viernes, 17 de febrero de 2012

"LINDO Y QUERIDO"




La cosa viene a ser como sigue. Un festival de jazz de “fusión” con tropezones sobre las blancas arenas de la playa del Carmen, península del Yucatán, México, todo incluido. Porque, en el Festival de Jazz de La Riviera Maya, nadie paga un peso (la cerveza, a 50 céntimos de euro +-). Y hace calor. La sensación de escuchar jazz en bermudas mientras en la Vieja Europa los empleados de la limpieza municipal se afanan en recoger la nieve acumulada en las aceras...



Richard Bona

Algunos, como Richard Bona, han recorrido medio mundo -Japón pasando por Sarajevo, Dresden, Breslavia…- para estar aquí. Con la legaña todavía puesta, el fornido bajista camerunés afrontó con su mejor sonrisa la pregunta de la colega en la multitudinaria rueda de prensa: “¿hay alguna influencia de la música africana en su música”. Pero éste es el precio a pagar por tocar en lugar como éste. Bienvenido al paraíso, señor Bona.

Stanley Clarke

Es de admirar el empeño que ponen Randy Brecker –su sueño, manifestado como tal: reencarnarse en trompetista de mariachi- y Stanley Clarke –el suyo: hablarle a los caballos… y que éstos le entiendan- en tocar todo aquello que a los críticos de jazz nos pone de los nervios. Cuestión de prioridades.

Jon Anderson

Momento para el arrumaco. Jon Anderson, el cantante de Yes, evoca a pecho descubierto los temas propios, y algún ajeno (Marley). Su guitarra -su ukelele-, su voz atildada y 15.000 seres humanos delante de él. Si no fuera porque sabemos de lo que estamos hablando, uno podría cuestionarse qué hace un chico como él en un festival como éste. Servidor formuló la susodicha cuestión al susodicho individuo, acompañada de un ingenioso juego de palabras cubriendo la distancia que media entre los términos “jazz” y “yes”. Aún sabiendo la respuesta: más que nada, por fastidiar. Contestóle el interesado con la acostumbrada y fatigosa retahíla que hace del jazz la Caja de Pandora en la que cabe todo, menos el jazz. El mismo argumento que llevó a Elton John a un festival del género en los alrededores de Madrid y ha hecho de Alejandro Sanz, una de las estrellas del Festival de Jazz de Nueva Orleans. Como que no.


Yellow Jackets

Tan plúmbeos/previsibles como era de esperar, los Yellow Jackets aburrieron a un personal que, supuestamente, goza de éstas. A uno le contaron que, aquí, el jazz de fusión es lo que alguna vez fue en el lugar de dónde uno proviene, y a lo mejor es verdad. Será por la cercanía, más estética que geográfica, con la tierra prometida del Surf, las camisas floreadas y las Pin-up en el asunto de atrás; cosas que uno asocia a éste género de música incolora/inodora/insípida/"chiclosa". ¿Por qué será?.


Fernando Toussaint

Cualquiera que se haya metido en el cuerpo los 8.088 kilómetros que separan Madrid de Cancún por Air Europa, tarifa económica, no puede sino sentirse levemente desconcertado, y aún perplejo, contemplando a la admiradora -y puede que algo más- del fallecido Eugenio Toussaint, ídolo del Jazz-Mex, mientras dibuja sobre la arena algún tipo de anagrama cabalístico dando la bienvenida al espíritu del homenajeado. Sobre el escenario, los 2 Toussaint supervivientes, Fernando, a la batería, y Enrique, al bajo. Europa queda muy, muy lejos.

Natalia Fourcade

Natalia Lafourcade se parece a Russian Red como 2 gotas de agua separadas por el océano, y hasta es posible que también ella vote a las derechas, no me consta que lo haga. No canta jazz, aunque lo ha cantado y, por lo visto, lo sigue haciendo cuando se le pone. Hace nada estuvo en Madrid, en el barrio de Chueca, y en casa de un amigo, grabando un álbum de canciones “intimistas”, en plenas Fiestas del Orgullo Gay. Afuera, la bullanga, el despelote y los 100 metros lisos con zapatos de tacón. Adentro, la quietud, Natalia, y una taza de melancolía con sacarina.


Alex Otaola

Aquí, a Alex Otaola, se le tiene como un divinidad, sólo un escalón por debajo del Dios Descendente de los antiguos mayas. Únicamente a alguien en su posición se le permite llegarse a un festival como éste con un “espectáculo interactivo” con música, cine y ruidos varios, y salir vivo del trance, y del escenario. A un lado, Otaola con su noneto asimétrico, incluyendo varios miembros de Los Dorados y la Orquesta Mexicana de Tango; al otro, Dziga Vertov, en imágenes animadas, recorriendo las calles de Leningrado-San Petersburgo con su cámara de manivela, año de gracia de 1929. El matrimonio imposible ha engendrado una criatura voluble y avasalladora; irregular y apasionante. La nariz de Frank Zappa y los ojos de Albert Ayler. De aquí, a Stockhausen-Sonic Youth va un paso.


La cosa, que en 2012 se cumple el décimo aniversario del festival, el cual vendrá a coincidir con el arranque de un nuevo ciclo de 26.000 años (año más, año menos) en el calendario maya, preludio de una nueva era (no necesariamente catastrófica) para la Humanidad. Para éste próximo año, la organización persigue un sueño: llevar el piano de Keith Jarrett, y a Keith Jarrett, a la explanada de Tulum, la Maravilla de la Humanidad erigida en loor del Dios Descendente, donde se sacrificaba a los propios en beneficio de los ajenos y hoy se levanta un sobrecogedor complejo ecológico-astronómico-arqueológico. Aquí, Federico Fellini imaginó su última película “non nata” (“Viaje a Tulum”, trasladada al cómic por Milo Manara). Aquí, en unos meses, con suerte, podremos a escuchar al nuevo Dios Descendente. Sólo que éste toca el piano.

Chema García Martínez

(Fotos: Fernando Aceves, excepto Natalia Fourcade)

Publicado en El País-Tentaciones

4 comentarios:

  1. Lo del precio de la cerveza me ha recordado al precio de la cerveza en el recinto del Festival de Jazz de Montreal. En 1992, pagamos 5 dólares la birra en vaso de plástico. Ante la Bahía de Saint Lawrence, escuchando a Jarrett-Peacock-DeJohnette me pareció una ganga. Ahora me parece una desfachatez. Es lo que tiene hacerse mayor.

    Lo de la pregunta al señor Bona...pues eso, qué decir?

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  2. !Qué importante es la cerveza en el jazz!... por no hablar de los gin tonic... es una buena combinación, jazz y alcohol, con moderación, por supuesto. En cuanto a la pregunta al señor Bona, resulta tan surrealista como si se le preguntara a Paco de Lucía si existe alguna influencia del flamenco en su música. Es de coña.

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  3. Estimadísimo personaje:
    Ya suscrita a tu canal -por la curiosidad de la mención de viva voz que referiste en pasadas semanas cuando nos encontramos en la Riviera para la 10ª edición del Festival de Jazz-, encuentro tus textos y los disfruto en fondo y forma: ¡Vaya que sí!. Nada más refrescante que la mezcla entre lo onírico del pensar y lo pastosamente real de la información.

    Ahora por la cita; gracias: Sabiendo que fuiste el único que miró bien el movimiento en la arena que nace de una tradición Yoruba(Africana) mezclada con el sincretismo indígena del cual por mestizaje de la conquista tuvieron a bien (¿?) dejarnos.

    Y en mi licencia: Vale, te cuento historias detrás de nuestras eventualidades.
    Los trazos de los años dejaron huella en un devenir entre el Rock y el Jazz que tuvo cabida como un solo féretro, pues no olvidar que, en México, padecimos –y aun-, de una falta de credibilidad ante la creación. Ahí se inscribe la relación con Eugenio y la banda que para nosotros es la leyenda del jazz ‘Sacbe’.

    ¿La relación? Muy personal por oficio, 27 años de cronista en cultura y un aferre para dar espacio a los que eran apuesta a largo plazo: Décadas llamándole maestro y viéndole batallar, creando tríos, haciendo escuelas de músicos, interpretado en los continentes con su obra Sinfónica; sabiéndole reconocido y al tiempo sin proyección para vivir dignamente.

    Eugenio, hoy lo podemos decir, murió por su propia mano, en la mas profunda tristeza –por ello lo que has nombrado ‘anagrama cabalístico’; por crear en un pensamiento mágico, el umbral correcto; y por unión pues varios de nosotros hemos visitado esos parajes de la desolación, aunque solo algunos, como él, decidieron irse para explóralos en todos sus horizontes.

    Ya ves Chema, entre lo que se da cuando descubres que lo tuyo son palabras, lo de ellos son notas, y lo de los ancestros rituales…

    Con el mejor ánimo te dejo una liga de mi propio homenaje periodístico para tele:
    http://www.youtube.com/watch?v=vF6Nq6iDNOc

    En un sentido intimista te comparto mas historias si entras a este:
    http://lauraviadas.blogspot.mx/search?q=eugenio+toussaint

    … Y en la tentación, amigo en la distancia, solo te digo, que lo de ‘perplejo’ me cuesta creerlo cuando leo entre líneas, como en ti, muchos fantasmas vivos se pasman en la impronta…

    Sea pues que en el 2013 hagamos un nuevo capitulo; confiando en ello; me despido
    Laura Viadas

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  4. Querida Laura.
    Me encanta que me lames "personaje", !tú sí que eres un personaje, y de los grandes!. Tu comentario me ha dejado sin aliento, !qué bonitas palabras y qué emocionante cuanto cuentas!... te lo agradezco desde el fondo de mi corazón. Fue estupendo volver a verte este año y, por cierto, me ha encantado tu texto sobre Eugenio, también el vídeo. Ahora me toca a mi echarle un vistazo a tu blog, será un placer hacerlo.
    Ojalá podamos repetir en 2013.
    Chema
    PD: algún día te contaré mi experiencia fugaz tocando el saxo (un decir) con Guillermo Nava, de Nobilis Factum, grupo que, supongo, conoces.

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