25 años sin Dolores

Jesús & Jorge Pardo: "Dolores" a pecho descubierto

“Éramos tan felices”

Pedro Ruy-Blas, batería, voz; Jorge Pardo, saxos y flauta; Jesús Pardo, teclados; Antonio Aguilar, bajo; Rubem Dantas, percusión

5 de mayo. Teatro Municipal Buero Vallejo, Alcorcón (Madrid)

Como en un cuento. Los cinco “Dolores” originales sobre un escenario, veinticinco años después. Algún pelo de menos, alguna tripa de más, quien no ha sido padre es abuelo. Todos, menos Jorge Pardo: por él no pasan los años. Espectáculo gozoso, el de los cinco veteranos sacando del baúl de los recuerdos las piezas que fueron alma, corazón y vida para muchos que, con Franco, no vivíamos mejor, sino bastante peor. Ese delicioso batiburrillo de muchas cosas, de cuando todo estaba por hacer y nada se daba por sabido. Lo que reproducían –la modernidad de entonces, “Weather Report”, Milton Nascimento…- y lo que ellos mismos se inventaron. Tuvieron que venir los “connaisseurs” desde Japón y Estados Unidos para que nos enteráramos de lo importantes que fueron “Dolores”. Que, sin “Dolores”, no hubiera habido un Paco de Lucía –no, tal y como le conocemos- ni el Camarón de “La leyenda del tiempo”; tampoco un Chano Domínguez. Ellos estuvieron en el principio de los tiempos y tocaban esta misma música repleta de intuiciones –aquellos legendarios “enrolles”- de la que ofrecieron el viernes una lectura inteligente y realista. El puro sabor de los setenta: nada más actual. Entre el público, un nutrido grupo de “fans” reclamó a voces las infaltables “Membrillo” y “La niña de los Montoya”. Gracias a Dios, a nadie se le ocurrió encender un mechero.

(versión íntegra del artículo publicado en El País 7 mayo 2006)