martes, 15 de diciembre de 2015


JOHN COLTRANE | A LOVE SUPREME



Los significados ocultos de una obra casi maestra

'A love supreme' conserva intacto su poder de fascinación

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jueves, 10 de diciembre de 2015


HOY EN EL PAÍS


El sonido de la fe

El viernes se inicia el festival Los Grandes del Gospel, la cita con los espirituales negros

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lunes, 7 de diciembre de 2015


Chano en Lo Otro / Lo Otro en Chano

Chano Domínguez, el pasado sábado, en Lo Otro. 


Toca Chano en Lo Otro y hay que hacerle dos sesiones, de 20:00 y 22:30 horas. “Es que Chano es una leyenda”, me dice el colega, y hasta puede que lo sea. A mí, se me ha acusado de acudir al término “leyenda” con excesiva frecuencia en mis crónicas. Y hasta puede que eso también sea verdad.

La organización le tiene a uno el almohadón reservado con su nombre en un pósit color pistacho desvaído. Lo que sería una primera fila de anfiteatro, sino fuera porque Lo Otro no es un teatro, sino otra cosa, de ahí su nombre. Echo una mirada al pósit de mi vecino con el nombre de Antonio Lizana. Vaya, hombre.

Antonio, a un lado. Chano, a mis pies. La ilusión incontenible de quien termina de llegar y la consistencia a prueba de críticos esaboríos de quien ha llegado. Cincuenta y cinco años, Chano; Veintisiete, Antonio.

He visto crecer y multiplicarse a Chano desde los Cai –“tenía la puñetera costumbre de tocar con una mano”, me cuenta que le contaron el técnico de sonido, Javier Guarino- a la primera Muestra de Jazz para Jóvenes Intérpretes de Mallorca, sus tríos, la big band, Martirio, Wynton, el exilio en Seattle…  le he visto hacerse pianista. Y todo lo que ha venido a continuación.

Experimento la misma sensación de cuando era joven y escuchaba a los clásicos, Tommy Flanagan o Duke Jordan, por ejemplo. La misma reconfortante sensación de atemporalidad y abandono para la que no existen palabras. Como ellos, Chano habita un lugar situado más allá del Bien y el Mal.

Marta Valdés, Falla, “What is this thing called love”… Monk y “Hullo bolinas”. El pianista calla a Monk (silencios sobre el silencio) y swingea a Marta Valdés; estira la materia sonora, la retuerce, corta-pega. Sus interpretaciones nos llevan mucho más allá de lo que somos capaces de asimilar en una primera oída. Por suerte, hay quien está grabando el asunto.

La “Canción de amor” de Paco de Lucía es, en Chano, un canto de despedida cargado de emoción. La escultura del venezolano Elías Crespín que pende sobre la cabeza del pianista inicia una suave danza up & down. Hoy hace 65 años nació en la isla de San Fernando, Cádiz, José Monje Cruz, Camarón de la ídem.

Finaliza el concierto, sigue la música. Chano y Antonio, Chano, Antonio y Omar Acosta (flauta travesera); Jorge Drexler (sorpresa, sorpresa), Jorge y Chano, Juan García de Cubas, Acosta, sólo o acompañado, Antonio por alegrías, Leonor Watling y Jorge (“Desde que o samba é samba”), Jorge, Chano y Antonio, y todos juntos. Estamos en familia. Una copa de Tagonius a la salud de los presentes.

Total: 14.05 euros de taxi.


Chema García Martínez


Chano Domínguez estará ésta noche y mañana en Clamores Jazz (calle Alburquerque, 14), junto con Javier Colina (contrabajo) y Guillermo McGill (batería).


Chano Domínguez, Omar Acosta, Antonio Lizana y el piano del Café Central
Fotos: JMGM

jueves, 3 de diciembre de 2015


Los misterios del jazz coreano

Jung Jaeil Han, el pasado lunes, en Madrid


Termina un festival de jazz y empieza otro. Y no uno cualquiera. El festival JazzKorea, 2015 dedicado, como puede deducirse, a la música del país asiático, lleva años recorriendo las principales ciudades europeas. Ahora, por fin, llega a Madrid.

¿Un festival de jazz coreano en plena Castellana?. Las dudas que el abajo firmante pudiera albergar acerca del poder de convocatoria del jazz coreano entre nosotros quedaron disipadas en cuanto puso el pie en el coquetón Centro Cultural Coreano de la Castellana el pasado lunes, con un lleno hasta la escalera que da acceso a las oficinas del centro en el segundo piso (visibilidad limitada). Una mezcla entre los naturales del país asiático residentes en Madrid, los estudiantes del idioma coreano (que, a lo que se ve, existen), y unos cuantos aficionados de espíritu inquebrantable para quienes el jazz coreano carece de secretos. No es mi caso.

Han Seung Seok y Jung Jaeil, a quienes se encargó el concierto de apertura, son 2 jóvenes talentos muy apreciados por los connaiseurs del jazz coreano. El uno - Jung- toca el piano y la guitarra Fender; el otro –Han- el tambor changko (yango) y canta. Juntos, son la versión surcoreana de esa “multiculturalidad” que alumbró Don Cherry y algunos tienen como el futuro del jazz. ¿Recuerda el lector a Martirio y Chano Domínguez cantando “Ojos verdes”?. Pues lo mismo; que donde los unos ponían copla, los otros interpretan la versión en jazz del pansori, género de canto clásico en Corea que tiene tanto de canto como de representación teatral y hasta, si me apuran, de danza. Igualito que la copla. Por no faltar, no falta ni el abanico.

Dando por hecho que no todos los ahí presentes entendíamos el idioma coreano, la organización distribuyó unos a modo de folletos explicativos con los títulos y las letras, lo que nos permitió acompañar las andanzas de Bari, la princesa abandonada por su padre, y recorrer en primera línea de combate la Batalla de los Acantilados Rojos entre las tropas del señor de la guerra Cao Cao y las fuerzas aliadas Liu Bei y Sun Quan. Historias de amor y desamor, más lo segundo que lo primero… especialmente oportuna en tiempos como los actuales de convenciones climáticas, la “Canción de lavandería”: “una mano se eleva por encima del agua en algún lugar de éste mundo. Pilas y pilas de suciedad se están limpiando”. Total, que uno salió de allí hecho un experto en jazz coreano, la historia del país y hasta las últimas tendencias en el vestir de los músicos de jazz de por allí que, en eso, son muy suyos.

JazzKorea 2015 se despidió anoche con la actuación del guitarrista Jo Young-Deok y su trío. Créanme: merecerió la pena.

Chema García Martínez


Jung Jaeil Han, guitarra: Seung Seok, changko
Fotos: JMGM

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El País