lunes, 29 de julio de 2013

Hoy en El País

 
La Plaza de la Trinidad durante la actuación de Youn Sun Nah
Foto: JMGM
 
Jazzaldia cierra en femenino
Diana Krall clausura el festival con las canciones de su nuevo disco ‘Glad rag doll’

 
 
Youn Sun Nah
“No tengo deudas con nadie, el jazz es la música de la libertad”

La cantante coreana cerró anoche el Festival de Jazz de San Sebastián
 

sábado, 27 de julio de 2013

Hoy en El País

 

Las metamorfosis de un genio
El saxofonista John Zorn dirige un maratón musical de varias horas con distintos conjuntos y solistas en el Festival de Jazz de San Sebastián

Dedicado a Lúcia Araujo, sin la cual mi particular maratón periodístico no hubiera sido posible

El Festival de Jazz de San Sebastián en El País

  
Agustí Fernández Aurora Trío
 
Todos contra Elvis Costello en el Festival de Jazz de San Sebastián
Carla Bley y Steve Swallow interpretaron su minimalismo en la Trinidad
El público abarrota los conciertos, pese a la lluvia

viernes, 26 de julio de 2013

El Heineken Jazzaldia recuerda a Raúl Mao

 
Foto: JMGM

Miguel Martín, director del Festival de Jazz de San Sebastián, hace entrega de la correspondiente placa conmemorativa a Mª Antonia García, en recuerdo de Raúl Mao y reconocimiento de la labor desarrollada por Cuadernos de Jazz durante los últimos años de festival. El sencillo pero muy emotivo acto tuvo lugar anoche, justo antes del concierto de Jorge Pardo y su "Huellas XL Big Band". Escenario: la tradicional Plaza de la Trinidad, la "Trini", para los amigos.
 

miércoles, 24 de julio de 2013

 
 
Hoy en El País
 
Lou Donaldson, una estrella de 87 primaveras


domingo, 21 de julio de 2013

EL JAZZ VUELVE A LA PORTADA DE "EL PAÍS"

 
 Foto: J.M. García Martínez
 
La rumba de Paco y Chic
 
Paco de Lucía y Chick Corea, amigos y leyendas vivas del flamenco y del jazz, vuelven a tocar juntos en el Festival de Vitoria 12 años después de su último concierto a duo

sábado, 20 de julio de 2013

FESTIVAL DE JAZZ DE VITORIA
“¡Maalouf! ¡Que estás en Vitoria, tío!”
 HOY EN EL PAÍS
 
El sobrino del escritor libanés triunfa y Melody Gardot no decepciona

miércoles, 17 de julio de 2013

 
Hoy en El País
 
Craig Taborn, el sonido de la búsqueda
 
El pianista estadounidense actuó ayer en el Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz
 
Kirk Lightsey tras su concierto en el Festival de Jazz de Vitoria
Foto: José Mª García Martínez

Kirk Lightsey y los otros
Hace un millón de años, un músico de jazz llamado Dexter Gordon conoció a otro músico de jazz llamado Kirk Ligthsey, y ambos aterrizaron en un lugar llamado Madrid, y cambiaron el curso de la historia. Nunca se ha escuchado nada más hermoso en esta ciudad y, acaso, nunca se escuchará.
A Dexter le escucharíamos nuevamente en San Sebastián –pero ya no era lo mismo- y en la ceremonia de los Oscar –una imagen que nunca olvidaremos-. Lightsey regresó para tocar una semana en el Café Central. Allí conoció a un músico de jazz llamado Javier Colina.
Ayer, Kirk Lightsey y Javier Colina se hablaron bajito sobre el escenario del Teatro Principal, en Vitoria, y Javier cantó “Drume negrita” al oído de Kirk, y Kirk ascendió a los cielos de la ciudad (”Heaven dance”), como en Madrid hace un millón de años; como sólo un intérprete de su categoría es capaz de hacer.
En Kirk Lightsey encontramos al creador poderoso y sofisticado que nos hizo enamorarnos de esta música. "Para ser músico de jazz", me confesó delante de una taza de café, "hay que amar la vida, y vivirla apasionadamente".
Inevitablemente, amamos a Kirk Lightsey.
Chema García Martínez

martes, 16 de julio de 2013

 
Foto: Tomás Morgenstern
 
En recuerdo de Alfredo Papo
 
(Milán, 1922; Barcelona, 2013)


viernes, 12 de julio de 2013

 
 
Hoy en El País
 
Richard Bona

"De Camerún al mundo"
 El jazzista Richard Bona ofrece este sábado su único concierto en España, dentro de la programación del Festival Cultura Inquieta
 

jueves, 11 de julio de 2013

 
 
 

EL CLUB DE LA SERPIENTE
UN HOMENAJE A CORTÁZAR DESDE EL JAZZ A LOS 50 AÑOS DE LA PUBLICACIÓN DE RAYUELA


Del 10 al 14 de julio de 2013 en la Sala Berlanga (Madrid)

PROGRAMACIÓN

Miércoles, 10 de julio/20.30 h.

Conferencia de Juan Calvi ilustrada musicalmente por Marcelo Peralta (saxos): "Discos de jazz, formatos e improvisación en la obra Rayuela de J. Cortázar"


Viernes, 12 de julio/20.30 h.

Concierto del dúo Maite Dono (voz) y Baldo Martínez (contrabajo): "Voz cantada y libre improvisación"


Sábado, 13 de julio /20.30 h.

Concierto del trío de Moisés P. Sánchez: "Monk en Cortázar"

Moisés P. Sánchez (piano y arreglos), Borja Barrueta (batería) y Toño Miguel (contrabajo).


Domingo, 14 de julio /20.30 h.

Concierto del quinteto de Federico Lechner: "La música de Rayuela"

Federico Lechner (dirección, arreglos y piano), Guillermo Lancelotti (trompeta), Roberto Pacheco (trombón), Toño Miguel (contrabajo) y Andrés Litwin (batería).


Sala Berlanga (C/. Andrés Mellado 53, Madrid)Precio: 3 euros
Precio: 3 euros

 
El Club de la Serpiente es un comisariado musical de LO OTRO para la Fundación Autor con motivo de los 50 años de la publicación de Rayuela (1963) de Julio Cortázar.
 

miércoles, 10 de julio de 2013

Luis Perdomo en Lo Otro.

 
Luis Perdomo, Mason & Hamlin (foto: JMGM) 

Gloria a Monk en las alturas
 
Opina Luis Perdomo que para tocar a Monk hay que subir muy alto.
Gloria a Monk en las alturas.
Para tocar “Evidence”, que es lo último que debe tocarse cuando se ha tocado a Miles –“Solar”- y a Billy Strayhorn –“Lush life”-, se debe ascender las alturas y sentarse al piano en el que otros han tocado “Evidence” una, mil veces. El antiguo piano del Café Central que en Lo Otro se conserva como una reliquia.
Gloria a Monk en las alturas.
Ya no le vemos –el pianista, alto y fuerte, allá arriba-, sin embargo, podemos escuchar su música. Monk. “Evidence”. El antiguo piano del Central suena aquí mejor, más claro y nítido. Y es un placer, y un lujo, escuchar a Luis Perdomo subido al entresuelo, tocando a Monk; y es un placer, y un lujo, tenerle en la sala de estar de Lo Otro, tocando a Miles, y a Strayhorn, y a Mason & Hamlin, lo que sucedió anoche, en éste mismo lugar, a dos pasos del Retiro y a uno de la M 30, entre las 20:00 h. y las 21:30 h, aprox.

Gloria a Monk en las alturas.
Monk se hace carne y sangre –Monk es ambas cosas- en Perdomo; sus dedos anchos y fuertes son los de quienes le precedieron tocando este piano, Montoliu (que tocaba “Evidence” de una manera no muy diferente a la de Perdomo) y Don Pullen; Randy Weston (que aprendió a permanecer callado ante Monk) y Mal Waldron... García de Cubas-“Lo Otro”, que lo trajo a su sala de estar, anda haciendo la lista para el libro que verá la luz sabe Dios cuándo.  Acaso podría pensar en escribir la historia de quienes tocan, han tocado y tocarán el Mason & Hamlin en el que Perdomo interpretó a Miles y Strayhorn, pero no a Monk; porque a Monk, siempre, hay que tocarle en las alturas.

Chema García Martínez

Esta noche, Ignacio Berroa Trío
Ignacio Berroa, batería; Luis Perdomo, piano; y Ricky Rodríguez, contrabajo
Bogui Jazz
c/ Barquillo, 29. Madrid
Precio anticipada: 12 e. Precio taquilla: 15 e.
Pases: 22:30 h y 23:30 h.

Leonardo Pizzolante afina el antiguo piano del Café Central en el entresuelo de Lo Otro
foto: FEDE SERRA
 

domingo, 7 de julio de 2013

HOY EN EL PAÍS

 
 
Paul Smith, gigante secreto del jazz
 
El pianista, un solista sobresaliente, acompañó a Ella Fitzgerald y otros grandes vocalistas
 

sábado, 6 de julio de 2013

Esther Cidoncha, una mirada apasionada


Charmin Michelle
 
Se dice que el periodista está donde está la noticia; de ser así, Esther debería estar nominada para el premio Pullitzer, sección “fotógrafos de jazz”. Porque ella, Esther, siempre está ahí, a pie de escenario, o subida al mismo, viendo lo que otros no vemos. Resulta difícil ir a un concierto y no encontrarse con la susodicha y su/s cámara/s.

Uno la ve, cámara en ristre, abriéndose paso por entre la materia sonora, y sabe que hay pocos que lleguen hasta donde ella, semejante capacidad para capturar el alma, o lo que sea, del retratado, y es algo que le viene de su amor incondicional por ésta música y por estos músicos; el jazz, o sea.

La relación apasionada de Esther con el jazz le viene de antiguo, y es algo que no tiene explicación posible, ni falta que hace. Sépalo el lector, la protagonista de ésta exposición no es fotógrafa de diploma y birrete, sino bailarina, y profesora de Pilates, y cuanto sabe de jazz lo ha aprendido escuchándolo, que no hay mejor método. Y es la suya una pasión que no tiene fecha de caducidad. Pasan los años y ahí sigue, fiel a sí misma y a la música que ocupa sus noches y puede que sus días, y es por ello que hoy podemos contemplar estos retratos entrañables de los viejos maestros, Benny Carter, Barry Harris -su maravillosa expresión de niño travieso- o el olvidado Sonny Simmons. Memoria perdida y memoria viajera: la cámara de Esther viaja a otras latitudes recordándonos que el jazz, en 2013, no tiene fronteras. Aleluya.

Para mi, When lights are low es una mirada al jazz desde la óptica singular e idiosincrática del músico de jazz o, más precisamente, una colección de miradas con el jazz como común denominador. Recorriendo la exposición, nos encontramos con miradas que son un mundo en sí mismas y nos remiten al eterno misterio: ¿en qué piensa el músico de jazz cuando improvisa?. Hay miradas para todos los gustos, luminosas y recelosas, estruendosas y misteriosas, transparentes y transversales, unas cuantas. Hay una mirada altiva con un punto ensoñador, la de Brad Mehldau; y una mirada oblicua y desafiante que dice mucho de ese gigante de nuestra música que fue George Adams, tal cual se nos aparece en la instantánea de marras, perdido en un camerino cualquiera en un lugar sin nombre, el saxofón en su funda ocupando el primer plano. Finalmente, es el alma –o lo que sea- del retratado, lo que surge detrás de cada una de éstas miradas. ¿Acaso puede decirse nada sobre William Parker después de asomarnos a su retrato por Esther?. Será porque ella habla el lenguaje del jazz, que no tiene palabras, ni explicación posible. Se sabe o no se sabe y, si no, más vale que lo deje, señora.

La artista ha buscado un título bien elocuente para la exposición, When lights are low, en alusión a los territorios de penumbra en los que se mueve el músico de jazz donde nada es obvio y todo es posible. Luces y sombras, y lo que queda entre unas y otras: cuando se apagan los focos, se enciende la luz que ilumina al músico de jazz. Es la magia del instante único e irrepetible, que Esther Cidoncha sabe captar como nadie. Otros, que no poseemos su don, nos limitamos a disfrutar del momento. Porque when lights are low (mejor así, en el original) suelen pasar muchas cosas… pero de esas, mejor, hablo otro día.

Chema García Martínez

George Adams

Esther Cidoncha, "When lights are low"
Café Satistegi, Algorta.
Hasta 7 de julio

http://jazzphotosbyesthercidoncha.blogspot.com.es/