martes, 3 de febrero de 2009

Bach, calamares y Joachim Kühn

Partitura original de la "Chacona de la Partita para Violín nº 2 en Re menor, BWV 1004" de J. S. Bach


Lo pienso a menudo. Soy un tipo con suerte. Molo.

Uno ha venido al mundo en Paquete Exprés y por certificado, ha viajado, conocido el amor correspondido, y vivido el fin de fiesta más imaginable a una edad en que la mayoría está para sopitas y a la cama, que ya no son horas.

A uno, se le ha dado la oportunidad de tratar a sus ídolos de ayer y hoy, conocerles, visitarles en sus covachas, con algunos, incluso, he podido cruzar unos compases, aunque ninguno se ha decidido a dar el paso de contratarme ,a pesar de lo modesto de mis pretensiones económicas. De algunos, puedo decir que son mis amigos, como Joachim Kühn. De ninguno me siento más orgulloso.

JK es un habitante de lo inaudito, seguramente, el mejor pianista de jazz del mundo. Eso, y un tipo entrañable. Desde que acudí a su presencia para escribir sobre él –véase “El Furor Creativo de Joachim Kühn”, publicado en este blog el 29 de enero del 2009 – que somos colegas. Lo considero un privilegio.

He estado con JK el finde, en Salamanca. Su recital del viernes en el auditorio de la Hospedería Fonseca de la Universidad de idem ha sido todo lo desconcertante/apabullante/desaforado que puede presumirse de alguien como él. Joachim estaba a expensas de un instrumento manifiestamente mejorable, pero como si no: “la creatividad nace de las limitaciones” (él mismo dixit). Y llegó su "Chacona de la Partita para Violín nº 2 en Re menor, BWV 1004", que ya le habíamos escuchado, pero no así. Una interpretación que fue un mundo por sí misma y la audiencia con el corazón en vilo y sin saber qué va a pasar en el compás siguiente.

Uno pudo ver al pianista sumergiéndose en los abismos insondables del alma bachiana, en la mismisidad de su entraña, haciendo estallar la materia prima de que está compuesta esta música en todas las direcciones posibles. La suya fue una interpretación heroica en los límites de lo humanamente concebible. No hay palabras que alcancen a describirla. Se entiende que el Supremo Hacedor necesitara de varios minutos de quietud en su camerino para recuperarse del esfuerzo.

Luego, que JK es un personaje fascinante sobre el escenario y fuera del mismo. Una auténtica fuente de sabiduría.

Llevo tiempo compartiendo su día a día, su kilómetro a kilómetro. Lo que uno ha podido vivir junto al pianista y compositor y que da para un libro que algún día escribiré. Ibiza, Salamanca, Madrid… la noche del sábado, en la capital del Estado, tuvieron lugar dos acontecimientos históricos: Joachim acudió como espectador/oyente a la última sesión del Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel (William Parker y la Orquesta Foco) y descubrió los bocadillos de calamares del bar El Brillante, en la plaza de Atocha. Casi nada.

Y es que soy un tipo con suerte.

Chema García Martínez
On the road foto: J. M. García Martínez

Quiero agradecer a María Antonia García y Raúl Mao de Cuadernos de Jazz su gentileza de invitarme al concierto en Salamanca

2 comentarios:

  1. Ayer disfruté del concierto de JK en trío con Magid Bekkas y Ramón López en Mallorca y no puedo estar más de acuerdo. Le vi hace años en el Juan Evangelista (¿en el 99?) pero lo de ayer fue brutal.

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  2. Seguro que fue como dices, !qué suerte la tuya!. Por cierto que Ramón va a dar un concierto en solo no sé si mañana. en la Fundación Miró de Palma (creo). Seguro que va a merecer la pena. Y si ves a Joachim le das un abrazo de mi parte. Y otro para ti.

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