Momentos estelares de la presentación de “Sin Ana Beatriz”, tercera novela de Quinito López Mourelle, publicada por Ézaro.
El autor, al piano, es acompañado por Carlos Pérez Cruz, a la trompeta; y Baldo Martínez, al contrabajo.
El responsable de JAZZ Y OTRAS HIERBAS hizo entrega de un ejemplar del primer manual de Contrabajo de Jazz jamás editado, al contrabajista, compositor y entrañable amigo Baldo Martínez.
¡Asombroso! El secreto del contrabajo está en la pajarita. Sin ella no pía (nótese que el autor de este comentario quiere hacer una broma con la "Conferencia de los pájaros" de Holland, pero no creo que sin citarla se entienda... un fracaso, vamos).
ResponderEliminarPor lo demás fue un gusto el encuentro, Chema. Y para quien quiera esta semana en el "Club" larga conversación con Quinito regada con buena música. Audible en http://www.elclubdejazz.com/envivo/ (fecha 28/12/2011)
!Coño, una muestra de humor inglés en éste humilde blog!. Reconozco que no lo había cogido... bueno, no es la primera vez que no estoy a la altura, ni será la última.
ResponderEliminarSí que fue un gusto el encuentro. Paso a escuchar tu conversación con el amigo Quinito.
Abrazo
Humor nórdico (a la altura de la frialdad de mis dedos congelados). Tener al lado el "Conference..." ayuda. Aquí, preparando el guiño a Sam Rivers del próximo programa.
ResponderEliminar¿Alguna sugerencia Riveriana?
Te voy a decir algo: lo más importante en Sam Rivers, en mi humilde opinión, no era su música, un tanto irregular (de nuevo es mi modestísima opinión), sino él mismo y cuanto le rodeaba. Aparte de que era un tipo encantador. Si buceas en éste mismo blog te darás con una foto de servidor cenando en un restaurante madrileño hace unos doscientos mil años, junto a, entre otros, Dave Burrell y Sam Rivers. !Y Ebbe Traberg!. !Ah!, que tiempos aquellos... (seguramente, tú ni siquiera habías nacido).
ResponderEliminar¡Santísimo cielo! Ya he visto la foto. Yo ya estaba en este mundo, pero a punto de cumplir seis años de vida no estaba para brindar con... ¿sidra? ¿cava?
ResponderEliminarEsto de las necrológicas es lo que tiene, que le enfrente a uno a discos que escuchó de pasada, no escuchó u olvidó. Y, aparte de su debut con "Fuchsia Swing Song", su siguiente, "Contours", tiene algunos temas fascinantes. Mi conocimiento de Rivers no llega a tanto como para tener una visión general de su carrera, he estado escuchando esta tarde esos discos y algo de sus grupos con Holland, Braxton y compañía, aparte de su participación en el "Conference of the birds". E informándome, por supuesto, de su reverenciado loft en los setenta.
La impresión que a mi me da es que fue un creador demasiado difuso, no sé cómo decirlo. Rivers podía ser fascinante, como muy bien dices, o un peñazo (con perdón), o ni una cosa ni la otra, cuando se ponía a divagar (de nuevo, no encuentro el término adecuado, perdón). Recuerdo un concierto suyo en algún lugar de Holanda que aburrió a sus propios músicos... curioso: apenas recuerdo ningún concierto suyo, y le vi unas cuantas veces, que me "arrebatara". En eso, me identifico con lo que decía Miles de él. Sin embargo, ahora mismo estaba escuchando por Internet un poco de su música y hay cosas estupendísimas... no sé...
ResponderEliminarChema, no puedes escuchar por un lado las reflexiones de Quinito y, por el otro, a Sam Rivers... eso se llama "Free Jazz" y ya lo firmó Ornette.
ResponderEliminarTiene su gracia que terminara reclutando a los músicos que tocaban en los parques temáticos de Florida (Disney World...) para retomar la big band de Rivbea...
Está claro que es difícil mantener la tensión y la atención durante toda una vida. Muy pocos lo logran (por eso están en la mente de todos) pero también es cierto que llegar a los 88 años en activo te da para hacer de todo un poco (e incluso nada).
¡Cuántos músicos se aburren en escena como sidemen!
!Cuánta razón tienes, amigo!
ResponderEliminar!Pues que viva Sam Rivers y la madre que le parió!
A ver cómo estamos tú y yo con 88 (yo estupendo, seguro)
Con Quinito no me he puesto todavía.
Cuando llegues a 88 espera a mis 88 y a partir de ahí tiramos p´alante. Pero, ¡pardiez!, nada de discos de Jazz ni sopladores extraviados. Algo más ibicenco (y eso, querido, no incluye al amigo Joachim).
ResponderEliminarSiempre pensando en lo mismo...
ResponderEliminar!Ay, Ana Beatríz!
En Ibiza, exacto, que siempre ha sido un concepto.
ResponderEliminarTalmente de acuerdo. Y ahora, con tu permiso, me voy a duchar, que ésta noche tengo concierto. Hay que ver, la vida del crítico de jazz...
ResponderEliminar¡Diantres! No seré yo quien estropee semejante acontecimiento. Que el agua caliente llegue hasta su grifo. Puede ir usted en paz.
ResponderEliminarDemos gracias a Pérez
ResponderEliminarMenuda pareja... Gratificante conversación... Sólo se me ocurre sugeriros precisamente (y al hilo de la broma de Carlos) los discos (creo que dos) de Sam Rivers y Holland: un dúo estupendo. Por otro lado ayer (miércoles) fui a clase de piano y mi profesor Sergio Delgado (un portento, os lo aseguro) me puso un vídeo de Jason Moran con Rivers (creo que eran imágenes del proceso de grabación del disco de Moran en el que participa Rivers). Durante unos minutos Rivers se sentó al piano y tocó unas cosas muy extravagantes y peculiares mientras Moran le escuchaba a sus espaldas. Le dije a mi profesor que Rivers todavía estaba vivo pero que ya le quedaría poco. Por la tarde entré en la página de Cuadernos de Jazz y leí la noticia...
ResponderEliminarUn abrazo a los dos
Quinito
Hola, ilustre Quinito. Siento no haber publicado tu comentario hasta ahora, pero me ha pillado fuera de juego, vamos, que no estaba en casa. ya sabía yo que tú eres un poco brujo (gallego, al fin y al cabo), esas premoniciones... por cierto, no conozco ese vídeo tan prometedor... Un abrazo para ti y feliz año, que será el de tu consagración como novelista. Seguro.
ResponderEliminarQueridos,
ResponderEliminarcreo que puede ser este video: http://vimeo.com/11266926
Fantástico vídeo.
ResponderEliminarViéndolo, he recordado un motivo por el que no me gusta Sam Rivers: toca la flauta. !Por diossssss!. Éste instrumento debería estar prohibido, junto con la gaita (horror de horrores) y el acordeón. Flautistas, en jazz, sólo soporto a Rahsaan y Eric Dolphy.
Y, por cierto: ¿qué haces tú despierto y consultando el ordenador a éstas horas de la madrugá, un 30 de diciembre?.
Y, por cierto: ¿qué hago yo?
Estoy de acuerdo en que, en general, lo de la flauta en Jazzzzzzzzzzzzzzz
ResponderEliminarTe imagino fan de Rufus Harley, ese gran gaitero.
Lo mío, querido Chema, son las Coplas de la madrugá... y olé.
El caso es que su disco con Rollins en Montreux me hace gracias. Será porque, en tiempos, lo podías encontrar barato y, muchos, era el único disco de Rollins que teníamos (hablo de la época en que el disco de jazz era un artículo de lujo).
ResponderEliminarCoplas de madrugá, un gran disco...
Lo que me resulta asombroso es que tu blog sepa capturar tu alma de insomne, señalando horas intempestivas cuando ya hemos desayunado... Imagino que en el futuro quienes indaguen en tu obra caerán en la trampa de este blog...
ResponderEliminarAhora los discos de Jazz no es que sean baratos, es que son un contrasentido. Por eso algunos los cobran a precio de tal. Te juro que un día el personal me miraba raro en la calle por llevar uno en la mano...
1: yo no he desayunado
ResponderEliminar2: espero que si existe alguien que en el futuro indague en mi obra, se de cuenta de su inmenso error cando ya sea demasiado tarde.
3: yo, al menos, escuchaba antes la música con mucha más pasión, cuando, para hacernos una idea de cómo coño sonaba ese tal Coltrane, nos aferrábamos al único disco suyo que podía encontrarse, que podía ser una sesión de tercera categoría en la que tocó sin ganas, acompañando a quién sabe quién. Y, créeme, llegábamos a conclusiones que no estaban demasiado lejos de la realidad, tal como lo pudimos comprobar cuando, al cabo del tiempo, pudimos hacernos con una copia de A lo ve supreme, o Ascension. Parece mentira cómo le sacábamos el jugo al asunto.
4: hablo en plural, porque entonces el disco de jazz o de lo que fuera) era un hecho grupal que se vivía y se compartía vía teléfono, escuchas compartidas en casa de uno (una excusa como cualquier otra para gorronear cervezas ajenas), etc. En mi caso, un compañero habitual en éstos menesteres fue Federico González quién, como sabes, fue mi antecesor en El País.
5: cuanto más cedés y mp3 tengo, más me gusta el elepé.
1) Yo sí he desayunado (tostadas con Nutella y un Cola Cao bien caliente... ya sabes, "es el Cola Cao desayuno y merienda ideal".
ResponderEliminar2) Espero que se alguien, al darse cuenta demasiado tarde, trate de enmendar su error estudiando mi obra. Y entonces ya no encontrará motivos para seguir vivo.
3) Yo no viví aquello, pero sí mis tardes enteras en la tienda de discos "Chaston" de Pamplona. Ahora utilizo uno de los reproductores de CDs que había en la tienda y que salvé de ser arrojado al contenedor el triste día final de aquello.
4) Ahora la experiencia es individual cuyo paradigma es el enésimo cacharrito del difunto Jobs (ese día debió de entrar en tu blog). Millones de zombies que escuchamos todo menos lo que sucede a nuestro alrededor.
5) Cuanto más antiguos se hace leer un periódico, con más placer lo compro. Cuanto más se impone la dispersión, más me concentro. Cuanto más absurdo es un CD, más lo valoro.
Buñuel concebía el placer ideal al que puede llegarse como sentarse un domingo por la mañana a leer el periódico en un café de provincias (en su caso, Calanda, claro está). Y, por cierto, ayer fui al cine, ¿recuerdas?, esa cosa que se proyecta en un lienzo blanco que no es una televisión y ven muchos. La última de Polanski. Interesante en la medida en que el personal se involucra en el asunto -al menos, eso ocurrió en la sesión a la que acudí- y participa en la acción y los estímulos le llegan a uno de todos lados, de la pantalla, de lo que sucede detrás de ella, del propio patio de butacas.... algo así como una ópera-total wagneriana o un concierto de de cuando el free era free (juro que no me fumé nada raro antes de meterme en la sala).
ResponderEliminarEjemplo del abismo generacional: yo nunca he probado la nutella (¿nos e dice Nocilla?), y el Cola-cao no lo cato desde el día en que vino aquel negrito del África tropical...
No te digo más que de crío (sí, de pequeñajo) iba de vacaciones con mis padres con un periódico bajo el brazo que, ¡por supuesto!, no podía ser arrugado bajo ningún concepto, causara eso la incomodidad que causara.
ResponderEliminarConfesión: mi lugar en el mundo es una sala de cine. Es el sitio donde más feliz me siento (siempre y cuando no haya nadie o si lo hay permanezca en un cada día más en vías de extinción, silencio escrupuloso). Problema: no soporto el cine doblado. Lo que viviendo en provincias, te puedes imaginar. Pero, ¡aleluya!, hoy han puesto una en V.O. así que iré en peregrinaje hasta el cine. Creo que es "El Topo", creo que es una adaptación de una novela de LeCarré. Hoy renuevo una relación con el cine que para mí es vital pero que llevan negándome meses (creo que nunca había estado meses sin ir al cine). Por cierto, el otro día estuve revisando una película francesa que mezcla la pasión por la música con los bajos fondos y mafias de la construcción. La muy recomendable "De latir mi corazón se ha parado".
Nutella es Nutella, Nocilla es Nocilla. OK a la primera, KO a la segunda.
Gracias por la recomendación fílmica. Te diré que yo provengo del mundo del cine, que me viene por vía sanguínea (una especie de herencia familiar), y de hecho hice mis pinitos en su momento, hasta que me harté de soportar cuanto rodea ese mundo, el desmedido afán de poder, el famoséo, el ansia por la pasta... si dejé el cine fue, precisamente, porque me apasiona. He vuelto a hacer alguna cosilla, escribí en Nickelodeon (creo recordar que algo hay en éste blog) y tengo pendiente un libro sobre el tema al que voy dando largas... todo llegará.
ResponderEliminarEn adelante prometo no confundir Nutella con Nocilla en el improbable caso de que salga el tema en alguna conversación, o semejante. Y ahora que caigo, no he probado el asunto pero he conocido al director de Nutella, de hecho estuve de copas con él, en un congreso en Italia, al que también acudió el -entonces- famosísimo "Super-López".
PD: casualitas casualitatis, anoche leí un texto delicioso del maestro Traberg en el que cuenta su experiencia asistiendo a una proyección en Roma de "´Round midnight" (con el acento antes de la erre, por favor) doblada al italiano... ¿puedes imaginártelo?
Así que cambiaste el famoseo y el ansia monetaria del cine por la alfombra roja de alcantarilla y la ruina jazzística. Bien Chema, lo tuyo es saber elegir. Creo que el que quizá se arruine vitalmente estudiando tu obra sea yo.
ResponderEliminarNutella, copas, Super-López... querido, es hora de que desayunes.
PD: ¿Texto que es público, accesible, ande leerlo? Hace unos meses estuve viendo "Roma, ciudad abierta". En original, claro. Al terminar me dio por curiosear en el doblaje. Y para mi sorpresa en una escena donde encienden la radio para escuchar Jazz, la versión doblada cambia hasta la música (creo que saqué el audio de ambas versiones... a ver si lo encuentro y te lo mando ahora al mail).
A veces me das miedo, tu capacidad de percepción, joder, pareces mi padre... Eso que dices de mi contrastada habilidad para elegir la opción más ruinosa me lo he dicho a mi mismo tantas veces, luego me pongo un disco de Coleman Hawkins -The genius- y se me olvida todo. ¿Por qué nos olvidamos tan fácilmente de Bean? ¿y de Sweets Edison? ¿y de Big Nick Nicholas? ¿seré de verdad el romántico que creo ser? ¿lo serás tú? No imagino forma más romántica de arruinarse y terminar durmiendo en la calle que dedicarse a estudiar mi ¿obra?
ResponderEliminarPD: he visto mil veces Roma..., de hecho la volví a ver no hace mucho y conserva todo su vigor, y nunca he reparado en semejante detalle absolutamente vital. Genial, si puedes enviarme el audio. Te lo agradecería very much.
PPD: no sé si te habrás dado cuenta, pero en realidad te estoy dando cuerda para ver si, entre los dos, batimos el record de comentarios en el blog, que creo que sí
PPPD: según creo recordar, he colgado 2 textos dedicados a la temática músico-cinematográfica publicados en Nickelodeon, uno dedicado a los ruidos y otro a Woody Allen, que fue bastante controvertido, y de cuyo contenido no me responsabilizo, al menos, en parte.
¡Ah! Perdona, pensaba que era evidente que simplemente procurábamos que lograras ese éxito cuantitativo de comentarios. De algo tendrás que poder presumir mirando al 2011.
ResponderEliminarUna de las maravillas de las grabaciones clásicas que, como no acostumbro a escucharlas, cuando me topo con ellas las disfruto (todavía) más. Si me dedicara a escucharlas con la compulsión de mi labor diaria con la música actual terminaría por aborrecerla, y claro, uno procura todavía mantener espacios de disfrute con la música.
Buscaré tus textos (necesito empezar a recopilar tu magna obra). ¿El texto de Traberg está por algún lado?
Precisamente, el director de Nickelodeon, tras echar el cierre a la revista después de que Garci cerrara el grifo, se ha retirado a un pueblecito en Cádiz y se dedica a ver cine rodado antes de 1950, únicamente. Para mi, eso sería un sueño, te lo digo francamente, aunque luego lo pienso y llego a la conclusión de que me encanta vivir éste momento de transformación tan estimulante y rico en sugerencias (no tanto por lo que se refiere a las Bellas Artes, suponiendo que el jazz y el cine lo sean).
ResponderEliminarSe me olvidó: el texto de Ebbe, publicado en origen en Scherzo, creo, está accesible, si es que puede decirse así, en la recopilación que editó el festival de Ezcaray. A mi texto de Woody Allen puedes acceder yendo a "Temas" y pinchando en "Woody Allen" (original que es uno)..
En cuanto a lo que me has enviado de Roma..., lo que suena en la versión española es, obviamente, Count Basie (!esa guitarra de Freddie Green!). En la original, ya no estoy tan seguro, podría ser alguien como Arnett Cobb con Lionel Hampton, que era muy famoso en Europa en aquellos tiempos, pero no escucho el vibráfono por ningún lado y ese vibrato del saxofonista... no sé...
!Ah!, y por cierto, hemos superado en el número de comentarios al "caso Siguenza" (!!!!!)... felicidades por lo que te toca...
¡Pardiez! ¿Damos, por lo tanto, por finiquitada esta farsa... digo, charla?
ResponderEliminarYo soñaba con Cádiz hasta que logré bajar y conocer sus pueblos y playas durante una semana de primavera... lluviosa, que ya es mala suerte.
A ver qué sale de todo este momento... no sé yo.
Sobre todo, Cádiz es la tierra de Mágico González, gloria del balompié que no es de allí, pero como si lo fuera. Y con un "viva el Cai manque pierda" despido, con tu permiso, ésta farsa con apariencia de charla con apariencia de farsa, que me distrae de mis obligaciones como currante y amo de casa. Lo que salga de éste momento, ni tú ni yo podemos saberlo, así que salga el sol por Antequera y que dios y la Guardia Civil nos cojan confesaos.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
¡Oh! Gran Mágico... esta tacita de plata.
ResponderEliminarAbrazos, achuchones y que la ertzaintza, la guardia foral y la civil nos cojan con los calzoncillos limpios (y es que, por mis tierras, se solapan los funcionarios públicos).