"Debería estar en el manicomio"
John Scofield es el guitarrista más paseado del jazz contemporáneo. Ex alumno de Miles Davis, también cuenta como el gran responsable de introducir el funk en la ecuación de la música experimental y convertirla en un poducto adorado por esa inmensa minoría de los aficionados al jazz. Por descontado, hay razones para su visita a Madrid: su nuevo disco, Piety street (La calle de la piedad) y su próxima actuación en España (13 de julio en el 33º Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz).
En Piety street se combinan la complejidad del jazz eléctrico con el mensaje meridiano del gospel. "He querido saldar una especie de deuda moral, porque soy un fan del género". Para Scofield, el gospel es la esencia. "Aun así, mi idea era hacer un disco de blues, hasta que me di cuenta de que todo el mundo está tocando los mismos 12 compases, y no es que no me guste, pero hay demasiada gente haciéndolo. Entonces se me ocurrió: ¿por qué no grabar esas canciones de gospel tan hermosas?". Sintomático: en la grabación de Piety street no ha participado ningún músico de jazz, excepto el propio Scofield. "Ésa era la idea. Quería grabar en Nueva Orleans con músicos de la ciudad. Fui yo el que me sumergí en su mundo. En ningún momento les pedí que tocaran Scrapple from the apple o Donna Lee. Para alguien que ha mamado del blues, tocar la música de Nueva Orleans no tiene ningún misterio. El gospel y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo, cuando todo el mundo canta y da palmas, eso es el dixieland". En este momento, el entrevistado ha iniciado una animada versión improvisada de Down by the riverside... ¿será que el afamado guitarrista pretende comenzar una segunda carrera como cantante? "¡Nooo! Bueno, a veces sí lo hago, pero sólo si hay otros cantando conmigo, así puedo esconderme tras ellos. Pero el cantante en este disco es Jon Cleary, que también toca el piano, y, créame, mejor que lo haga él".
Scofield afirma "sentirse identificado" con el protagonista de Never turn back en su regreso al camino de la virtud después de una vida de pecado... "Cuando tu vida consiste en perseguir tus instintos básicos te conviertes en una especie de glotón permanentemente insatisfecho", reconoce el jazzista. "Antes solía ir a fiestas y bebía a espuertas, desde que dejé de lado todo aquello me siento mucho mejor, porque, créame, me pasé de la raya". En Piety Street, Scofield interpreta composiciones de Dorothy Love Coates (That's enough), Thomas A. Dorsey, quien se inició interpretando blues obscenos antes de convertirse en el compositor de gospel más famoso de todos los tiempos, y... Hank Williams (Angel of death). "La idea me vino mientras estaba seleccionando las canciones para el disco, de repente se me ocurrió escuchar algún grupo blanco de gospel, y surgió el nombre de Hank Williams. Lo que él hace es una especie de mezcla entre gospel y Country & Western. Me gusta la música country, la antigua, no la nueva, igual que el gospel". Cada uno de sus discos es diferente; al final, uno se pregunta quién es verdaderamente John Scofield. "Soy un esquizofrénico, eso es lo que soy. Debería estar en un manicomio. Pero hay algo que tengo claro: no quiero tocar música funky salvo que tenga swing, y si toco jazz debe tener alma"."El 'gospel' y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo"
(publicado en El País 12/02 / 2009)
En Piety street se combinan la complejidad del jazz eléctrico con el mensaje meridiano del gospel. "He querido saldar una especie de deuda moral, porque soy un fan del género". Para Scofield, el gospel es la esencia. "Aun así, mi idea era hacer un disco de blues, hasta que me di cuenta de que todo el mundo está tocando los mismos 12 compases, y no es que no me guste, pero hay demasiada gente haciéndolo. Entonces se me ocurrió: ¿por qué no grabar esas canciones de gospel tan hermosas?". Sintomático: en la grabación de Piety street no ha participado ningún músico de jazz, excepto el propio Scofield. "Ésa era la idea. Quería grabar en Nueva Orleans con músicos de la ciudad. Fui yo el que me sumergí en su mundo. En ningún momento les pedí que tocaran Scrapple from the apple o Donna Lee. Para alguien que ha mamado del blues, tocar la música de Nueva Orleans no tiene ningún misterio. El gospel y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo, cuando todo el mundo canta y da palmas, eso es el dixieland". En este momento, el entrevistado ha iniciado una animada versión improvisada de Down by the riverside... ¿será que el afamado guitarrista pretende comenzar una segunda carrera como cantante? "¡Nooo! Bueno, a veces sí lo hago, pero sólo si hay otros cantando conmigo, así puedo esconderme tras ellos. Pero el cantante en este disco es Jon Cleary, que también toca el piano, y, créame, mejor que lo haga él".
Scofield afirma "sentirse identificado" con el protagonista de Never turn back en su regreso al camino de la virtud después de una vida de pecado... "Cuando tu vida consiste en perseguir tus instintos básicos te conviertes en una especie de glotón permanentemente insatisfecho", reconoce el jazzista. "Antes solía ir a fiestas y bebía a espuertas, desde que dejé de lado todo aquello me siento mucho mejor, porque, créame, me pasé de la raya". En Piety Street, Scofield interpreta composiciones de Dorothy Love Coates (That's enough), Thomas A. Dorsey, quien se inició interpretando blues obscenos antes de convertirse en el compositor de gospel más famoso de todos los tiempos, y... Hank Williams (Angel of death). "La idea me vino mientras estaba seleccionando las canciones para el disco, de repente se me ocurrió escuchar algún grupo blanco de gospel, y surgió el nombre de Hank Williams. Lo que él hace es una especie de mezcla entre gospel y Country & Western. Me gusta la música country, la antigua, no la nueva, igual que el gospel". Cada uno de sus discos es diferente; al final, uno se pregunta quién es verdaderamente John Scofield. "Soy un esquizofrénico, eso es lo que soy. Debería estar en un manicomio. Pero hay algo que tengo claro: no quiero tocar música funky salvo que tenga swing, y si toco jazz debe tener alma"."El 'gospel' y el jazz vienen del mismo sitio, el ritmo es el mismo"
(publicado en El País 12/02 / 2009)
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