viernes, 26 de noviembre de 2010

PABLO, MARIO

Hay que ver, la manía que les entran a algunos por morirse. Primero fue Pablo Zúñiga, el amigo imprescindible en las visitas de cada año a Getxo (Festival de Jazz). Y es que el bueno de Pablo se hacía querer. Un tipo entrañable amén de ubicuo. Allá donde uno iba, estaba él. Su ámbito de actuación era el País Vasco y alrededores. Por esos lares, Zúñiga no tenía rival.

Pablo hablaba con voz grave sobre jazz en sus programas para la Radio que eran seguidos con fruición por los aficionados de por allá. Mario Pacheco editaba discos de jazz contemporáneo -ECM- cuando nadie lo hacía, con su compañía, hoy legendaria, Nuevos Medios. Luego se dedicó a la cosa del "Nuevo Flamenco", término que muy bien pudo patentar, si es que no lo hizo.

Mario era una persona inteligente en un medio donde la inteligencia, de normal, brilla por su ausencia. Y un buen amigo. Nuestra amistad, fundada en el respeto mutuo, se remontaba a los tiempos heroicos que precedieron a la "Movida". Y lo que vivimos desde entonces. En los últimos meses teníamos previsto encontrarnos para charlar de nuestras cosas. Nunca lo hicimos. Mis múltiples ocupaciones me lo impidieron.

Nunca lo lamentaré lo suficiente.

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