miércoles, 29 de febrero de 2012

"ALL ALONE"


Una medio sonrisa.

Un cigarro encendido sobre el piano...

Una mirada.

Un silencio.

Mal Waldron

martes, 28 de febrero de 2012

domingo, 26 de febrero de 2012

MADE IN CHINA


CHINA MOSES EN MADRID

APUNTES DE MI LIBRETA AZUL


Vuelve la pasarela al jazz: ¿qué modelo elegirá la cantante para su presentación en Madrid?. Sobre gustos...

Hay conciertos que le cambian la vida al artista: el de anoche, en el Auditorio Nacional de Madrid, fue uno de ellos. Como el San Juan en sus buenos/viejos tiempos...

A star (posiblemente) is born.

Un concierto de China Moses consiste en una larga introducción y, entre medias, un poco de música. Imprescindible conocimientos de inglés.

Jean-Pierre Derouard: un batería con horchata en la sangre.

Se me ocurre que algo así sólo es posible en Europa. me resulta difícil imaginar ninguna cantante de su edad en Estados Unidos, que pudiera dedicarse como ella al repertorio de Dinah Washington, Bessie Smith, Ma Rainey...

¿Que haría China Moses si contara con un acompañamiento medianamente estimulante?.

Un recuerdo para la gran Little Esther Phillips (y para Peggy lee).

Constatación: China Moses no es la mejor cantante del mundo (si es que eso tiene alguna importancia).

Aquellos años cuando Billie Holiday y Dinah Washington actuaban en un mismo edificio, en la ciudad de Chicago.

¿Se puede ser "fan" de China Moses y de Ken Vandermark al mismo tiempo?.

Del "Love you madly" ellingtoniano al "Thank you so fucinkg much" de China Moses.

Un ramo de flores en una mano y el móvil en la otra.

Ha terminado el concierto y sigo sin saber si ésta chica me gusta (como cantante) o no, en realidad, me pregunto si debo hacerme esa pregunta o limitarme a disfrutar. Una cosa es segura: China Moses tiene "algo".

Los chicos de Universal custodian a la cantante en el acto de firma de discos. Cabe preguntarse qué compañía editará su próximo disco. Se admiten apuestas.

jueves, 23 de febrero de 2012

HOY EN EL PAÍS

La chica está loca por Dinah Washington

La prometedora voz de China Moses homenajea a la leyenda del “blues”

Mañana en Burgos (Casa del Cordón) y el sábado en Madrid (Auditorio Nacional)


Los auténticos pies de China Moses

HOY EN EL PAÍS

Portico Quartet

El jazz del siglo XXI

miércoles, 22 de febrero de 2012

ADIÓS, XICU



Era "nuestro hombre en Ibiza". Xicu Lluy dedicó sus días y sus noches a escribir sobre las Pitiusas, su presente y su historia. El jazz fue su otra gran pasión. Hasta donde recuerdo, nunca faltó a su cita anual con el Festival de Jazz de Ibiza. Viajar a Ibiza para asistir al festival, y no encontrarse con Xicu, resultaba, sencillamente, inconcebible. Hasta hoy.

Xicu acaba de fallecer en "su" isla de Ibiza, a los 48 años.

Te echaremos de menos, amigo.

LOS GOYA: UNA REFLEXIÓN PERSONAL

"Polyester", de John Waters: estrenada en un cine de la Gran Vía madrileña con sistema "Olorama"

Que conste que lo intenté. “A lo mejor soy injusto con los Goya”, me dije; “¿y si estoy equivocado?”. Pero nada. A mitad de la gala, ya estaba yo a lo mío, dormido como un bendito, mientras Eva Hache seguía a lo suyo y Almodóvar buscaba en vano la puerta de salida más próxima. Coñazo de gala, oiga usted.

La cosa, que el año pasado, éstos mismos Goya me cogieron a traición. Estaba uno pasando unos días de relax, o esa era mi pretensión, en un coqueto apartamento contiguo a la plaza de Ópera, cuando se me vino encima aquel derroche de nuevorriquísmo desbordado/desbordante, con las “estrellas” de medio pelo entrando en coche de caballos en el Teatro Real y cosas así. Pero, sobre todo, fue el puñetero helicóptero revoloteando día y noche sobre nuestras santas cabezas, y el foco iluminando lo que no tiene por qué iluminarse por pertenecer al ámbito de lo íntimo de cada cual. ¡Pero qué coño es esto!. Uno no tenía vivido nada semejante desde un viaje que realicé a tierra palestina, con los potentes iluminadores del ejército israelí en lo alto de las torretas apuntando 24 horas al día a la población civil. Ya sé que no es lo mismo, pero… luego vino el 15M y la respuesta de nuestros munícipes trayéndonos de vuelta al moscón impertinente, no fuera que a alguien se le ocurriera organizar una protesta masiva contra el orden establecido a las 4 de la mañana, cosas más raras se han visto. En aquellas noches de insomnio llegué a preguntarme si aquel sería el mismo aparato que utilizaron los unos para una cosa y los otros para otra; el que me tuvo durante semanas mirando al cielo y maldiciendo al piloto, su familia y la de quienes decidieron que el personal en tierra no somos de fiar.

Aquella fastidiosa gala de aniversario de alguna cosa me irritó como pocas cosas en la vida, y pensé escribir algo al respecto. Si no lo hice, fue por pura vaguería.

Aquí donde me leen, provengo de una familia de rancio abolengo cinematográfico. Se puede decir que he crecido delante de la pantalla (la grande) y, de alguna manera, se suponía que mi futuro estaba ahí, en el cine. Durante un tiempo seguí esa estela. Estuve trabajando en un organismo oficial dedicado a la promoción y difusión de la cosa fílmica. Hasta que no pude más. Si el cine es hermoso, cuanto lo rodea –el mundo del cine- es un indigesto tutti frutti de intereses creados y egos desmesurados corriendo tras de la pasta, marica el último. Y a mí, lo que me gustaba, era el cine, y qué le iba a hacer. Con esto que, apenas llegado, hice las maletas y me fui por donde había venido poniendo término a una prometedora carrera en el medio. A ser sincero, no estoy seguro de poder decir que dimití, aunque es posible lo hiciera; al menos, me dejé dimitir. Adiós, muchachos, hasta nunca. Algunos me llamaron loco, y seguramente tenían razón. De algo estoy seguro: hoy, mi presente sería otros de haber seguido por aquel camino. Por ejemplo, hubiera podido darme el gustazo de no acudir a los Goya, o hubiera ido y montado la de San Quintín, como Marlon Brando en los Oscar. ¿Vieron a Almodóvar en la gala de marras, su expresión bajo las gafas de sol de "qué hace un chico como yo entre todos éstos”?. Un poema.

Los Goya, tal y como están concebidos (cabe imaginar que otros Goya más asentados en la realidad del cine español a fecha de hoy son posibles) no pasan de ser un engolado canto a la mediocridad; unos Oscar paletos de segunda mano. Resulta difícil encontrarles algún sentido, algo que los Oscar sí tienen, o tenían, en su origen, como reconocimiento de la industria a sí misma y constatación de la capacidad de sus mandamases para hacer un espectáculo de cualquier cosa. Nada que objetar. Luego, cada cual puede creérselo y enchufar la tele o no. Pero hay cosas que están claras. Como que una cosa es el cine, y otra los premios.

Pensar que la historia del cine pudiera hacerse a partir de las películas premiadas con un Oscar o un Goya es, simplemente, ridículo. Volvamos nuestra mirada a otros tiempos no tan lejanos, cuando los Oscar no interesaban absolutamente a nadie en éste país, ni se retransmitían por TV, ni se daban la relación de los ganadores al día siguiente, salvo el de la mejor película y, a veces, ni eso. Eso fue así durante muchos años por más que a algunos se les haya olvidado. El cine, se entendía entonces, iba por otro lado. Había quienes, incluso, tachaban de su lista cualquier película que hubiera sido premiada con un Oscar. Hay que decirlo: muchas veces tenían motivos para hacerlo.

Eran los tiempos en que mi señor padre escribía en los papeles en torno al dilema en que se movía el Séptimo Arte, si arte o industria. La respuesta no tardaría en llegar, como consecuencia –una más- de la ola neo-neo-liberal que asola el hemisferio occidental de un tiempo a ésta parte. Si en los sesenta la industria pudo plantearse “otro” Hollywood, de aquello ya nadie se acuerda, salvo en los libros (Peter Biskind, “Moteros tranquilos, toros salvajes”). En 2012, el cine es industria, y sólo es -o puede ser- “arte” en la medida en que el producto final se adecue a las necesidades de mercado. El oráculo del cineasta moderno se llama “taquilla”; la que da y quita razones e impone lo que ha de contarse, y cómo. El menor asomo de duda en torno a los valores fundamentales de la narración cinematográfica está penado con el ostracismo y/o la exhibición en las salas “independientes”, que haberlas, haylas. Se me ocurre que éstos hombres y mujeres de cine tan “políticamente correctos” (alguien podría plantearse un análisis concienzudo del contenido de los discursos de agradecimiento de la gala, sino fuera porque la mayoría resultaron mortalmente aburridos) tienen mucho que aprender de la valentía y el compromiso de los músicos de jazz, verdaderos héroes de nuestro tiempo para quienes no existen subvenciones, ni goyas, ni Cristo que los fundó. Pero esta es otra historia.

Hacer cine es caro y quienes lo hacen no se caracterizan, precisamente, por su osadía a la hora de plantearse cualquier tipo de reto que venga a alterar las normas de la caligrafía cinematográfica elemental. La abstracción, madre de todo avance en las artes, no forma parte del lenguaje cinematográfico contemporáneo. ¿Se imagina el lector un Arco dominado por los figurativos o un festival de jazz en el que se interpretaran una y otra vez las mismas melodías de Louis Armstrong y Fats Waller?. It is not what you say but the way you say it: algo que vale para la mayoría de las artes, pero no para el cine. En el lenguaje comparado, el Séptimo Arte vive en la era de Velazquez y Louis Armstrong.

Me aparté del mundo del cine, pero sigo viendo cine, tanto antiguo como moderno, el primero por placer, el segundo, las más de las veces, por obligación. A veces, me veo tratando de explicarle a mi vecina de localidad, y qué culpa tiene ella, cómo era la Gran Vía cuando Fellini, Bergman, Pasolini, Chabrol, Kurosawa y John Waters competían de igual a igual con las grandes producciones de Hollywood. Algo que hoy resultaría, sencillamente, impensable. Primero, porque en la Gran Vía ya no quedan cines y, segundo, porque aunque los hubiera, daría lo mismo.

Entonces el cine y la música, y lo que no era ni lo uno ni lo otro, eran arte e industria y ambas cosas convivían en un mismo espacio sin que a nadie pareciera importunarle. Lo que he definido en alguno de mis artículos como la “bendita promiscuidad” de los años setenta. Pero eso es ya historia. Hace tiempo que lo impredecible ha huido de las carteleras para dejar paso al imperio de la certidumbre. Sorpresas, las justas. Y, sin ellas, ya me dirá el lector qué queda. Eso sí, glamour, el que se quiera, aunque sea de ceremonia de “todo a cien”.

Por dónde, los medios destacan el discurso de Santiago Segura como lo mejor de la gala, en realidad, lo único potable que hubo. Será porque tuvo las agallas de se reírse de sus colegas de profesión en sus barbas. Curiosamente, la suya es la película que ha salvado el año al cine español: ni Almodóvar ni la paz para los malvados. Los Goya –premios de la industria para la industria- premian unas películas que nadie va a ver; y las que se ven, no las premian; como tampoco se premió a Woody Allen y Polanski, cuyas películas competían, según tengo entendido, bien que en categorías menores, al venir financiadas en parte con dinero español. Sobran los comentarios.

Y, sí: hay otro cine, pero no está en los Goya.

Chema García Martínez

Más información: http://www.margenes.org/

lunes, 20 de febrero de 2012


HOY EN EL PAÍS

Los "Tres estrellas michelin" del jazz

Una colección reúne cien discos que recibieron cinco estrellas en Down Beat, revista decana del género

Se trata de un recuento de lo mejor de la edad de oro

"Coleman Hawkins o los renglones torcidos de Dios"

sábado, 18 de febrero de 2012

LOOKING BACK OVER CHOPIN


Hoy en El País

"El saxo vuela ahora sobre Chopin"

Tras acompañar a mil artistas, Andreas Prittwitz decidió volar solo. Ahora lo hace sobre el maestro.


ESTA NOCHE:

Andreas Prittwitz - Daniel del Pino: "Looking back over Chopin"

Museo Thyssen-Bornemisza (20:00 h.)

Entrada libre hasta completar aforo.

viernes, 17 de febrero de 2012

"LINDO Y QUERIDO"




La cosa viene a ser como sigue. Un festival de jazz de “fusión” con tropezones sobre las blancas arenas de la playa del Carmen, península del Yucatán, México, todo incluido. Porque, en el Festival de Jazz de La Riviera Maya, nadie paga un peso (la cerveza, a 50 céntimos de euro +-). Y hace calor. La sensación de escuchar jazz en bermudas mientras en la Vieja Europa los empleados de la limpieza municipal se afanan en recoger la nieve acumulada en las aceras...



Richard Bona

Algunos, como Richard Bona, han recorrido medio mundo -Japón pasando por Sarajevo, Dresden, Breslavia…- para estar aquí. Con la legaña todavía puesta, el fornido bajista camerunés afrontó con su mejor sonrisa la pregunta de la colega en la multitudinaria rueda de prensa: “¿hay alguna influencia de la música africana en su música”. Pero éste es el precio a pagar por tocar en lugar como éste. Bienvenido al paraíso, señor Bona.

Stanley Clarke

Es de admirar el empeño que ponen Randy Brecker –su sueño, manifestado como tal: reencarnarse en trompetista de mariachi- y Stanley Clarke –el suyo: hablarle a los caballos… y que éstos le entiendan- en tocar todo aquello que a los críticos de jazz nos pone de los nervios. Cuestión de prioridades.

Jon Anderson

Momento para el arrumaco. Jon Anderson, el cantante de Yes, evoca a pecho descubierto los temas propios, y algún ajeno (Marley). Su guitarra -su ukelele-, su voz atildada y 15.000 seres humanos delante de él. Si no fuera porque sabemos de lo que estamos hablando, uno podría cuestionarse qué hace un chico como él en un festival como éste. Servidor formuló la susodicha cuestión al susodicho individuo, acompañada de un ingenioso juego de palabras cubriendo la distancia que media entre los términos “jazz” y “yes”. Aún sabiendo la respuesta: más que nada, por fastidiar. Contestóle el interesado con la acostumbrada y fatigosa retahíla que hace del jazz la Caja de Pandora en la que cabe todo, menos el jazz. El mismo argumento que llevó a Elton John a un festival del género en los alrededores de Madrid y ha hecho de Alejandro Sanz, una de las estrellas del Festival de Jazz de Nueva Orleans. Como que no.


Yellow Jackets

Tan plúmbeos/previsibles como era de esperar, los Yellow Jackets aburrieron a un personal que, supuestamente, goza de éstas. A uno le contaron que, aquí, el jazz de fusión es lo que alguna vez fue en el lugar de dónde uno proviene, y a lo mejor es verdad. Será por la cercanía, más estética que geográfica, con la tierra prometida del Surf, las camisas floreadas y las Pin-up en el asunto de atrás; cosas que uno asocia a éste género de música incolora/inodora/insípida/"chiclosa". ¿Por qué será?.


Fernando Toussaint

Cualquiera que se haya metido en el cuerpo los 8.088 kilómetros que separan Madrid de Cancún por Air Europa, tarifa económica, no puede sino sentirse levemente desconcertado, y aún perplejo, contemplando a la admiradora -y puede que algo más- del fallecido Eugenio Toussaint, ídolo del Jazz-Mex, mientras dibuja sobre la arena algún tipo de anagrama cabalístico dando la bienvenida al espíritu del homenajeado. Sobre el escenario, los 2 Toussaint supervivientes, Fernando, a la batería, y Enrique, al bajo. Europa queda muy, muy lejos.

Natalia Fourcade

Natalia Lafourcade se parece a Russian Red como 2 gotas de agua separadas por el océano, y hasta es posible que también ella vote a las derechas, no me consta que lo haga. No canta jazz, aunque lo ha cantado y, por lo visto, lo sigue haciendo cuando se le pone. Hace nada estuvo en Madrid, en el barrio de Chueca, y en casa de un amigo, grabando un álbum de canciones “intimistas”, en plenas Fiestas del Orgullo Gay. Afuera, la bullanga, el despelote y los 100 metros lisos con zapatos de tacón. Adentro, la quietud, Natalia, y una taza de melancolía con sacarina.


Alex Otaola

Aquí, a Alex Otaola, se le tiene como un divinidad, sólo un escalón por debajo del Dios Descendente de los antiguos mayas. Únicamente a alguien en su posición se le permite llegarse a un festival como éste con un “espectáculo interactivo” con música, cine y ruidos varios, y salir vivo del trance, y del escenario. A un lado, Otaola con su noneto asimétrico, incluyendo varios miembros de Los Dorados y la Orquesta Mexicana de Tango; al otro, Dziga Vertov, en imágenes animadas, recorriendo las calles de Leningrado-San Petersburgo con su cámara de manivela, año de gracia de 1929. El matrimonio imposible ha engendrado una criatura voluble y avasalladora; irregular y apasionante. La nariz de Frank Zappa y los ojos de Albert Ayler. De aquí, a Stockhausen-Sonic Youth va un paso.


La cosa, que en 2012 se cumple el décimo aniversario del festival, el cual vendrá a coincidir con el arranque de un nuevo ciclo de 26.000 años (año más, año menos) en el calendario maya, preludio de una nueva era (no necesariamente catastrófica) para la Humanidad. Para éste próximo año, la organización persigue un sueño: llevar el piano de Keith Jarrett, y a Keith Jarrett, a la explanada de Tulum, la Maravilla de la Humanidad erigida en loor del Dios Descendente, donde se sacrificaba a los propios en beneficio de los ajenos y hoy se levanta un sobrecogedor complejo ecológico-astronómico-arqueológico. Aquí, Federico Fellini imaginó su última película “non nata” (“Viaje a Tulum”, trasladada al cómic por Milo Manara). Aquí, en unos meses, con suerte, podremos a escuchar al nuevo Dios Descendente. Sólo que éste toca el piano.

Chema García Martínez

(Fotos: Fernando Aceves, excepto Natalia Fourcade)

Publicado en El País-Tentaciones

jueves, 16 de febrero de 2012

QUIEN RESISTE VENCE!!

Queridos amig@s hemos aguantado con esperenza de que esta noticia se truncara por cualquier milagro, pero fatalmente se ha confirmado.Los patrocinadores privados nos han dejado después de tantos años, por lo que se vé muy negro el futuro ya no sólo el inmediato. Hemos aguantado 41 años¡¡, pero nos vamos a dar por vencidos?. Como se dice "quien resiste gana", ojalá entretod@s superemos estos momentos que tanto van a afectar a la cultura. Un abrazo. Alejandro
Se suspende el CICLO JAZZ ES PRIMAVERA 2012
Los recortes acosan a la cultura y a esta Asociación le ha tocado de pleno. Si ya fue relevante la retirada como patrocinador de la Obra Social Unicaja hace 2 años, ahora inesperadamente se une la desaparición del patrocinio total de El Corte Inglés que durante 28 años nos ha estado ayudando. Hace un mes nos han comunicado que dejarán ya de patrocinarnos por lo que al no contar esta Asociación con otros recursos desaparecerá desde este año este Ciclo importante de jazz que se venía celebrando durante los meses de marzo y abril. El CICLO DE JAZZ ES PRIMAVERA ha llegado hasta la 19ª edición, pero también ha desparecido el Festival Flamenco por Tarantos que se ha quedado en la 21ª edición.

De todas maneras agradecemos a estas dos entidades privadas su colaboración durante tantos años, que ha ayudado a mantener en pie de una manera destacada nuestras actividades.

Por todo esto peligra el Festival de Jazz de noviembre, será el 31º y por ahora solo dependerá de los recursos que se consigan de patrocinadores oficiales, INAEM (Ministerio de Cultura), Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid y Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid. Tal como están las cosas quizás se reduzcan las cantidades conseguidas hasta ahora en el caso de que se nos concediesen y ya desafortunadamente solo se podría hacer la mitad del programa que los años pasados.

Por supuesto ojalá se presenten nuevos mecenazgos de cualquier índole, pública o privada y esperamos vuestras sugerencias de simpatizantes, socios y amigos para que este Club no desaparezca en tiempos ya próximos.
Madrid, 16 de Febreo 2012
Alejandro Reyes

miércoles, 15 de febrero de 2012

LA PAREJA IMPOSIBLE: WHITNEY HOUSTON & ARCHIE SHEPP


"Material" (Bill Laswell, b; Michael Beinhorn, teclados; Yogi Horton, bt; Nile Rodgers, g; Nona Hendryx, Whitney Houston, vc) + Archie Shepp (st) interpretan "Memories" (Robert Wyatt)

(Gracias a Markus A. Breuss por ponerme sobre la pista)

viernes, 10 de febrero de 2012

foto: Jesús Pardo

HOY EN EL PAÍS

"FLAMENCO Y JAZZ, EN LA CUERDA FLOJA"

Es un trotamundos. Toca en las cumbres pero venera el tugurio. El saxofonista Jorge Pardo vuelve a grabar.


En la música popular hay una denominación de origen que es la de “cantautor”, que es un cantante que canta sus propias canciones. En mi caso, yo sería un “músicoautor” .