foto: Coral Hernández
Diez hombres sin piedad
Uno les ve fuera del escenario y parecen otra cosa. Gente normal, amante del orden y las buenas costumbres. Ahora, póngales un saxofón entre las manos y les verán convertirse en un ser monstruoso, con cuernos, rabo y esa mirada que se les pone a los depredadores de la naturaleza ante la presa; en este caso, nosotros. Muchos acudimos al concierto sin saber a qué atenernos. Lo que nos encontramos fue el Apocalipsis en versión jazz. Una verdadera avalancha de música y energía desbocadas. Algo demoledor.
Uno pudo imaginarse asistiendo al fin de los tiempos y al furibundo Evan Parker, viejo león de las vanguardias, haciendo astillas de su saxo tenor y esparciendo los restos entre las ánimas del purgatorio; y al mallorquín Agustí Fernández poniendo a prueba los nervios de quien tuvo la bendita ocurrencia de ceder el piano para el concierto, y todavía debe estarse arrepintiendo; y a Mats Gustafsson, el nuevo ídolo del free jazz, berreando cual cordero degollado a través de lo que él llama una "flautafón", híbrido de flauta y saxofón; y a Paul Lytton y a Raymond Strid, dos baterías a falta de uno, atizando con saña el fuego tamboril.
Y a todos juntos, los 10, soplando, percutiendo, bramando, gimiendo... y el respetable agarrado a la butaca ante la que se nos venía encima. Un jazz que puede herir sensibilidades y que hoy día sólo es posible escuchar en lugares como este, "nuestro" San Juan Evangelista. Guy y sus muchachos interpretaron una única pieza, Oort-Entropy, de una hora de duración sin interrupciones. Ni totalmente escrita ni totalmente improvisada, sino todo lo contrario. Música brutal, aunque sutil; altamente calorífera, pero también extremadamente sofisticada. Lo mejor que este cronista ha escuchado en mucho, mucho tiempo.
(publicado en El País 08/11/2008)
Y a todos juntos, los 10, soplando, percutiendo, bramando, gimiendo... y el respetable agarrado a la butaca ante la que se nos venía encima. Un jazz que puede herir sensibilidades y que hoy día sólo es posible escuchar en lugares como este, "nuestro" San Juan Evangelista. Guy y sus muchachos interpretaron una única pieza, Oort-Entropy, de una hora de duración sin interrupciones. Ni totalmente escrita ni totalmente improvisada, sino todo lo contrario. Música brutal, aunque sutil; altamente calorífera, pero también extremadamente sofisticada. Lo mejor que este cronista ha escuchado en mucho, mucho tiempo.
(publicado en El País 08/11/2008)
XXVII FESTIVAL DE JAZZ SAN JUAN EVANGELISTA
Barry Guy, contrabajo, dirección; Per Johanssen, Evan Parker, Mats Gustafsson, saxos; Per Ake Holmlander, tuba; Herb Robertson, trompeta; Johannes Bauer, trombón; Agustí Fernández, piano; Paul Lytton, Raymond Strid, batería
Jueves 6 noviembre. Madrid, colegio mayor San Juan Evangelista. Tres cuartos de entrada
Por lo que dices debió ser algo parecido al concierto de Ramón López Fredom Now Sextet (Herb Robertson, Ivo Perelman, Joe Morris, Agustí Fernández, Barry Guy y Ramón López)en el reciente Xabia Jazz 2009. Música libre en un proceso creativo que se desarrollaba ante nuestros asombrados ojos y oídos. Alguno todavía no ha cerrado la boca...
ResponderEliminarConociendo a Ramón y todos los demás, seguro que fue algo inolvidable. Por cierto que Ramón va a estar el 26 en Ibiza con Joachim Kühn y Majid Bekkas. !Allí estaremos, por supuesto!.
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