martes, 16 de febrero de 2010

ESTELAS DE ALBERT AYLER


estelas de albert ayler


es aquí la galena encendida de las noches

encontrarse perderse encontrarse en el laberinto del oído


una noche se ilumina la pista del circo

la pista circular que reúne a los contrarios

(exterior es la llamada del río el vacío saltar)

qué desfiles fantasmales qué love cries

y ahí sale el artista de la sierra musical

se cimbrea muerde con brillo de dientes

una lámina vibrante y delgada junto a él: john tchicai

suena la llamada clara y distinta: don cherry

y el otro suspendido en su alambre: era bobby few

nombres ahora que tiemblan en el dial


el dial de las melodías errantes con sus correspondencias (en las fiestas de mi aldea cantaron los fantasmas y de nuestros saxofones salió un himno que no existe)

las canciones nómadas: un canto chipewa

canción de la pausa del tambor


cuando hago una pausa

el tambor de la aldea


el zumbador de las antillas el valsecito aquel

bailado en el baile de los vampiros: clavecín y serpentón


a la pista sale también un niño va con su padre tocando en un funeral

vibra todo él como vibró una mañana de verano en el tubo de bechet

y se oyen grandes risas: son los otros dioses paternales

en el candombe del culto


pero los fantasmas sangran señalan con el dedo dicen:

mira, hay signos en el cielo

chupa el caramelo que te dio la bruja

hay jinetes allá arriba en ese cielo que sólo ves tú


nosotros sangramos

mientras desciende el holy spirit

con lengua de fuego las mandíbulas muy apretadas

una caña de metal que te vibra en la boca

turbulencias turbinas de la memoria


we play peace -gritas

¿qué paz gritamos nosotros con la furia construida por tu ejemplo

y somos ahora los que gritamos más fuerte? (pero no da el mismo grito el argentino barbieri que el hombre de arkansas llamado sanders)


continuo fluye ahí algo y de pronto

un salto (no lejos fluía gilmore, con su rectitud personal, improvisando sobre poinciana, vigilado por los atriles de los vanguardistas; pero él estaba en su casa, en su arkestra)


aquel funeral del padre el hijo el espíritu santo descendido

no es el mismo en la pradera del baile de mi aldea (la forma no puede ser más que una extensión del contenido, escribió el poeta creeley)

no es y es

porque todo está en todo y en la boca grande

se convulsiona la belleza y la verdad está en marcha

pentecostés mariachi canción de ronda


exterior es la llamada del río el vacío saltar

antes hubo voces llamadas personales que él oyó

venían de la tele reaccionó pulsó un gesto suyo

estampó el saxo contra la pantalla


sigue el desfile de los artistas

en la pista dan vueltas en redondo (así hizo monk, así hizo sun ra)

y aquí seguimos nosotros remendando una red

como si pudiéramos de pronto

oír aquel sonido en la procesión de los vivientes

el carnaval o el otro más siniestro

(semana santa de sevilla o de mi aldea chipewa)

en esa charanga quisiera yo desfilar

de la mano del reidor ju-ju

por ahí anda suelto y saltarín

turbulencias turbinas la forma el contenido

de la mano a él le lleva su lírica mary maría


la belleza mecida en los huesos de las rodillas

injuriada reconciliada mestiza

ahora flota un cuerpo en las aguas mecido por las corrientes (5 de noviembre de 1970 –recordatorio- un cuerpo de edad indefinida –35 años- hinchado por los gases de la vida orgánica)


suena allá arriba una tríada mayor

por su virtud simple podría descender la navidad a la tierra


(C´est la vision des nombres. Nous allons à l´Esprit. C´est très certain, c´est l´oracle, ce que je dis. Je comprens, et ne sachant m´exprimer sans paroles païennes, je voudrais me taire, escribió el poeta rimbaud)


my name is albert ayler my name is



Ildefonso Rodriguez, saxofonista alto, tenor, clarinetista bajo y escritor


con el eterno agradecimiento del autor de este blog



2 comentarios:

  1. Hola, Chema, buena entrada. El sábado escuché al autor, en la orquesta FOCO con Keith Tippett. Ya veo que le has dedicado una entrada aquí abajo...orquesta de vientos desatados, dulce e infernal, -el otro día, más dulce que infernal-
    En fin, un saludo. Me voy a escuchar a Albert Ayler

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  2. sçi, a mi también me gusta mucho el poema de Ildefonso, y me gustaron los concietos de Keith Tippett, sobre todo el segundo. Una música hermosa. Saluda a Albert Ayler de mi parte.

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