Definitivamente, no ha sido el mejor verano la historia, entre las inclemencias temporales, que no han cesado, y la música, que no ha dado para mucho, y la crisis, que se nota, y cómo no iba a hacerlo. Ni Getxo ni Vitoria ni San Sebastián han ofrecido demasiadas cosas dignas de ser recordadas, lo que no significa que no las haya. Otros colegas han publicado ya sus listas personales de conciertos/protagonistas del verano. Permitidme que, pasado el tiempo, yo haga lo propio.
Ornetillos en Getxo
Como signo distintivo, Ornetillos tienen que son de pueblo, en el más noble sentido de la expresión, y tocan la música de Ornette, cuestión de (buen) gusto. Por lo que uno sabe, sus componentes nacieron en Andalucía, Extremadura y Castilla León, cada uno en un sitio, si bien residen los cuatro en San Sebastián, donde cursan sus estudios musicales. Son estupendos, divertidos irreverentes, aunque no demasiado, y, lo más raro, no sólo tocan sus respectivos instrumentos de una forma adecuada sino que, además, piensan. Mucho ojo al saxofonista de la banda, Roberto Nieva: en sus intervenciones festivaleras “alter hours” ofreció argumentos suficientes para obligarnos a seguirle el rastro muy de cerca. Ornetillos quedaron los últimos en el concurso para grupos aficionados. Por lo que a mi respecta, como si hubieran ganado.
Vitoria: Wayne Shorter sólo ante el peligro
Como un ciego en un laberinto. Así debió sentirse Shorter en medio de aquel berenjenal sin mucho sentido en que se convirtió el supuesto homenaje a Miles Davis promovido por Marcus Miller (si el homenajeado levantara la cabeza...) Cada una de sus intervenciones, incluyendo un par de lo que podríamos calificar como “falsa entradas”, fue un canto a la libertad creativa en su más alta e inquebrantable expresión. La imaginación al poder, en vivo y en directo. Siempre fiel a si mismo, la música del saxofonista va más allá de cualquier texto/contexto. En Vitoria fue un Shorter alucinado luchando contra los elementos, irremediablemente perdido, endiabladamente hermoso…
San Sebastián: vueltas en torno a Agustí Fernández
Puestos a elegir la mejor actuación del festival, uno puede dudar entre Agustí Fernández con Triez –Baldo Martínez y Ramón López, lo que alguno ha calificado como el mejor grupo de jazz español de la historia-, o Agustí Fernández con el absolutamente extraordinario Peter Evans (Mostly Other People do the Killing), en uno de esos conciertos sorpresa de San Sebastián que sirven para que nadie se entere de que existen y, en consecuencia, no vaya nadie. De M.O.P.D.T.K. digo lo que otros: un buen grupo pero no tanto como ellos y sus “fans” piensan. Su insistencia en resultar originales -¡en tiempos como los actuales!- constituye su mayor lastre. Una opinión.
Enclave de Agua: ¿qué fue de Jimmy Burns?
Confieso que no tenía ni idea de quien era, antes de escucharle en lugar tan exótico como la ciudad de Soria, dentro del festival Enclave de Agua 100% gratis. Buns es todo lo que uno puede esperar de una vieja gloria del blues y el soul. Guitarrista, cantante, unos años más joven que BB King, pero sólo unos pocos, se le parece en que, como aquel, toca sentado. Por lo demás, Burns conserva el fuego en el cuerpo, el suyo, y toda su capacidad para conmovernos. Por comparación, lo del “Rey” en San Sebastián fue la patética/paródica demostración de una decadencia anunciada. Un espectáculo dirigido a la mayoría de mitómanos que, ahora sí, pueden presumir de haber visto en directo a una leyenda, o eso se piensan. Cualquier parecido con el B B King que hemos conocido/disfrutado en sus anteriores visitas es pura coincidencia.
De aquí: Moisés P. Sánchez
A Moisés le cabe el dudoso honor de haber nacido y residir en la ciudad más hostil para el jazz del orbe cristiano: Madrid. Un músico absolutamente extraordinario y tan camaleónico que, a veces, cuesta reconocerle. Su única constante es la capacidad que atesora para sorprendernos siempre y en todo lugar. En lo que, mucho de es de temer, fuera la última noche con jazz en Bogui jazz, Moisés sobrepasó todo lo sobrepasable en su papel de acompañante de la escultural Nicole Henry. Jazz al viejo estilo directo y eficaz. Con Moisés, la sorpresa todavía es posible, aunque esté tocando el estándar más manoseado. No hay muchos como él, si alguno, en el estado español y países limítrofes. Ahora, me cuenta que se va a ir a los Estados Unidos para estudiar con Pat Metheny. Por Dios, que nos lo devuelva como está…
Amy Winehouse, inevitablemente
A mi estas chica me cae bien, inevitablemente y sin remedio. Me gusta toda ella, su música, su apariencia, sus maneras sobre el escenario de las que ella misma no era muy consciente, las más de las veces. Su fallecimiento ha sido la gran noticia de los festivales de jazz del verano aunque sólo fuera por la saturación que la misma generó en los medios de comunicación en los que algunos colgamos nuestras crónicas festivaleras: + espacio para Amy = – espacio para el jazz. Descansa en paz, ricura.
Chema García Martínez
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