"Willow weep for me"
HARRY "SWEETS" EDISON (t) + Sir Charles Thompson (p); Jimmie Woode (b), "Papa" Jo Jones (bt)
Harry Edison
falleció sin revelar el verdadero origen del apodo por el que era conocido en
los ambientes del jazz. Un apelativo -"Sweets"- que, según unos, pudo
tener su origen en su modo aterciopelado de
interpretar las baladas, lo que le convirtió en uno de los instrumentistas más
solicitados tanto en los estudios de grabación como por los directores de
orquesta –Basie- y los vocalistas de postín –Sinatra-. Otros autores hay que
apelan a su posible afición a los dulces para explicar un apodo que sigue
siendo objeto de controversia. José Manuel Gómez
y servidor, alias la "Crítica Joven", coincidimos con el trompetista con
ocasión de la gira por España que llevó a cabo un conjunto “All Stars” en el
que Edison actuaba bajo las órdenes del clarinetista Woody Herman. Por
donde, terminamos convertidos en improvisados “road managers” del sexteto
durante su paso por Bilbao, lo que nos permitió intimar
con el ilustre jazzista. Allí pudimos averiguar el verdadero motivo del susodicho
apodo, el cual nos fue revelado por el mismo trompetista en el mayor de
los secretos. Créame el lector si digo que tenía sus buenas razones para ello.
Treinta años más
tarde, el asunto sigue trayendo de cabeza
a las nuevas generaciones de historiadores y melómanos que ven en ello un reto poco menos
que irresoluble. Y es que hay cosas que, mejor, dejarlas como están...
http://offbeatpersistente.blogspot.com.es/2012/03/harry-sweets-edison.html
ResponderEliminarMe alegro haber coincidido.
Ya lo he visto. Muchas felicidades por el texto. Y muchas gracias por recomendar mi libro. Espero que de verdad te haya gustado. Y por cierto: bailar es importante para "comprender" la música (lo digo por tu respuesta a uno de los comentarios). A mi me encanta bailar, aunque no soy Fred Astaire precisamente, pero me da igual. Además, se liga.
ResponderEliminarVerdaderamente las únicas veces que he bailado ha sido para ligar o estando bajo influencias etílicas.
ResponderEliminarPor cierto, el libro lo he recomendado por hacer un favor al jazz.
ResponderEliminarLo que no es malo de suyo... lo que me recuerda otra jugosa anécdota que pude vivir cierta agitada noche madrileña junto a Steve Lacy. Un día de estas la cuento. Por cierto: me han escrito algunos pidiéndome que desvelara el misterio en torno a "Sweets". Insisto en que hay cosas que, mejor, dejarlas como están. Si el hombre no quiso contarlo, por algo sería (por algo era).
ResponderEliminarRenuevo mi más sentido agradecimiento por tu recomendación a favor del jazz. Uno, en su humilde condición de divulgador, no aspira a otra cosa que dar a conocer la música que le tiene robada el alma.
ResponderEliminarEs que el sobrenombre "Sweets" se las trae, y pudo dar mucho jugo.
ResponderEliminarNi te lo imaginas...
ResponderEliminarPor cierto, ¿qué opinas del disco de Mal Waldron y Barney Wilen "Movie Themes from France"?, ¿es tan bueno como a mí me parece?
ResponderEliminarLo primero es que no soy yo quién para decidir lo que es bueno y lo que no. En mi libro empiezo diciendo que todos tenemos nuestra propia selección de los mejores discos en la historia del jazz, y todas son válidas. Si me pides mi opinión, hace tiempo que no escucho ese disco, aunque creo que voy a estar completamente de acuerdo contigo.
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