miércoles, 25 de noviembre de 2015


Festival de Jazz de Madrid


Esta tarde, a las 18:00 h.

¿Cómo reconocer a un músico de jazz (y al que no lo es)?



con Chema García Martínez


El jazz no es una música. El jazz es una manera de vivir. “Jazz es Miles Davis comiendo un sándwich de salami a las 12 de la mañana en un bar de la Gran Vía” (Ben Sidran). En última instancia, el jazz es la obra de un ser inabarcable y fascinante: el músico de jazz. ¿Cómo es el músico de jazz en la intimidad?. ¿Qué pasa por la cabeza del músico de jazz en el momento sublime de la improvisación?. Más allá de la psicología y el frío dato, ésta charla pretende acercar al interesado la naturaleza verdadera de una especie en extinción: el músico de jazz.


SALÓN DE ACTOS CONDE DUQUE
Conde Duque, 9/11
Metro: Ventura Rodríguez, Plaza de España, San Bernardo, Noviciado
Autobuses: 1, 2, 44, 74, 133, 749
www.condeduquemadrid.es

Entrada libre hasta completar aforo

4 comentarios:

  1. Hola Chema.
    Según dejó escrito Steve Lacy: "El músico de jazz es una combinación de orador, dialéctico, matemático, atleta, entretenedor, poeta, cantante, bailarín, diplomático, profesor, estudiante, actor, artista, seductor, masturbador público, y en términos generales un buen hombre (o buena persona)", fin de la cita.
    No conozco la fecha de esta reflexión, que comparto, pero, añadiría alguna más, sobre todo en estos tiempos que el maltrato a lxs músicxs es tan generalizado, y donde se prima la capacidad de convocatoria, por la calidad. Así nos va. Ahora mismo hay escuelas, conservatorios y talleres que los sacan como churros, y casi todos saben igual.
    El músico en general, no se autodefine. Toca y punto. Trata de cobrar por su trabajo-tiempo-habilidad, y deja a los opinadores que hagan su trabajo. Si su sueldo va por cuenta y riesgo del público que se puede permitir pagar una entrada, que muchas veces sólo da para gastos, mientras la gestión del local rara vez no se queja de lo mal que va el negocio, y se escuda en el maldito sistema neoliberal yanqui. Después te enteras que tienen más negocios, y los ves marchando en un coche de gama alta.
    Volviendo al tema, para mí, el jazz no entra por los ojos, si no por los oídos, que se lo digan a Tete Montoliu, a Roland Kirk o a Ignasi Terrasa. Caer en la mitomanía no deja de ser una actitud infantil.
    El músico de jazz simplemente trata de sobrevivir y crear música acorde con su ética y su estética. Le llamen jazz o be bop.

    Un saludo.
    Ana Coreta

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  2. !Qué pena no haber conocido esa cita de Steve Lacy para incluirla en la charla, ni todo lo que dices con tanto acierto sobre el músico de jazz!. Bueno, lo aprovecharé en la próxima, con tu permiso. Celebremos que el músuco de jazz sigue siendo un misterio, así como su capacidad de supervivencia en ésta sociedad que nos consume a todos. Algo que nadie acierta a explicar, yo al menos soy incapaz.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Permiso concedido.
      Chema, tú crees que Miles Davis, cuando estaba en pleno proceso de creación de Bitches Brew, le importaba la opinión de los críticos de jazz? Creo que no, lo que realmente le importaba era evolucionar musicalmente y llegar a audiencias más amplias, y de paso mejorar su cuenta corriente.
      Recrear las nostalgias y éxitos de tiempos pasados, es muy romántico, pero, lo que de verdad mola, es contar tu historia, que en el caso de lxs músicxs se renueva cada día, sobre todo si eres un superviviente e indagas en los misterios de la creación y la improvisación.
      Un abrazo. Ana Coreta

      P.D. Te llegó un mail que envié hace más de un mes?

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  3. Totalmente de acuerdo. Nostalgias, las justas, en el jazz como en la vida en general. En cuanto al email, lo miro y te cuento. Es posible que se me pasara por alto, entre que soy despistado y que no tengo tiempo para todo lo que tengo que hacer. Mil perdones.

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