acabo. Hace no mucho caminaba por la calle con un disco en la mano. No sé si le sorprenderá saber que me sentí observado, incluso escrutado. ¿Qué es eso? Se preguntaban seguramente. No llegó al pánico pero se intuía. Por eso reconforta saber que uno no está solo en este absurdo de seguir amando la música registrada en un disco. Por eso valoro este libro como lo que es: un canto de amor a la música. Bueno, eso espero, o quizá que quería usted sentirse observado. Pero como creo que no necesita de un libro para que se le mire, intuyo que hay en él el cariño hacia los maestros que nos han hecho y hacen felices y una loa al arte de escuchar (ambas cosas hoy en claro retroceso. Ni se respeta a los creadores, ni se los escucha). Por eso y por la opípara cena a la que espero me invite después, gracias.
© Carlos Pérez Cruz
Texto leído durante la presentación del libro Esto es Jazz: los 101 + 101 mejores discos de la historia de Chema García Martínez. Presentación en la librería '
Servidor durante la presentación, inmejorablemente acompañado por Joachim Kühn y Carlos Pérez Cruz
sábado, 3 de noviembre de 2012
Vitoria, 2006: Michel Camilo y Tomatito comparten escenario con el "cantaor" Enrique Morente
Hoy en El País
"Dos en tierra de nadie"
El pianista dominicano Michel Camilo forma con Tomatito una
sociedad musical a medio camino entre el jazz y el flamenco. Mañana actúan en
el Auditorio Nacional para hacer lo que mejor saben: mezclarse.
Michel Camilo y Tomatito. Domingo 4. Madrid, Auditorio Nacional.
20.00.
viernes, 2 de noviembre de 2012
López
Conozco a Javier López de
Guereña de cuando trataba de pasar por músico de jazz, y todo lo que ha venido
después. Sé de pocas personas que se tomen su trabajo tan en serio como él.
El trabajo de Javier es la Música con mayúsculas,
aunque él se empeñe en escribirla con minúsculas, como queriendo pasar desapercibido.
Javier escribe Música, la interpreta, la piensa. No hay muchos que entiendan la Música en toda su dimensión
como él. Esa Música que queda entre las notas, alrededor de ellas. De eso habla
su Música. Única, inclasificable.
De alguien como Javier López
de Guereña sólo cabe esperar una obra como ésta. Un “Concierto para violoncello
y orquesta” que es mucho más que un simple concierto para cello, si es que algo
así puede ser simple. Si me lo preguntan, este concierto del que me gusta todo
menos su nombre, es una sinfonía de colores y texturas, de encuentros y
desencuentros (no en el sentido musical o científico del término). Es un lienzo
y es pintura. Es todo a un tiempo.
En la Música con mayúsculas de
JLG pasan cosas. Acaso sea este su signo distintivo más notable, junto a su
eclecticismo. Resulta desconcertante la naturalidad con que su autor recoge las
distintas corrientes estéticas contradictorias entre sí y las incorpora a su
obra.
Luego que la Música de JLG es inteligible,
lo que no es malo de suyo. Es descarada, cuando quiere, y sorprendente, casi
siempre. Está poblada de sonidos que uno no espera y nos ponen en guardia:
queremos saber qué va a suceder a continuación, “necesitamos” saberlo. Terminamos
por sentirnos juguetes en las manos del compositor, como personajes de una
trama argumental de la que, queramos o no, formamos parte.
Hay en este “Concierto para
violoncello y orquesta” un primer largo movimiento deslumbrante, y uno que
viene a continuación breve e inquietante, y algo que empieza pareciéndose a una
apoteosis final y termina en un “continuará”. Pero así es Javier López de
Guereña y así es su Música. Con mayúsculas.
Chema García Martínez
(A propósito del “Concierto para violoncello y orquesta” de Javier López de Guereña, pendiente de estreno).
(A propósito del “Concierto para violoncello y orquesta” de Javier López de Guereña, pendiente de estreno).
Javier López de Guereña & Virimá.
Hasta el domingo 4 de noviembre.
Madrid, Café Central. Plaza del Ángel, 10
21.00 h.
Entrada: 13 €