Kirk Lightsey tras su concierto en el Festival de Jazz de Vitoria
Foto: José Mª García Martínez
Kirk Lightsey y los otros
Hace un millón de
años, un músico de jazz llamado Dexter Gordon conoció a otro músico de jazz
llamado Kirk Ligthsey, y ambos aterrizaron en un lugar llamado Madrid, y
cambiaron el curso de la historia. Nunca se ha escuchado nada más hermoso en
esta ciudad y, acaso, nunca se escuchará.
A Dexter le
escucharíamos nuevamente en San Sebastián –pero ya no era lo mismo- y en la
ceremonia de los Oscar –una imagen que nunca olvidaremos-. Lightsey regresó
para tocar una semana en el Café Central. Allí conoció a un músico de jazz
llamado Javier Colina.
Ayer, Kirk
Lightsey y Javier Colina se hablaron bajito sobre el escenario del Teatro Principal,
en Vitoria, y Javier cantó “Drume negrita” al oído de Kirk, y Kirk ascendió a
los cielos de la ciudad (”Heaven dance”), como en Madrid hace un millón de
años; como sólo un intérprete de su categoría es capaz de hacer.
En Kirk Lightsey
encontramos al creador poderoso y sofisticado que nos hizo enamorarnos de esta
música. "Para ser músico de jazz", me confesó delante de una taza de café, "hay que amar la vida, y vivirla apasionadamente".
Inevitablemente,
amamos a Kirk Lightsey.
Chema García
Martínez
Atípica, pero original, foto de jazz. El artículo, magnífico, como siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, como siempre...
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