lunes, 19 de enero de 2009

El rincón de Ángel Rubio: "La novia o concubina de..."


"Jazz y otras hierbas" tiene el honor de anunciar la publicación de las memorias apócrifas de un buen amigo: el guitarrista, compositor y otras hierbas ÁNGEL RUBIO. Dichas memorias, de las que se ofrece la primera entrega, irán apareciendo en sucesivas ediciones, siempre que el tiempo y la autoridad lo permitan.


"La novia o concubina de..."

En este caso, dadas las características tan intimas de la información que contiene este relato, y lo absurdas que son, trataré de mantener el anonimato de los protagonistas.

JJ era, además de excelente músico, un tipo especial, posiblemente uno de los mejores técnicos de sonido que he conocido... esto nos daba un enorme relax al grupo, cuando en algún Centro Cultural o teatro de provincia, llegábamos a la conclusión de que el técnico, a veces también conserje o similar, no iba a conseguir que aquello sonara medianamente bien, y cuando la desazón se empezaba a apoderar de el saxofonista, todos le lanzábamos una mirada a JJ, quien muy diplomáticamente decía,

- “si no te importa voy a entrar un momento en la cabina a ver como es la mesa de mezclas...”

En menos de 5 minutos, se escuchaban los monitores, la ecualización era perfecta y lo más difícil, el técnico de sonido-conserje no se enfadaba ni nos boicoteaba el concierto cuando veía a JJ subirse al escenario a tocar.

JJ iba de suave, solía decir, “casi no hace falta que toques nada”... en realidad, lo que le hubiéramos dicho nosotros al técnico-conserje-a veces también programador, sería algo como “oye, hijo de puta, llevamos aquí 3 horas y cada vez suena peor y además los monitores no se oyen…” y después: “como se te ocurra tocar o cambiar durante el concierto la ecualización y mezcla que ha hecho JJ te rajaremos, quemaremos tu cadáver y después esparciremos tus cenizas al viento”… pero la sutileza de JJ hacían innecesarias estas imprecaciones debidas a nuestra escasa paciencia después de 400 kilómetros de coche y nuestras ganas de ir al hotel a ducharnos o a cenar...

Otra curiosidad de JJ es que, según él, no mentía nunca, es más, no sabía mentir, “¿pero ni siquiera a tu novia?”, le preguntábamos; “ni siquiera”, contestaba él sin un ápice de duda...; “es que no sé hacerlo”, añadía.

Su novia o su concubina (porque vivían juntos hace años), era también muy particular... discutían con cierta frecuencia, sobre todo porque a ella, en un alarde de celos y posesividad, le molestaba mucho que mantuviera contacto con los hijos de un anterior matrimonio suyo que tuvo en una lejana ciudad. Según ella, en realidad, sus discusiones se debían a sus respectivas vidas anteriores, a sus reencarnaciones pasadas, porque, por si alguien no lo sabe, nos reencarnamos por parejas volviendo a encontrarnos con la misma tía con la que estuvimos en una vida anterior, y eso una y otra vez, supongo que para ver si al fin la cosa sale más o menos bien.

En su caso, y esto no era discutible, porque una terapeuta “transpersonal” o algo así se lo había dicho, en el pasado JJ había sido inquisidor y había sido el culpable de que quemaran viva a su novia que en aquella vida era bruja o algo parecido. De ahí sus frecuentes desencuentros y violentas discusiones.

A mí más bien me parecía que lo de vivir en un apartamento de 40 metros con un gato y dos perros, además de los diversos instrumentos y amplificadores, era la causa verdadera de las desavenencias conyugales, pero eso no parecía ser comprendido por la terapeuta “transpersonal” y “médium”. Para colmo, en su época de bruja, al saber que la iban a quemar viva (por cierto, una costumbre muy frecuente en la católica España), la reencarnación ésta de la novia de JJ le echó una terrible maldición a la ciudad donde la habían condenado, debido a lo cual esta ciudad arrastraba una dura y penosa existencia desde el XVII o XVIII.

Era por tanto imprescindible un viaje hasta allí, unos 350 kilómetros desde Madrid, para efectuar un complicado ritual que quitara los efectos devastadores de la antigua maldición de la novia de JJ. Además, esa “limpieza exprés” de la maldición ayudaría notablemente a mejorar sus relaciones de pareja.

Así lo hicieron, afortunadamente en un fin de semana en que no teníamos bolo…

Ángel Rubio

1 comentario:

  1. Wooooooooow!
    Pues por azares del destino llegué a tu blog. Azáres muy buenos, por cierto. Tal vez es, como dijiste, una reencarnación... Ammm, ¡no! No lo creo, en fin de cualquier manera. Me encantó en demasía esto que acabo de leer, me hizo esbozar una que otra sonrisa (: eso de las peleas y en general: Me agradó.
    Creo que el pasado siempre nos persigue y es una de las tantas funciones que tiene el presente. No hay más, tendremos que aprender a vivir con ello...
    Gracias por la bienvenida
    y por tus letras
    y aquí seguiremos al pendiente

    Saludos desde este lado.
    Buen día (:

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