Pat Martino Trio, anoche, en Clamores Jazz
Foto: JMGM
Maneras de sentarse en una silla
(versus "dime cómo te sientas y te diré quién eres")
(versus "dime cómo te sientas y te diré quién eres")
Modelo 1. Brad Mehldau (piano solo. Auditorio
Nacional. Domingo 10 de noviembre)
El centro de
gravedad en el punto más próximo al suelo que permite el sillín, situado a una considerable
distancia del teclado; los brazos extendidos, los codos hacia fuera, el tronco
inclinado hacia detrás.
La indiscutible
belleza de alguna de sus interpretaciones –“Someone to watch over me”, “Don´t
think twice, is allright”- no esconde las carencias de una propuesta musical
plana/condescendiente, nacida para halagar los oídos de la mayoría y aburrir a
los pianistas presentes en la sala. El rango de emociones que propone Mehldau
en su reivindicación de la melodía como elemento motor de su música resulta
alarmantemente limitado.
La pregunta: ¿es
posible la belleza sin riesgo?.
Modelo 2. Uri Caine “Bicentenarios de Wagner y
Verdi” (piano solo. Auditorio Nacional. Lunes 11 de noviembre)
La silla de
madera con respaldo parece catapultar al intérprete sobre el teclado, cual si, en lugar de un piano,
hubiera una máquina de escribir; el cuerpo ligeramente encorvado a su izquierda;
las partituras desparramadas por el suelo.
Uri Caine y
Wynton Marsalis, cada uno a lo suyo: la transversalidad del siglo XXI frente a la
promiscuidad de los gloriosos sesenta/setenta. El cara a cara (cara a
partitura) entre el jazzista y los viejos maestros se traduce en una propuesta
musical libre y salvaje, incluso demasiado. Parte del público, abrumado,
emprende la huida entre Wagner y Verdi.
Opina mi vecina
de butaca:
“Esto no es jazz” (Obertura de “Tannhauser”)
“Pero hay que
reconocer que es un virtuoso” (“Wesendonk Lieder”)
“Es un virtuoso,
pero esto es un ladrillazo” (Preludio del Acto I de “Lohengrin”).
En ocasiones, pudiera
parecer que el intérprete está demasiado atado a Wagner. Para algunos,
en su concierto del domingo, Mehldau estaba demasiado atado a sí mismo.
Modelo 3. Pat Martino Trio (Clamores Jazz. Lunes
11 de noviembre)
Diligentemente aupado sobre un taburete, como quien está esperando a que le sirva el barman; la pierna derecha cruzada sobre la izquierda y, sobre ella, la guitarra
(es diestro). A su derecha, el atril con las partituras.
La música de
Martino y su trío con órgano plantea pocas interrogantes. Jazz de otros tiempos
(mucho Wes Montgomery, algún Monk, Wayne Shorter, Sonny Rollins…) interpretado a la vieja
usanza, sin sorpresas; justo lo que se espera de ellos. Clamores, lleno un
lunes por la noche.
Chema García
Martínez
Estupenda y comprimida crónica de jazz. Parece fácil, pero ya me gustaría.
ResponderEliminarPues no sé si es fácil, pero sí resulta divertido amén de instructivo eso de escuchar de seguido a 3 artistas tan distintos, y comparar sus respectivas propuestas. Justo esta mañana lo hablaba con Abe Rábade.
ResponderEliminarUn abrazo y, una vez más, gracias por tu comentario.