lunes, 31 de enero de 2011

Cuadernos de Jazz: un reflexión

Permítame el lector de Jazz y Otras Hierbas una última reflexión en torno a un hecho que vengo comentando: la desaparición de Cuadernos de Jazz como revista y su reconversión en publicación digital, y lo que se ha dicho y escrito sobre el asunto.

Lo que, para una mayoría, ha constituido un acontecimiento de trascendencia universal en lo jazzístico (*), ha sido glosado por según quienes de una manera, cuanto menos, cuestionable. Hablo de algunas páginas Web supuestamente amigas –de una en concreto- que han recogido la noticia empleando en su redacción un tono de tibieza que no puede sino sorprender. Cuesta creer que el responsable de la “necrológica”, tan puntilloso a la hora de la crítica como olvidadizo para el elogio, sea el mismo a quien se deben las reseñas de otros acontecimientos de enjundia muy menor, en un tono próximo al publirreportaje. ¡Y aún hay quien le reprocha, en su comentario al editorial, el carácter “parcial” del mismo, a favor de “Cuadernos”, se entiende!. Un viejo conocido del que suscribe, el autor del comentario en cuestión. Su reputación, se la tiene ganada a pulso.

Nada de esto es nuevo. Desde el mismo momento de su aparición, Cuadernos de Jazz ha sido pasto de los mediocres y blanco de las críticas por parte de quienes nada han hecho y nada tienen que ofrecer. Que, aquí, al que mueve ficha, se le paga con el menosprecio. Eso sí: para quejarse –porque no hay revistas de jazz o porque no duran lo suficiente- siempre hay tiempo.

Mal que les pese a esos, “Cuadernos” ha batido todo los records de permanencia en los kioscos para una revista de jazz en este país. Con su fallas, que las ha tenido, como no podría ser menos. Y sin subvenciones (¡importante!).

A la hora de su defunción, los padres de la criatura pueden exhibir con legítimo orgullo los 121 números que ya son historia; un cuerpo de información y conocimiento sencillamente abrumador. Que haya quienes se atrevan a decir lo que dicen, ignorando a los miles de lectores que han permitido que Cuadernos de Jazz permaneciera activa durante 20 años, es un hecho que habla por si mismo.

No voy a enumerar los muchos méritos de una publicación de la que he sido, bien que modestamente, arte y parte. Si acaso, me siento orgulloso de cuanto he podido contribuir a la causa. Volvería a hacerlo, de darse el caso.

Chema García Martínez

Nota

(*) al respecto, léanse los comentarios enviados a este blog (“A cada adiós corresponde un hola” y “Cuadernos de Jazz deja de editarse en papel”).

2 comentarios:

  1. Hola Gonzalo. Me vas a permitir que me remita al texto. Podría ser más explícito, pero no me parece oportuno ni elegante. Yo he dicho lo que quería y tenía que decir y eso es todo. Un abrazo.

    ResponderEliminar