Chick, Jacky, Malik, Jorge
Pardo, Pedro Picapiedra
Recuerdos de 2 días de música
Chick Corea Trío. Auditorio Nacional de Música, Madrid. Domingo, 2 de diciembre.
Sonríen. Se aplauden. Se quieren.
El líder toma el micrófono para contarnos lo que va a tocar:
“vamos a empezar y luego vamos a continuar”. Las cosas claras.
“On Green Dolphin Street”. El standard como (verdadero)
refugio de la libertad.
Brian Blade (BB): movimientos que no siempre terminan en el
parche. De repente, un uppercut
inesperado, fulgurante. Desde Tony Williams que no se veía nada semejante.
“´Round midnight”, el tema con su apóstrofe antes de la erre
y su “intro”, que no todos tocan. Lo mejor del concierto resultan ser las
introducciones del pianista (no
electricity, please).
Después de Shorter, resulta aleccionador escuchar a Blade
ocupando su lugar en un trío “de repertorio”.
Enredados en la “música que suena a música” (but we like it)
Mientras Christian McBride mantiene los pies en el suelo, Brian
Blade vuela muy alto. Tierra y aire, sol y sombra, física y química. El pianista
abandona el teclado para marcarse unos pasos de baile.
Han sido 55 intensos minutos de concierto. Lo bueno, si
breve...
Encore: el trío
con Niño Josele y Jorge Pardo y “My foolish heart”. Chick Corea ha conseguido
lo imposible: que Josele salga al escenario sin corbata. La interpretación del tocaor resulta especialmente
conmovedora.
Cuando el “corazón español” de Corea rezuma felicidad, sus
baterías buscan la puerta de salida En “Spain” (?), BB interpreta el peor solo
que nunca se le ha escuchado. El flamenco es lo que tiene, cuando no se conoce de qué va el asunto. B. B. suple su ignorancia en la materia acompañando a los allí presentes con algo que se parece mucho a una batucada y muy poco a lo que supuestamente debería parecerse. Noticia:
incluso él es falible (but we like him).
Jacky Terrasson. Piano solo. Instituto Francés de Madrid. Lunes, 3 de diciembre.
Los franceses invierten en sus artistas y los llevan de gira
por provincias. Aquí, tiramos piedras sobre nuestro propio PIB (Producto Interior Bruto). Así nos va.
La música de JT es rapsódica, lírica, inconcreta (temas
encadenados, aires diversos en constante mutación), perfectamente inofensiva.
Lo que empieza con Tizol-Ellington (“Caravan”) termina en
Wacko-Jacko (Michael Jackson). Y hay un “C´est si bon” perfectamente
irreconocible, y una “Marsellesa” que supuestamente sonó y nadie escuchó, salvo
JT, y algunas cosas que uno escuchó y no sonaron. Lo normal.
De Michel Petrucciani a Jacky Terrasson va un trecho. El que separa al genio (Petru) del que no lo es (JT).
De Michel Petrucciani a Jacky Terrasson va un trecho. El que separa al genio (Petru) del que no lo es (JT).
En este mismo recinto ofreció Malik Yaqub un memorable concierto del que existe crónica (véase post correspondiente en este mismo blog). Aquella fue una de sus últimas apariciones sobre un escenario. Al día siguiente, estaba de vuelta en su lugar de trabajo: la calle.
Homenaje a Malik Yaqub. Clamores Jazz. Lunes, 3 de diciembre.
No fue un homenaje al uso sino otra cosa más pequeña/entrañable/hermosa…
al homenaje a Malik acudieron sus seres queridos, los más cercanos, quienes le
hicieron la vida más fácil, su taxista que le traía y llevaba a Madrid, sus
fans, Sol, Marisa, el personal médico que le atendió en sus últimas horas, y
Arthur, el hermano del artista llegado desde NY para el acto. Sobre el
escenario, Nirankar Khalsa, organizador del asunto, plus Héctor Oliveira, Tony
Heimer, Manolo Calleja, Richie Ferrer, Carlos Carli, Irene Albar, la cantora Patricia Villacañas…
Jorge Pardo ha llegado a prisa y corriendo de su concierto
con El Negri. Lleva su flauta y su genio, y su arte. Es un grande, y no sólo
por su música.
A un lado del escenario, Richie pregunta quién se sabe
alguna pieza de Malik, aunque la pregunta más bien sería si hay alguien capaz
de tocar la música de Malik y no estar loco. Manolo propone “Blues para
Madrid”, pero no hay quorum…. Finalmente, se llega el acuerdo y Jorge, y Tony,
Richie y Nirankar interpretan una azarosa y swingeante versión de “Los
Picapiedra” (dícese de la sintonía de la serie homónima), pieza que servía a
Malik para atraer al público no necesariamente juvenil que pasaba a su lado por la calle y sacarle unas perrillas.
Vilmaaaaaa….
Chema García Martínez
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