Hola Chema. La linea que separa a la música del ruido, en el caso de Zorn, se diluye o ni siquiera existe. Diría que la dinámica de su música se mueve en la parte alta del medidor de decibelios, y es recomendable asistir con tapones en los oídos. Lo comprobé en dos ocasiones, tampoco me parece una música para escuchar sentado en una butaca, a mi me costó. ¿Qué pretende este "enfant" terrible de la escena NY? Tal vez rizar el free Ornettiano, mezclando actitud punk y noise. Me gustan algunas propuestas con Masada, pero, no soporto Naked City más de una escucha fragmentada. Luego está su beligerancia judia, y no me extrañaría que apoyara la causa a favor de la ocupación del territorio palestino. Como "buen" judio, le gusta mucho el dinero. Por lo que, 45€ me parece un abuso, y la organización de festival debiera en próximas ediciones apostar por los valores vecinos (regionales, ibéricos o europeos), que también pueden hacer música-ruido, pero, seguro que no salen tan caros y además ese dinero pagado revierte en la economía propia, tan maltratada. Autoestima y respeto, Sres. programadores, cambien de actitud. Ya está bien de importar sin ton ni son! La bella Easo, Vitoria y Getxo serían un escaparate estupendo para lxs músicxs de este país que sufren para ser escuchados en condiciones dignas, esto no quita que algunos músicos USA sigan viniendo a tocar. Por cierto, ¿cobran en dólares o euros?
En cuanto a la señorita Andrea Motis; solo deseo que no se convierta en un futuro juguete roto y consiga volar sola algún día.
Chema, te deseo un buen agosto y merecido descanso.
Querido/a. Perdona mi tardanza en contestarte, pero he estado de "cura de desintoxicación" (vulgo viaje) después de la experiencia agotadora de los festivales vascos. Tienes mucha razón en lo que dices sobre John Zorn. En su caso, y es una opinión, la forma -la actitud, si quieres decirlo así- es más importante que el fondo. Vuelvo a lo que escribí cuando el Maratón Massada: 5 minutos de Lee Konitz, que tocó ese mismo año sin tanto aparato ni verborrea, valieron más que las 5 horas de John Zorn. Acaso el problema sea que Konitz no es "lo bastante judío", como ha dicho Zorn. Y, desde luego, hay otros grupos y solistas de "noise" tan apasionantes, si no más, que Zorn. En éste mismo blog encontrarás algún ejemplo ("Wolf Eyes", que tocaron hace unos años en La Casa Encendida, en Madrid). Hay mucho que decir sobre los festivales vascos. Algunas cosas ya les he dicho. Otras, quedan para un próximo artículo que estoy escribiendo. Sobre Andrea Motis... mejor, lo dejamos. Buen verano para ti.
Chema. Si J. Zorn, dijo eso de Lee Konitz, queda en evidencia lo que dije en el comentario anterior; por la boca muere el pez. Estoy viendo algunos de los conciertos que emite la TVE (pública y castigadora) a horas intempestivas, y confirman lo que apunté anteriormente. Entre el sonido pabellón, el cartel tan poco atractivo, ciertos precios, largas colas y apretujones. Algunas personas que amamos esta música, preferimos gastarnos la pasta en discos e ir a festivales más humildes y cercanos. Si en Francia las programaciones de festivales exigen por ley que al menos el 50% del cartel sean propuestas/grupos autóctonos, por qué el país vasco y por extensión el estado español, tan próximo a ese país y tan "europeo" al menos en el coste de servicios y calidad de vida, no toma nota? Hasta cuándo van a seguir maltratando a lxs creadorxs vecinxs? Ya está bien! Ánimo con ese artículo y muchas gracias. Ana Coreta
Sólo puedo decir una cosa, y es que tienes razón en todo lo que dices. Hay mucho que repensarse con el tema de los festivales de jazz en éste país, y lo que no son los festivales, aunque no veo mucho a los directores de los mismos por la labor. Veremos...
Hola Chema.
ResponderEliminarLa linea que separa a la música del ruido, en el caso de Zorn, se diluye o ni siquiera existe. Diría que la dinámica de su música se mueve en la parte alta del medidor de decibelios, y es recomendable asistir con tapones en los oídos. Lo comprobé en dos ocasiones, tampoco me parece una música para escuchar sentado en una butaca, a mi me costó.
¿Qué pretende este "enfant" terrible de la escena NY? Tal vez rizar el free Ornettiano, mezclando actitud punk y noise.
Me gustan algunas propuestas con Masada, pero, no soporto Naked City más de una escucha fragmentada. Luego está su beligerancia judia, y no me extrañaría que apoyara la causa a favor de la ocupación del territorio palestino.
Como "buen" judio, le gusta mucho el dinero. Por lo que, 45€ me parece un abuso, y la organización de festival debiera en próximas ediciones apostar por los valores vecinos (regionales, ibéricos o europeos), que también pueden hacer música-ruido, pero, seguro que no salen tan caros y además ese dinero pagado revierte en la economía propia, tan maltratada.
Autoestima y respeto, Sres. programadores, cambien de actitud. Ya está bien de importar sin ton ni son! La bella Easo, Vitoria y Getxo serían un escaparate estupendo para lxs músicxs de este país que sufren para ser escuchados en condiciones dignas, esto no quita que algunos músicos USA sigan viniendo a tocar. Por cierto, ¿cobran en dólares o euros?
En cuanto a la señorita Andrea Motis; solo deseo que no se convierta en un futuro juguete roto y consiga volar sola algún día.
Chema, te deseo un buen agosto y merecido descanso.
Ana Coreta
Querido/a.
ResponderEliminarPerdona mi tardanza en contestarte, pero he estado de "cura de desintoxicación" (vulgo viaje) después de la experiencia agotadora de los festivales vascos.
Tienes mucha razón en lo que dices sobre John Zorn. En su caso, y es una opinión, la forma -la actitud, si quieres decirlo así- es más importante que el fondo. Vuelvo a lo que escribí cuando el Maratón Massada: 5 minutos de Lee Konitz, que tocó ese mismo año sin tanto aparato ni verborrea, valieron más que las 5 horas de John Zorn. Acaso el problema sea que Konitz no es "lo bastante judío", como ha dicho Zorn. Y, desde luego, hay otros grupos y solistas de "noise" tan apasionantes, si no más, que Zorn. En éste mismo blog encontrarás algún ejemplo ("Wolf Eyes", que tocaron hace unos años en La Casa Encendida, en Madrid).
Hay mucho que decir sobre los festivales vascos. Algunas cosas ya les he dicho. Otras, quedan para un próximo artículo que estoy escribiendo.
Sobre Andrea Motis... mejor, lo dejamos.
Buen verano para ti.
Chema.
ResponderEliminarSi J. Zorn, dijo eso de Lee Konitz, queda en evidencia lo que dije en el comentario anterior; por la boca muere el pez.
Estoy viendo algunos de los conciertos que emite la TVE (pública y castigadora) a horas intempestivas, y confirman lo que apunté anteriormente. Entre el sonido pabellón, el cartel tan poco atractivo, ciertos precios, largas colas y apretujones. Algunas personas que amamos esta música, preferimos gastarnos la pasta en discos e ir a festivales más humildes y cercanos.
Si en Francia las programaciones de festivales exigen por ley que al menos el 50% del cartel sean propuestas/grupos autóctonos, por qué el país vasco y por extensión el estado español, tan próximo a ese país y tan "europeo" al menos en el coste de servicios y calidad de vida, no toma nota? Hasta cuándo van a seguir maltratando a lxs creadorxs vecinxs? Ya está bien!
Ánimo con ese artículo y muchas gracias. Ana Coreta
Sólo puedo decir una cosa, y es que tienes razón en todo lo que dices. Hay mucho que repensarse con el tema de los festivales de jazz en éste país, y lo que no son los festivales, aunque no veo mucho a los directores de los mismos por la labor. Veremos...
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