Junto con el trompetista Don Cherry y el baterista Billy Higgins, Haden formó parte del controvertido cuarteto de Ornette Coleman, un conjunto que conmovió los cimientos de la escena jazzística en los primeros años sesenta. Ornette me enseñó a no pensar en categorías ni en géneros sino en belleza y en crear algo nuevo que no existía antes. Finalizando la década, el contrabajista fundó la Liberation Music Orchestra, agrupación que introdujo al jazz en los terrenos de la agitación política sobre un repertorio que combinaba las canciones de la Guerra Civil española con los himnos pacifistas y las melodías revolucionarias latinoamericanas. Al cabo de los años he vuelto con la “Liberation” porque seguimos viviendo en un mundo donde reina la crueldad, la avaricia y la devastación; un mundo gobernado por mentalidades cerradas a causa de la religión o por el ambiente en el que crecieron o porque no tuvieron una buena educación. El ejemplo perfecto es Bush. Por eso, ahora más que nunca necesitamos de la belleza.
Ahora, el veterano jazzista se halla a la búsqueda de un nuevo público joven. Mi interés se centra en acceder a audiencias cada vez más amplias que no tienen la oportunidad de escuchar ningún otro tipo de música. Es el efecto de la devastación que también afecta a la cultura. Te levantas por la mañana, sales de tu casa y tienes que plantarle cara a los sonidos “techno” que escuchas en el supermercado y que tan son perjudiciales para el cerebro.
Su idea de un jazz descentralizado le ha llevado a tocar a dúo con el guitarrista de fado Carlos Paredes y con el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba. Me encantaría tocar con Paco de Lucía pero tengo entendido que es muy difícil. En próximas fechas, el contrabajista viajará a Nashville para grabar un nuevo disco de “country & western” en el que mostrará su faceta menos conocida de cantante (*). Junto a él estará, entre otros, la cantante Alison Krauss. El “country” es la música de mi niñez y es la única aportación cultural que ha dado los Estados Unidos al mundo, junto con el jazz.
Haden se presenta en España con la más clásica de sus formaciones, el “Quartet West”, de cuya fundación se cumple el 20 aniversario. El nombre se lo puso mi mujer. Me acababa de mudar a Los Ángeles después de 20 años viviendo en Nueva York y a mi esposa se le ocurrió que sería una buena idea crear una banda con músicos de la ciudad. Sus acompañantes para la ocasión serán el veterano saxofonista Ernie Watts, el pianista Alan Broadbent y el baterista Rodney Green.
(*) “Rambling boy” editado por Universal
(publicado en El País. 7 de julio 2007)
Algunas perlas “off the record”
En el jazz existe la tentación de quedarse con los estereotipos. Están Louis Armstrong y Charlie Parker o Bud Powell pero también Ornette Coleman y Don Cherry, Ed Blackwell o yo mismo. Mi idea es hacer música hermosa y nueva.
Todas las formas de arte, cuando crean algo nuevo, contribuyen profundamente a mejorar este planeta en el que vivimos.
Contemplando un retrato de su primer nieto, Sammy, de 1 año: todos venimos del mismo lugar y también la belleza procede del mismo lugar. Uno puede ver los árboles y el cielo y es algo hermoso. Tenemos la obligación de salvaguardar la belleza y eso es lo que trato de hacer siempre que toco. Ese es mi propósito.
Acerca de la costumbre de mezclar artistas de distintos estilos musicales en los festivales de jazz: a mí no me importa tocar en el mismo escenario que Elton John, o malo es que los que le van a escuchar no suelen tener ni idea de jazz. Por esta razón, no se debería hablar de festivales de jazz sino simplemente de festivales de música. Haden es amigo personal, el bajista de Red Hot Chili Peppers.
En torno a su primer contacto con el jazz: mis padres me llevaron a un concierto de Jazz at the Philarmonic con Charlie Parker. Después del concierto insistí en ir a los camerinos. Cuando entré estaba todo lleno de humo, los músicos tirados de cualquier manera… y el humo olía de una forma que me resultaba muy rara. Uno de los que estaban allí me preguntó: “¿qué haces aquí?”. Le contesté que quería ser músico de jazz. “¿Y quieres acabar como estos?”, preguntó de nuevo. Yo solo dije: “!sí!”.
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