Zara McFarlane no es una diva (todavía)
La última esperanza del jazz vocal es una británica de origen jamaicano con debilidad por Nina Simone
Lo primero que llama la atención es su nombre: “simplemente,
a mis padres les gustaba cómo suena. Que yo sea, no hay ningún significado
oculto”. Zara McFarlane es una voz cálida y sensual, con un toque aniñado, que
envuelve al oyente en un océano de sensaciones. Y, tras la voz, unas canciones
escritas en primera persona del singular; las de su nuevo disco, “If you knew
her”. Para buena parte de la crítica, lo mejor que ha dado el jazz & soul británico en décadas.
Zara McFarlane nació hace 30 años en las cercanías de
Londres, en el seno de una familia de origen jamaicano: “el reggae constituía
el fondo musical sobre el que transcurría la vida familiar, pero también escuchábamos
mucho R&B, sobre todo a Michel Jackson”. Y no sólo a él: “If you knew her”
contiene una interpretación cuanto menos sorprendente de “Police and thieves”, la
pieza de Junior Murvin que llevaron a la fama The Clash en 1977: “esta canción
me ha acompañado a lo largo de mi vida. Cada fiesta, cada reunión social, cada
boda, ahí estaba Junior Murvin. Me volvía loca. No hay más que ver el vídeo que
circula por YouTube para darse cuenta de que era un tipo con clase, y muy
poderoso. Todos en la familia le adorábamos”.
La futura nueva reina del jazz británico debutó a los 14
años en un show televisivo con una imitación de la norteamericana Lauryn Hill:
“aquella fue mi primera aparición pública, pero siempre he cantado, toda mi
vida, mucho antes de convertirme en arista profesional. Simplemente, no
entiendo la vida sin cantar”. Decidida a hacer de la música su profesión,
ingresó en el Brit School de Croydon, en el Sur de Londres, para ampliar sus
conocimientos de teatro musical: “no sabía mucho del tema, por decir que sabía
algo… entonces caí enamorada de los musicales, aprendí todas las viejas
canciones. Luego me di cuenta de que esas canciones son los estándares del jazz,
y que me gustaban mucho más las versiones en jazz que las originales”.
Zara aprendió cuanto sabe por los libros: es diplomada en
Música Popular y en Jazz e Improvisación por la Universidad de West London y el
Guildhall School of Music & Drama, respectivamente: “estudiar jazz es como
aprender un idioma, uno debe familiarizarse con sus diferentes áreas, saber cómo
suena el bebop, aprender las
enseñanzas espirituales de John Coltrane... al final, lo que de verdad cuenta
es la práctica; hablar el idioma. Por eso, mi profesor me animaba continuamente
a salir y actuar y probar cosas nuevas.
Durante un tiempo estuve bastante involucrada en el ambiente de las jam sessions, dedicada a investigar en
torno a la idea de improvisar”.
“If you knew her” es su segundo disco como lideresa tras “Until
tomorrow” (2011): “entonces, todo mi interés estaba centrado en crear un sonido
que resultara coherente en torno a una banda que es la misma en todos los
cortes del discos. En “If I knew…”, los arreglos están hechos a medida para
cada canción y los músicos varían de un tema a otro. La idea de unidad viene de
lo que cuento en las letras”. Tres años más tarde, la cantante vuelve a contar
con la inestimable colaboración de Gilles Peterson (MJ Cole, The Young
Disciples, 4hero, Incognito, Terry Callier, Galliano…): “conocí a Gilles en
mayo de 2010 actuando en el Southport Weekender. Le di un disco con mis
canciones en acústico y en nada estaba llamándome para decirme que quería
grabar un disco conmigo. Cuando me quise dar cuenta estábamos en el estudio.
Casi completamos el disco sin haber firmado un solo papel”. Para McFarlane, no
hay lugar a dudas: sin Peterson detrás de la mesa de producción no hubiera
habido “If you knew her”. “Gilles forma parte de la esencia misma del disco”,
reitera. “Su entusiasmo es algo contagioso. Durante la grabación estuvo todo el
tiempo encima de mí haciendo sugerencias, experimentando y animándome a que
experimentara. Me encanta observar a alguien como él mientras trabaja, escuchar
las historias que cuenta, envolverme en su mundo…” El resultado de todo ello lo
resume su autora en una frase: “este disco soy yo. Es mi voz y son mis
canciones. Estas canciones tratan de mí, de mis emociones, mi identidad, los
cambios que ha habido en mi vida; hablan de mi familia y mi gente, de mi madre,
mi hermana, mi tía… ellas han sido mi inspiración en este viaje en torno a mí
misma”.
Nada mejor que una canción hermosa y triste para poner al
oyente en situación. Que su autora haya elegido la hipnótica “Open heart” para
abrir el disco no es fruto de la casualidad. También ha sido la canción elegida
para el primer vídeo-clip (en YouTube), en el que aparece la cantante luciendo
sus mejores galas: “la imagen es muy importante para una cantante, y quien diga
lo contrario es que no ha experimentado la diferencia que hay entre salir a escena
vestida con un traje bonito o en shorts. Eso sí, fuera del escenario, voy siempre
de sport”. Para la cantante, “comparado con el anterior, este es un disco más
de jazz, con muchos temas de puro swing y alguna que otra locura”. Entre las
“locuras” destaca la subyugante “Angie la la”: 7 minutos y 38 segundos de alta
intensidad. Al oyente no le queda otro remedio que acompañar a la cantante en
su viaje viaja a alguna galaxia lejana siguiendo el rastro de su adorado
Pharoah Sanders. Los discos del saxofonista de los años sesenta y setenta, en los
que una sola interpretación daba para completar las 2 caras, siguen constituyendo
para la cantante una referencia ineludible “… pero no es algo que una vaya
buscando conscientemente. En realidad, ésta es una de esas cosas que te salen
cuando estás en un estudio de grabación y empiezas a improvisar sin saber muy
bien a dónde vas, y es algo que me encanta porque tiene algo de esa energía tan
loca de aquellos tiempos del “free jazz”. Y, bueno, Pharoah tenía a Leon Thomas
cantando con él, yo tengo a Leron Thomas, que tampoco es moco de pavo. En
cuanto al título, lo confieso: no tengo ni idea de lo que significa”.
En el corazón de Zara no sólo hay lugar para los
saxofonistas furiosos como Sanders: “mi primer modelo en el jazz fue Nina
Simone, incluso antes de descubrir el jazz. Ya entonces adoraba su voz, sus
canciones, incluso su imagen, aunque sus letras tengan casi siempre un tono
dolorido que no me va demasiado”. Con esto que la cantante ideal de Zara vendría
a ser una mezcla entre Nina Simone, Sarah Vaughan y Billie Holiday: “no lo
puedo remediar: me encantan las voces. Y tanto Sarah como Billie tenían
aquellas extraordinarias voces…” que quede claro: Zara McFarlane tiene un
corazón, además de una voz. Su argumento favorito como cantante y en la vida
real, asegura, es el amor: “yo no diría que “If you knew her” es un disco
romántico pero sí que su tema central es el amor como instigador de la vida”.
El amor en sus sucesivas etapas constituye un motivo de
reflexión en temas como “Spinning Wheel”: “la idea es que cuando amas por
primera vez todo es muy bonito, lo duro viene después. En realidad, todo el disco
es una vuelta a la rueda del amor desde que aparece hasta que se va; a veces la
música es una locura, a veces es más sosegada, las emociones se mezclan, como
en la vida”. Puestos a elegir un tema del álbum, Zara se queda con “The games
we played”, un retrato en sepia cargado de melancolía y una cierta nostalgia: “es
como cuando vuelves a mirar una imagen antigua y te sumerges en todas las
emociones que esa imagen te transmite. Más que ninguna otra, esta canción es mi
forma de decir: escucha, esta soy yo”.
El noviembre de 2014, Zara McFarlane actuó como telonera de
Dianne Reeves en el Queen Elizabeth Hall: “fue un privilegio cantar en el mismo
espectáculo que ella. Dianne representa el clasicismo entre las cantantes de
jazz hoy en día. Y, de nuevo, me encanta su tono de voz.” Sus anteriores duetos
con Hugh Masekela y Soweto Kinch lo demuestran: la voz de Zara mezcla bien. Entre
los proyectos de la cantante, un dúo con el multipremiado y omnipresente Gregory
Porter: “tenemos una banda y estamos buscando fechas”. Para la historia quedan
sus experiencias junto a Ogris Debris, Ninja Tune, Osunlade, Emanative, DJ
Dalminjo o Nicola Conte: “me gusta la música electrónica y cuanto representa re
renovación, pero no tengo tiempo para ella. En este momento mi interés se
centra en escribir música e interpretarla; quiero involucrarme más profundamente
en las labores de producción…”
Una cosa queda clara: de divismo, por el momento, nada. “Diva,
lo que se dice diva, no lo soy… todavía”.
Chema García Martínez
(Versión completa del artículo publicado en El País-"Tendencias" 11-3-2014)
