miércoles, 14 de enero de 2009

Abbey Lincoln: "La leona herida" (versión extendida)




Segunda puerta a la derecha. Anna María Wooldridge, más conocida como Aminata Mokeba, más conocida como Abbey Lincoln, aguarda la visita del entrevistador en la sala de estar de su coqueto apartamento en el Upper Manhattan, junto al río Hudson y a un paso del bulevar Duke Ellington, donde nunca vivió Ellington. La cantante, compositora y pintora aficionada ocupa butaca preferencial en medio de un escenario teatralmente dispuesto presidido por un piano de media cola. Sobre el mismo, un libro de partituras abierto por la mitad y una fotografía del pianista Thelonious Monk primorosamente enmarcada.

La “mejor cantante viva del jazz” recibió a EL PAÍS a los pocos días de haber sido dada de alta, tras una estancia de varias semanas en el St. Luke's Hospital, donde le fue realizado un “bypass” con sustitución de válvula aórtica. Su aspecto actual es de una fragilidad extrema. Puede que la leona haya perdido sus garras, sin embargo, mantiene el fulgor de su mirada intensa y penetrante.

PREGUNTA: por Internet circula una foto de Vd. con el pianista Hank Jones en el hospital…

RESPUESTA. Fue una pura casualidad. Resulta que ni Hank ni yo sabíamos que estábamos en el mismo hospital hasta que alguien vino a decírnoslo. Hank y yo somos muy pero que muy amigos. Al final él salió estupendamente y ya está tocando mientras yo estoy aquí, varada, sin poder cantar y perseguida por los periodistas… pero no me quejo. Ahora todo el mundo se empeña en venir a verme. Nunca había estado en la primera página del New York Times, de hecho, no recuerdo a ningún otro músico de jazz que haya aparecido en la portada del NYT. Y la verdad es que no entiendo a qué viene todo esto. Supongo que piensan que me queda poco (risas)...

P: no diga eso. Todos le queremos y nos preocupamos por Vd.

R. Gracias, bueno es saberlo.

P: el caso es que tiene Vd. un nuevo disco, “Abbey sings Abbey”, que no se parece a ninguno de los suyos.

R. este disco fue toda una sorpresa. Un día recibí una llamada por teléfono de Jean-Phillippe Allard (productor): “¿qué te parecería grabar un disco de “Country & Western”?”. Como soy una inconsciente dije que sí, por supuesto. Fui al estudio sin saber lo que me iba a encontrar y ahí estaba la sección rítmica de Bob Dylan al completo. Unos tipos verdaderamente genuinos, gracias a ellos este álbum es lo que es… con una pequeña ayuda por mi parte. Este disco tiene un “feeling” distinto a los míos anteriores, aunque yo ya había grabado “Mr. Tambourine Man”, de Bob Dylan, hace unos 5 años. Pero este disco es mucho mejor. Todos los temas son “country”, la única excepción es “Blue Monk”, con música de Thelonious Monk y letra mía.

P: prosigue, pues, su romance musical con Monk…

R. ¡Por supuesto!: mi amor por la música de Monk morirá conmigo. Monk es uno de los grandes y no es casualidad que sus composiciones inspiren tanto a los cantantes. Para mí, fue como un hermano. Recuerdo la impresión que me produjo verle aparecer en el estudio el día en que íbamos a grabar “Blue Monk” con Max Roach (en “Straight ahead”, 1961). Quería ver qué hacíamos con su música. Cuando terminamos, vino hacia mí y me susurró al oído: “no seas tan perfecta”.

P. sin embargo, Vd. es mas una “cantautora” que una intérprete de estándares en el sentido clásico.

R. es cierto que no soy una cantante de estándares y tampoco una cantante de blues. Canto lo que yo misma escribo, mis letras hablan de cómo soy, de mi vida, de donde vivo... no necesito hurgar en la vida de nadie que no sea yo misma para inspirarme.

P: Vd. otorga una gran importancia a la letra.

R. Las letras lo son todo. Billie Holiday cantaba “God bless the child thats got his own” y “Strange Fruit” y qué puedes decir después de eso. Las palabras lo expresan todo y yo escribo mis propias palabras porque me apetece hacerlo. Lo necesito. Hablar de cuanto me aflige me permite soltar lastre. Bob Russell (autor de “Crazy, he calls me” y “Do nothin´till you hear from me”) fue quien me animó a componer; luego aprendí a escribir canciones de verdad gracias a Billie Holiday. A ella y a Thelonious Monk.

P. algún papel tuvo que jugar su ex marido, el baterista Max Roach.

R. Max es un músico y un compositor extraordinario, eso todo el mundo lo sabe; pero, para mí, fue antes que nada el mejor profesor que he podido tener. El hombre que puso un poco de orden en mi vida. Yo era muy dejada, como mi madre, y eso, a Max, le ponía de los nervios. Me decía: “Abbey, todo lo que seas en tu vida lo llevarás al escenario contigo”. Yo era un torbellino, arramplaba con cuanto encontraba a mi paso, lo rompía todo, y luego venía Max y ponía las cosas en su sitio. Hasta que vi que tenía razón y dejé de hacerlo. Ahí empezó mi verdadera carrera.

P: no se me ofenda pero me da la impresión de que Vd. abusaba de los privilegios de la belleza

R. no me ofende. Toda mi vida he sido una mujer hermosa y eso es el mejor negocio que se puede hacer en este mundo. Te dejan hacer lo que quieras y consigues lo que ningún otro puede conseguir. Dios me bendijo con sus dones y mi madre me enseñó cómo utilizarlos.

P: una belleza que le llevó al cine en el año 1956 con “The girl can´t help it”, junto a Jane Mansfield. Me pregunto si su experiencia como actriz le ha ayudado sobre las tablas

R: yo no actúo nunca y mucho menos sobre un escenario. Solo canto. Pero sí es cierto que también soy una actriz, y eso que nunca soñé con ser una “estrella”, ni actué nunca en el Instituto y mucho menos he andado a la búsqueda de ningún papel. Entonces no lo sabía pero era una actriz y todavía lo soy. Actuar era mi destino. Aparte, mi carrera en el cine coincidió con un momento de ebullición en los Estaos Unidos, lo que me permitió tener como compañeros de rodaje a las grandes estrellas del momento, como Sydney Poitier o Ivan Dixon. Poitier me vio en “Nothing but a man” y me pidió que fuera su pareja en “For love of Ivy”. Pronto comprobé que es duro estar casada y rodar escenas de amor, ya sabe lo que quiero decir. Llegó un momento en que mi marido, Max Roach, no pudo más y me pidió que lo dejara. Y lo dejé.

P: se les ha comparado a Vd. y a Portier con Doris Day y Rock Hudson.

R. pues le puedo asegurar que no teníamos nada que ver, en absoluto. Sydney y yo vivíamos en un mundo completamente distinto al de Doris y Rock, nuestros intereses eran otros, nuestra vida no tenía que ver con la suya… aparte de que, míreme bien: ¿se imagina a mí como Doris Day?.

P: a decir verdad, tampoco me la imagino a ella cantando jazz…

R. yo tampoco (risas). Bromas aparte, le diré algo: no existe nada que se llame “jazz”. Lo que llaman “jazz” es una forma de canción que trata sobre la existencia en su más alta expresión; es la mayor aportación de los Estados Unidos al mundo. Mahalia Jackson, Ray Charles, Louis Armstrong, Coleman Hawkins, todos los que dieron su vida por este país… nosotros somos los que vinimos desde África y dimos vida a una nueva música en la ciudad de Nueva Orleáns. Me siento afortunada de formar parte de todo ello aunque a veces tengo la sensación de que todavía no he hecho nada…

P: algunos de sus colegas de profesión han incorporado a su música las nuevas formas de canción urbana como el “rap” o el “hip hop”, lo que no es su caso.

R. el “rap” no me gusta nada de nada. Me da igual el nombre que le den pero no me apetece escuchar a un tipo gritando y vociferando sin ningún tipo de sentimiento. Perdón por la palabra pero, para mí, todo eso no es más que un enorme maldito ruido, eso es lo que es.

P: ¿y qué me dice de la proliferación de nueva/os cantantes en esa música que algunos llamamos jazz?

R. por lo que a mí respecta, el panorama no resulta demasiado excitante. Es difícil ser consecuente con la música y pretender hacerse rico cantando. Billie Holiday cantaba sobre su vida en primera persona, “Don´t explain”, “My man don´t love me”.... yo sigo sus pasos: es mi vida y canto acerca del mundo en el que vivo. Hoy en día, la mayoría solo piensa en el dinero y eso es un mal negocio. A mí no me preocupa el jodido dinero, estoy aquí para vivir una vida, MI vida. Mis antepasados llegaron a este país hace muchos años y ya pagaron sus deudas. Ahora me toca a mí. Y no necesito nada de nadie. Por supuesto que es lícito hacer dinero con tu trabajo, lo que no se puede es considerarlo una prioridad en tu vida, lo que es normal en ciertos círculos.

P: ¿estamos hablando de las mismas Diana Krall y cía?

R. por lo que recuerdo, Diana es una buena cantante… pero, si Vd. me pregunta por verdaderas cantantes de jazz, yo le respondo: Shirley Horne. Y está muerta. El tiempo es algo duro de sobrellevar, la mayoría de la gente ha muerto, mis amigos, la gente con la que he tocado, la mayoría se ha ido… es duro vivir con eso. Es trágico.

P: otro caso trágico es el de Tarik Shah, que fue su acompañante, y ahora está entre rejas acusado de “conspiración para proveer de apoyo material a Al Qaeda” (véase EL PAÍS del 2 de mayo).

R. Tarik es, o era, un músico brillante y un hombre extremadamente imprudente. Todo el mundo sabe lo peligroso que es trabajar en esto y juntarse con el primero que pasa. A mí ni se me ocurre arrimarme a cualquiera. Su caso es una cuestión de lealtad mal entendida. Ellos (los islamistas) utilizan a gente como él y luego les abandonan. Tarik fue sacrificado. Porque no puedo creer que sea un enemigo de la nación o un terrorista. La moraleja es que siempre debes andarte con mucho cuidado, y lo digo yo, que puse de moda la estética africana para la mujer, lo que me convirtió en sospechosa de qué se yo… durante un tiempo me siguieron los pasos, ensuciaron mi nombre, pero no consiguieron callarme. Yo siempre he hablado alto y claro.

P: visto el panorama, uno se pregunta si su lucha de toda una vida a favor de los derechos civiles ha servido para algo…

R. esa es la gran pregunta; ahora, ¿qué va a pasar?, ¿qué estamos haciendo en Irak?... vivimos en un nuevo orden cerrado herméticamente, apenas se puede respirar. Porque lo cierto es que nadie nos hizo nada en Irak ni en ningún otro lugar. Es como si estuvieran poniendo a prueba al pueblo. Hay que asumir que son los años de Bush pero, ¿qué puede esperarse de alguien que ni siquiera sabe pronunciar la palabra “musulmán”?.

P: sus seguidores se preguntan cuando volverán a escucharle sobre un escenario.

P. no tengo ningún plan en ningún sentido. Si soy sincera, ni siquiera había pensado en grabar un nuevo disco cuando me lo propusieron. Fueron ellos (los productores) los interesados. Fueron ellos los que vinieron a por mí. Por lo que a mí respecta, soy consciente de que nunca volveré a cantar.


(Versión extendida del artículo publicado en el suplemento "Babelia" de El País con el título "No existe nada que se llame jazz" 01/09/2007)

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