Día de Mercado
Espectros surgidos de ningún lugar. Jirones de un tiempo más allá del tiempo. Las siluetas en negro y blanco se recortan sobre el azul implacable del mediodía africano. En este rincón de la geografía etíope, el canon renacentista se envuelve en harapos y dignidad.
Monte abajo, las niñitas sonríen bajo el peso de los troncos. Sus pies desnudos han tomado la forma del camino. Polvo sobre polvo. El cerro cobra vida con lo que en la distancia toma la apariencia de un ejército de hormigas brotando por entre las rocas.
Campesinos silenciosos de mirada oblicua, enjutos sacerdotes de vara en mando y tocado en forma de cubilete invertido; túnicas de luminoso azafrán, raídas gasas del color indefinido de la tierra; rostros agrietados como el suelo que los acoge. Las horas del camino en la mirada. Una nación atravesando la Nada en su expresión químicamente pura.
Un baño de irrealidad lo envuelve todo. Como el Segismundo de Lope, soñamos que estamos aquí...
... es día de mercado en Lalibela.
Chema García Martínez (texto y fotos)
A pesar de que las fotos son bastante explícitas, se agradecen textos de este calibre.
ResponderEliminarEn realidad, tienes razón: las fotos hablan por sí solas. Con todo, me gusta que te hayan gustado mis comentarios, valga la redundancia.
ResponderEliminar