El Duque compuso para ella su "Tercer Concierto Sacro"
Fallece Alice Babs, la cantante sueca que hechizó a Duke Ellington
Para Duke Ellington, Alice Babs era
una ganga; como tener 3 cantantes en una. Con un registro superior a 3 octavas,
Babs era capaz de cantar lo que se le pusiera por delante, con el consiguiente
ahorro de personal y económico que tanto agradecieron las maltrechas finanzas
del “duque” en tiempos de crisis: “es la artista más singular que he
conocido”, declaró éste, reconocido, después de dedicarle buena parte del tercero
de sus Conciertos Sacros. Afectada por la enfermedad de
Alzheimer, Alice Babs falleció en su localidad natal de Kalmar, Suecia, el pasado 11 de febrero, a los 90 años
de edad.
Hildur Alice Nilsson, más tarde
conocida como “Alice Babs”, nació un 26 de enero de 1924 en el seno de una
familia de actores aficionados. Con 13 años su padre la llevó a Estocolmo con la
intención de colocarla como cantante en un night
club, empresa que terminó en el mayor de los fiascos. Fue en el tren de
vuelta a casa donde padre e hija conocieron a un profesor de canto que se comprometió a
darle lecciones. Pronto, la niña estaría abriéndose paso como cantante y actriz
de cine y televisión.
Si como cantante, su estilo basculaba entre la canción folclórica y la opereta,
en el cine Hildur era la chica buena, educada y de gran corazón, el ejemplo
a seguir para la nueva y pujante juventud sueca educada en el respeto a sus
mayores. Todo lo cual obró para que, en 1958, fuera elegida como primer
representante de su país en la historia del Festival de Eurovisión con la
canción Lilla stjärna (“Pequeña
estrella”). La joven e
inocente Hildur hizo su aparición en escena luciendo el traje típico de la región de Leksand, una imagen cándida hasta lo
empalagoso con la que se pretendió tapar la polémica que venía sosteniendo con
el compositor del tema, Åke Gerhard, después de que éste se decidiera a
acortarsul título, lo que, parece ser, no gustó mucho a Hildur-Alice.
Lilla stjärna obtuvo
el cuarto puesto en la clasificación final con 10 puntos: 3 otorgados por
suizos y luxemburgueses, 2 por el jurado holandés y 1 por los belgas y
austriacos. Consecuencia de la batalla desatada entre ambos, Gerhard nunca
permitió a la cantante grabar una versión de la pieza en estudio, algo que tampoco
pareció importarle demasiado a lo susodicha. Sus días como cantante folk
estaban contados.
Hildur Alice Nilsson terminaría
cediendo su lugar a Alice Babs para constituirse en la voz de los célebres
“Swe-Danes”, en los que estuvo acompañada por el guitarrista Ulrik Neumann y el
poco menos que legendario Svend Asmussen, al violín. De ahí, pasó Babs a tener
como acompañante al mismísimo Duke Ellington. “La mayor experiencia de mi vida
fue conocer a Duke Ellington”, declaró más tarde, “y que éste quisiera
interpretar mi música”. Alice Babs terminaría dando voz
a dos de los tres “Conciertos Sagrados” de Ellington, el tercero de los cuales fue escrito
en parte especialmente para ella.
La relación entre el “duque” y la cantante la llevó a
Barcelona en 2 ocasiones, la primera en noviembre de 1969, para actuar en la
iglesia de Santa Maria del Mar junto a
su orquesta y la coral Sant Jordi. Una actuación, enmarcada dentro del Festival
de Jazz barcelonés, que aún hoy es recordada con fervor por el aficionado.
Cuatro años más
tarde volverían a encontrarse cantante y orquesta en la londinense abadía de
Westminster con ocasión del estreno del tercer Concierto Sacro del compositor
norteamericano. “Aunque no se percibe cuando escuchas la grabación del
concierto”, recordaba Babs, “lo cierto es que
Duke estaba muy enfermo”. Su precario estado de salud le obligó a
abandonar precipitadamente los ensayos. Alice Babs y el saxofonista Harry
Carney cubrieron su ausencia, disponiendo las partituras en el orden correcto:
“no sirvió de mucho. A la hora del concierto, salió Duke y arrancó con algo
completamente diferente. De repente, me vi cantando “My love”, una pieza que
apenas habíamos ensayado. Si te fijas en la grabación, se nota que estoy
leyendo la letra al tiempo que la canto”.
A las 3 semanas, Alice fue llamada para viajar a Barcelona
de forma urgente para acompañar al “duque” y su orquesta en una nueva aparición
en Santa Maria del Mar: “la gente pensaba que Duke iba a tocar su Tercer
Concierto Sacro, pero no había un coro, así que la actuación estaba pensada
para que fuera una selección de los 3 conciertos sacros”.
Durante sus últimos años, Alice Babs visitó con asiduidad la
Costa del Sol malagueña junto con su marido e hijos; muy pocos, si alguno, de
sus vecinos marbellíes conocían de su pasado como estrella del jazz. Sólo en
1992 su nombre salió de nuevo a colación, cuando se asoció con el antiguo
músico de jazz y presentador radiofónico inglés Brian Parker para fundar la
"Jazz Appreciation Society of Andalucia” en el Bar-Restaurante Magna Café
de Nueva Andalucía (con sesiones los segundos martes de cada mes a partir de
las 8.30pm., excepto los meses de julio y agosto). Nunca más volvería a
escucharse su voz en público.
Chema García Martínez
Versión completa del artículo escrito por el autor mientras sobrevolaba el río Amazonas, en Brasil, y publicado el 14/02/2014 en el diario El País
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